Primera Revolución Industrial: Avances Técnicos e Impacto en la Industria Textil y Siderúrgica

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La Primera Revolución Industrial: Transformaciones Técnicas e Industriales

Factores que Impulsaron la Revolución Industrial en Inglaterra

La Primera Revolución Industrial se originó en Inglaterra durante la segunda mitad del siglo XVIII. Diversos factores contribuyeron a este cambio trascendental:

  • Cambios demográficos y agrícolas: Mejoras en la producción agrícola y un crecimiento poblacional significativo.
  • Mercado interior y exterior: Un mercado interno robusto y la expansión colonial permitieron la venta de productos y la obtención de grandes beneficios.
  • Recursos naturales: Abundantes yacimientos de carbón y hierro, esenciales para la máquina de vapor y la fabricación de maquinaria.
  • Algodón: Disponibilidad de algodón barato procedente de las colonias, fundamental para la industria textil.
  • Nueva mentalidad empresarial: Una burguesía emergente y agricultores innovadores dispuestos a invertir y asumir riesgos para maximizar beneficios.

La Máquina de Vapor y la Energía del Carbón

El carbón mineral se convirtió en la principal fuente de energía, alimentando las máquinas de vapor que impulsaban la nueva maquinaria industrial. Se abandonó la energía animal en favor de la eficiencia y la continuidad que proporcionaba el carbón a través de la máquina de vapor.

James Watt, ingeniero escocés, perfeccionó la máquina de vapor en 1769, basándose en diseños anteriores como el de Thomas Newcomen. Con la colaboración de Matthew Boulton, Watt logró que su máquina fuera aplicable a diversos procesos industriales.

El Auge de la Industria Textil

La máquina de vapor se aplicó inicialmente en la industria textil, que ya contaba con una importante tradición artesanal basada en:

  • Algodón importado: Materia prima proveniente de las colonias.
  • Domestic system: Un sistema preindustrial y precapitalista que rompía con las regulaciones gremiales. Los empresarios compraban la materia prima y, en ocasiones, la maquinaria. Las mujeres hilaban en sus hogares y recibían un salario por las piezas elaboradas. Los empresarios vendían las piezas en el mercado.

En este sector se desarrollaron innovaciones técnicas clave, que luego se combinaron con la energía del vapor:

  • Hilado: Hiladoras mecánicas de James Hargreaves, Richard Arkwright y Samuel Crompton.
  • Tejido:
    • Lanzadera volante de John Kay.
    • Telar mecánico de Edmund Cartwright.

La producción textil británica experimentó un crecimiento exponencial. En 1800, alrededor de 350,000 personas trabajaban en el hilado y tejido de algodón en las fábricas. Los tejidos británicos, asequibles y de buena calidad, dominaron los mercados internacionales.

Las Primeras Fábricas Textiles y las Condiciones Laborales

Las primeras fábricas se ubicaron en las ciudades, donde había abundante mano de obra y potenciales compradores. Las jornadas laborales eran extenuantes, comenzando a las 6 de la mañana y terminando a las 8 de la tarde, con breves descansos. El ambiente en las fábricas era insalubre, con altas temperaturas, ruido ensordecedor y aire cargado de polvo y fibras de algodón.

Mujeres y niños, muchos de ellos huérfanos, constituían una parte importante de la fuerza laboral en la industria textil. Los niños realizaban tareas como transportar bobinas de hilo, limpiar pelusas y reparar hilos rotos. Las medidas de seguridad eran prácticamente inexistentes, lo que provocaba frecuentes accidentes con quemaduras, heridas, mutilaciones e incluso la muerte. No existían seguros de enfermedad, desempleo o jubilación.

Los salarios eran muy bajos y se veían mermados por multas, el alquiler de viviendas propiedad del dueño y la obligación de comprar en la tienda de la fábrica.

El Desarrollo de la Siderurgia

El crecimiento del sector textil impulsó otras actividades, como la agricultura (proveedora de materias primas) y la siderurgia y la minería (proveedoras de hierro y carbón).

La demanda de hierro aumentó considerablemente debido a la necesidad de fabricar máquinas, herramientas, ferrocarriles y barcos de vapor. Inicialmente, el hierro británico era de baja calidad debido a las impurezas. Se producía en fundiciones cercanas a los bosques, de donde se obtenía el carbón vegetal.

Ante la escasez de carbón vegetal, se buscó un combustible alternativo. En 1709, Abraham Darby logró fundir el mineral de hierro utilizando carbón de coque, abundante en Gran Bretaña. Aunque inicialmente los costos eran altos y el hierro frágil, a finales del siglo XVIII, Henry Cort patentó un proceso para obtener a gran escala lingotes de hierro refinado de buena calidad. Se construyeron modernos altos hornos, y la demanda y producción de hierro se multiplicaron.

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