La Primera Guerra Mundial: Causas, Desarrollo y Consecuencias

Enviado por Chuletator online y clasificado en Otras lenguas extranjeras

Escrito el en español con un tamaño de 22,36 KB

La Primera Guerra Mundial (1914-1918)

A. Causas de la guerra

1. El reparto colonial

Los enfrentamientos coloniales: La Conferencia de Berlín (1885) intentara establecer medidas de acuerdo y arbitraje entre los imperios, pero el ascenso de potencias como Alemania, que llegara con retraso a la carrera colonial, volvió a reabrir los conflictos entre los países europeos. A comienzos del siglo XX, Marrocos fue el escenario principal de enfrentamientos. Pero la tensión podía estallar en cualquier lugar y en cualquier momento.

2. Las rivalidades entre las potencias. El nacionalismo

Las potencias europeas también adoptaron posiciones nacionalistas, exacerbadas por la defensa de sus intereses en Europa y en sus imperios coloniales. Se produjo una exaltación de los valores y la identidad de cada nación, que generó un clima de desconfianza mutua. Del mismo modo, en el ascenso de los nacionalismos contribuyeron las aspiraciones de independencia de algunos pueblos europeos que se querían librar cuanto antes de la tutela y del control de los viejos imperios tradicionales. Como consecuencia de esto, la región de los Balcanes, dominada desde hacía siglos por el Imperio turco, se convirtió en un foco de importantes tensiones internacionales. Asimismo, franceses y alemanes se enfrentaban por la ocupación alemana de las regiones francesas de Alsacia y Lorena, a raíz de la guerra franco-prusiana. Por último, existía una fuerte rivalidad entre Gran Bretaña y Alemania por el control comercial y económico de Europa y de las rutas comerciales.

3. Los conflictos balcánicos

En los Balcanes, ante la decadencia del Imperio turco, Austria-Hungría aspiraba a expandirse en la zona. Pero se enfrentaba a las ambiciones de Serbia y del Imperio ruso, que también quisieron aumentar su influencia y ocupar los estrechos del Bósforo y de los Dardanelos, que abrían sus dominios al mar Mediterráneo. La anexión de Bosnia-Herzegovina al Imperio austrohúngaro (1908) agravó las tensiones en los Balcanes y originó la sucesión en pocos años de dos guerras (1912 y 1913) que empeoraron la situación. Las guerras consolidaron a Serbia, con el apoyo de Rusia, como la potencia de la zona. Este liderazgo alarmó a Austria-Hungría, que temía un levantamiento general de los pueblos eslavos bajo su dominio. Por eso buscó el apoyo de Alemania frente a Rusia.

4. Alianzas militares y carrera de armamentos

Las potencias se lanzaron a un complejo sistema de alianzas militares para prepararse ante un posible enfrentamiento. En 1882, Alemania, Austria-Hungría e Italia firmaron la Triple Alianza. Francia, temerosa del poderío militar y del expansionismo alemán, se alió con Rusia y mejoró sus relaciones con el Reino Unido, deterioradas por las disputas coloniales. Las tres potencias acabaron firmando el Triple Acuerdo (1907). El malestar existente entre las grandes potencias originó, además, una carrera de armamentos. Los Estados invirtieron grandes sumas de dinero en fabricar armas (cañones, obuses, ametralladoras...), construir barcos de guerra y adiestrar a sus tropas. A comienzos del siglo XX, todos se preparaban para la guerra y cualquier incidente podía desencadenar el conflicto. El asesinato del archiduque austríaco Francisco Fernando (junio de 1914) fue la chispa que incendió Europa, pero las causas se habían fraguado durante décadas.

Las crisis marroquíes

En 1905, el gobierno alemán le ofreció su apoyo al sultán de Marrocos para que se enfrentase a los franceses, que querían establecer un protectorado en la zona. La Conferencia de Algeciras (1906) frustró las aspiraciones alemanas al establecer un protectorado franco-español sobre Marrocos. Pero Alemania, en 1911, con motivo de una insurrección en el sur de Marrocos, envió barcos de guerra al puerto de Agadir, bajo el pretexto de proteger a los súbditos alemanes. Gran Bretaña apoyó incondicionalmente a Francia, pero la presión alemana acabó consiguiendo a cambio la ampliación de la colonia de Camerún.

B. El estallido de la guerra

El estallido de la guerra: El 28 de junio de 1914 asesinaron al heredero del Imperio austrohúngaro, Francisco Fernando, en Sarajevo, capital de Bosnia (ocupada por los austríacos desde 1908). El atentado fue realizado por un estudiante bosnio relacionado con las organizaciones nacionalistas serbias. Austria, animada por Alemania, acusó a Serbia de haber instigado el magnicidio y le declaró la guerra el 28 de julio. Rusia intervino para proteger a Serbia y le declaró la guerra a Austria. Alemania, aliada de Austria, les declaró la guerra a Rusia y a Francia. El Reino Unido les declaró la guerra a Alemania y a Austria cuando los ejércitos alemanes invadieron Bélgica, país aliado de Francia. Solo Italia se mantuvo neutral en un principio. El enfrentamiento austro-serbio se convirtió en una guerra europea.

C. Desarrollo de la guerra

1. La guerra de movimientos (la guerra relámpago)

Las operaciones bélicas se iniciaron en el frente occidental, cuando en una rapidísima operación (Plan Schlieffen) los ejércitos alemanes atacaron Francia, entrando por Bélgica y Luxemburgo, con la esperanza de vencer rápidamente y poder concentrar todos sus esfuerzos en el frente oriental. A comienzos de septiembre de 1914, los alemanes se encontraban a 40 kilómetros de París. Sin embargo, los ejércitos francés e inglés consiguieron reorganizarse y detener el avance del ejército alemán en la batalla del Marne. En el frente oriental, los alemanes derrotaron a los rusos en la batalla de Tannenberg, pero estos reaccionaron y llegaron a las fronteras del Imperio austrohúngaro. En los Balcanes, la ofensiva austríaca contra Serbia fue detenida.

2. La guerra de trincheras

Tras la batalla del Marne, los frentes se inmovilizaron. En el frente occidental se abrieron trincheras desde Suiza hasta el mar del Norte, y se inició una fase de la guerra en la que ganarle un palmo de territorio al enemigo significaba decenas de miles de muertos. Entonces se hizo necesaria la búsqueda de nuevos aliados que aportasen más soldados al frente. A finales de 1914, Turquía entró en la guerra; al año siguiente lo hicieron Italia y Bulgaria y, en 1916, se incorporó Rumanía. Ese mismo año, los alemanes lanzaron una nueva ofensiva en el frente occidental, pero en la batalla de Verdún los franceses resistieron durante meses. En julio, británicos y franceses atacaron las líneas alemanas (batalla de Somme), con escaso éxito.

3. 1917: la entrada de los EUA y el fin de la guerra

El año 1917 fue decisivo para la guerra. Por un lado, los duros combates de la guerra de trincheras provocaron entre los soldados deserciones y se produjeron numerosos motines en el frente. Por otro lado, en Rusia triunfó la Revolución bolchevique y los revolucionarios, ocupados en consolidar su gobierno, firmaron la paz con Alemania y se retiraron de la guerra (paz de Brest-Litovsk). El abandono de Rusia fue compensado con la intervención de los Estados Unidos, que, como consecuencia del hundimiento del transatlántico Lusitania por un submarino alemán, decidió entrar en el conflicto. Aunque ya se había extendido la guerra a las colonias, la presencia de los EUA supuso la definitiva mundialización del conflicto. En 1918, en el frente oriental, británicos, franceses e italianos derrotaron a los austríacos y a sus aliados. Los imperios austrohúngaro y turco pidieron el armisticio, y los combates cesaron. En el frente occidental, los alemanes fueron derrotados en la segunda batalla del Marne y se produjeron revueltas en el ejército y en la marina, además de manifestaciones obreras contra el gobierno alemán. El alto mando alemán se desmoralizó ante el fracaso y le sugirió al káiser Guillermo II que pidiese la paz. El 11 de noviembre de 1918, Alemania firmó el armisticio. La Primera Guerra Mundial había terminado.

D. Consecuencias de la guerra

1. El Tratado de Versalles

El Tratado de Versalles: El tratado más importante fue el de la paz con Alemania, firmado en Versalles. En él se declaraba a Alemania responsable de la guerra y se la obligaba a pagar fuertes indemnizaciones. Asimismo, era desposeída de su imperio colonial, que se repartió entre el Reino Unido y Francia. Por último, se reducían su ejército y su marina al mínimo y se dividía parte de su territorio entre los vencedores.

2. La implicación de la población civil

En primer lugar, el nuevo tipo de ejército nacional, que surgió con las revoluciones del siglo XIX, implicó la participación en los combates, no de mercenarios o voluntarios, sino del grueso de la población civil masculina en edad militar, y, por lo tanto, los desastres de la guerra golpearon de forma generalizada a la población, cuyos maridos o hijos participaron en la contienda. Asimismo, el avance de los ejércitos en 1914 podía ser mucho más veloz al contar con medios como los ferrocarriles o los vehículos a motor. Como consecuencia de esto, tanto en Bélgica y en el noreste de Francia, como en Prusia, Rusia o Serbia, se provocó el éxodo de millones de civiles ante el pavor al saqueo, la destrucción o las represalias, y dio origen a uno de los primeros grandes movimientos de refugiados motivado por un conflicto bélico en el mundo contemporáneo. La guerra requirió una enorme producción de armamento, municiones, avituallamiento... Para eso se utilizó masivamente el trabajo de mujeres y hombres en edad no militar, y se alargaron las jornadas laborales. Además, las necesidades de la guerra eran prioritarias y la producción de bienes de consumo se resintió. Faltaban víveres y productos de primera necesidad. A principios del siglo XX, una buena parte de la población ya vivía en las ciudades y no tenía recursos, como en el campo, para alimentarse: el hambre hizo su aparición.

Propaganda y control de la opinión

Para que el conjunto de la población mantuviese la moral y contribuyese al esfuerzo bélico, los Estados recurrieron por primera vez a la propaganda, con métodos modernos ideados con las técnicas de mercadotecnia. Esta propaganda permitió movilizar a la opinión pública de cada bando, utilizando de forma recurrente la exaltación de la patria y el odio al enemigo como forma de comprometer a toda la población en el conflicto. Se recurrió asimismo a la censura de prensa; se manipularon los comunicados militares para crear un estado de opinión unánime. Los pacifistas o los socialistas opuestos a la guerra fueron detenidos y silenciados.

3. La Revolución rusa

a) Un Imperio autocrático

A comienzos del siglo XX, el Imperio de los zares era un inmenso territorio donde aún se mantenía el absolutismo monárquico. Políticamente, el zarismo era una autocracia, esto es, el zar tenía un poder absoluto: gobernaba por decreto, no estaba sujeto a ninguna constitución ni respondía ante un Parlamento. Una fiel burocracia y un poderoso ejército aseguraban el control del Imperio, mientras que la Iglesia ortodoxa constituía uno de los grandes pilares ideológicos del régimen.

b) Una agricultura feudal y una industria dependiente

La economía y las estructuras sociales del Imperio ruso eran de las más atrasadas del continente europeo. La agricultura constituía la principal actividad económica y la tierra estaba en manos de una aristocracia privilegiada, inmensamente poderosa y rica. Los campesinos, la mayoría de la población, estaban sometidos a un régimen casi feudal, desaparecido en la mayor parte de Europa, que los condenaba a unas condiciones de vida miserables. La servidumbre personal se mantuvo hasta 1865 y, aunque se abolió, el poder de la nobleza terrateniente la mantuvo intacta. En algunas zonas del Imperio (Moscú, San Petersburgo, Urales...) se había iniciado un proceso industrial impulsado, en buena parte, por capital extranjero. Allí surgió un numeroso proletariado industrial que trabajaba en grandes fábricas (casi la mitad de los obreros trabajaban en empresas de más de 500 trabajadores), por unos salarios miserables.

c) La oposición al zarismo

Las primeras corrientes de oposición, populistas (narodniki) y anarquistas, se desarrollaron entre los campesinos, pero sin establecer alternativas claras. Entre los obreros industriales se difundieron las ideas marxistas. En 1898 se fundó el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, que tenía como líder más destacado a Vladímir Ilich Uliánov, Lenin. Luego, el partido se escindió en dos alas: la menchevique (o minoritaria) y la bolchevique (o mayoritaria), partidaria del camino revolucionario, convencida de la incapacidad de reformas del zarismo. A comienzos del siglo XX apareció un partido liberal-burgués, el Partido Democrático Constitucionalista (denominados kadetes), y en la izquierda, el Partido Socialista Revolucionario (llamados eseristas), con gran influencia entre los campesinos.

d) La revuelta de 1905

En 1905 estalló una revuelta que exigía el fin de la autocracia. Tuvo lugar una manifestación pacífica y el zar respondió con una contundente represión (Domingo Sangriento). Pero las manifestaciones y huelgas continuaron y los trabajadores crearon consejos de obreros, campesinos y soldados, denominados soviets, para organizarse. Ante la situación, el zar se comprometió a convocar elecciones por sufragio universal al Parlamento (Duma) y a propiciar una reforma agraria. No obstante, las promesas no se cumplieron y en pocos años el zar clausuró la Duma y gobernó de nuevo autocráticamente.

e) La revolución de febrero de 1917. Caída del zarismo

El 23 de febrero de 1917 se produjo una gran manifestación en Petrogrado (nombre eslavo que había adoptado San Petersburgo en 1914), seguida de una huelga general y de motines en los cuarteles. El zar abdicó y se proclamó una república dirigida por un gobierno provisional, que se comprometió a convocar elecciones constituyentes para convertir a Rusia en una democracia parlamentaria. El nuevo gobierno, dominado por los partidos burgueses (kadetes y eseristas), inició una serie de reformas políticas y sociales. Pero al mismo tiempo decidió mantener los compromisos con sus aliados en la guerra. Esto impedía mejorar las condiciones de vida de la población e iniciar la esperada reforma agraria. El descontento popular aumentó, y los soviets, que pedían la retirada de la guerra, empezaron a exigir la destitución del gobierno. La unidad de fuerzas que había derrocado al zar empezó a romperse, y se generó una dualidad de poderes entre el gobierno provisional y los soviets.

f) La revolución de octubre. Los bolcheviques en el poder

Los bolcheviques fueron ganando el apoyo de la mayoría de los soviets. Su líder, Lenin, que había regresado a Rusia del exilio, propugnó las Tesis de abril, donde marcaba la ruta a seguir: derrocar al gobierno provisional e instaurar un gobierno de soviets obreros y campesinos, firmar la paz con Alemania, repartir las tierras entre los campesinos, cederles la dirección de las fábricas a los obreros, nacionalizar la banca y reconocer las nacionalidades del Imperio. Los bolcheviques, con el apoyo de los soviets, que habían creado sus propias milicias armadas, la Guardia Roja, prepararon una insurrección para el día 25 de octubre de 1917. Los sublevados ocuparon la ciudad de Petrogrado, tomaron el Palacio de Invierno y destituyeron al gobierno provisional. La revolución se extendió rápidamente por Moscú y los núcleos industriales del país. El II Congreso de los Soviets de Rusia, que se encontraba reunido en Petrogrado, proclamó un gobierno obrero que fue presidido por Lenin y en el que figuraban Trotski y Stalin. En noviembre de 1917 tuvieron lugar las elecciones para la Asamblea Constituyente, que habían sido convocadas por el gobierno provisional. Los bolcheviques solo obtuvieron el 25 % de los escaños, aunque su fuerza era mayoritaria en las ciudades y en las zonas industriales. Ante el temor de que los grupos contrarios a la revolución se impusieran en la Duma, Lenin disolvió la Asamblea y le puso fin al pluralismo político en la nueva Rusia soviética.

Lenin

Lenin fue el líder bolchevique y principal inspirador de la revolución de octubre de 1917. En 1897 fue encarcelado y deportado a Siberia por sus actividades contra la autocracia zarista. Tras su liberación, en 1900, se exilió a Suiza. Al triunfar la revolución de febrero, regresó a Rusia para dirigir la toma del poder por los bolcheviques.

g) La coyuntura de la Primera Guerra Mundial

En 1914, cuando Rusia entró en la Primera Guerra Mundial, se evidenció que no estaba preparada para una guerra tan larga, dura y cara: el ejército ruso no estaba capacitado, ni los sistemas de transporte eran eficaces, ni la industria de armamento resultaba suficiente. Como los medios económicos del país se dedicaron a la guerra, el hambre apareció y se extendió el malestar entre obreros, campesinos y soldados. Todo eso desacreditó al zar Nicolás II y a su gobierno. En plena guerra, los que se oponían al zarismo sabían que era la oportunidad de terminar con el régimen y hacerse con el poder.

Las primeras medidas de la revolución
  • Expropiación del capital del Estado.
  • Expropiación de la tierra de los propietarios y nacionalización de la tierra.
  • Expropiación del capital financiero y nacionalización de los bancos.
  • Expropiación de los transportes.
  • Expropiación de los créditos, principalmente los extranjeros.
  • Expropiación del capital a los campesinos ricos y creación del Comité del Campesinado Pobre.
  • Expropiación del gran capital industrial.
h) El poder bolchevique

El partido bolchevique, que desde 1918 había tomado el nombre de Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), se hizo con el monopolio del poder, reprimió a todos los que se le oponían (zaristas, liberales, mencheviques, anarquistas, etc.) y organizó una policía política (Checa) para perseguir las actividades contrarrevolucionarias. En el ámbito económico, se instauró el "comunismo de guerra", por el que se nacionalizó toda la industria, se colectivizaron las tierras y se les obligó a los campesinos a entregarle sus cosechas al Estado. La URSS era un Estado federal con un Parlamento (Soviet Supremo) y un solo partido político, el PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética). Se trataba de un sistema totalitario que se justificaba con la teoría de la dictadura del proletariado.

i) La guerra y la formación de la URSS

A comienzos de 1918, los partidarios de la vuelta del zarismo (terratenientes, ejército, etc.) o del liberalismo (burguesía) se levantaron en armas contra el gobierno de los soviets. El denominado Ejército Blanco contó con la ayuda de tropas francesas, británicas, japonesas y norteamericanas, y se enfrentó al Ejército Rojo, organizado por los bolcheviques bajo la dirección de Trotski. Los tres años de guerra civil fueron de una gran crueldad para la población, tanto por la escaseza de alimentos como por los muertos en combate. En 1921, el Ejército Rojo logró imponerse militarmente, pero el conflicto había contribuido al endurecimiento del régimen soviético.

4. El desastre demográfico y económico

La guerra causó alrededor de diez millones de soldados muertos en combate. A esta cifra hay que añadirle las víctimas civiles, afectadas por la subalimentación y las enfermedades, y la falta de nacimientos durante el conflicto, lo que provocó un retroceso demográfico generalizado. Desde el punto de vista económico, la Primera Guerra Mundial significó la pérdida definitiva de la hegemonía europea. El conflicto empobreció a los países beligerantes. El potencial industrial de Europa se redujo un 40 %, y el agrícola, un 30 %. Todos los países europeos estaban endeudados tanto en el interior (empréstitos de guerra) como con el exterior (préstamos, sobre todo con los Estados Unidos). Por el contrario, los Estados Unidos fueron precisamente unos de los grandes beneficiarios de la guerra y su economía se convirtió en líder de las finanzas mundiales. Su producto nacional bruto se duplicó en los años de la guerra y el dólar sustituyó a la libra esterlina como la moneda fuerte y hegemónica en las transacciones internacionales.

5. La organización de la paz

En enero de 1919 se inauguró en París una conferencia para establecer las condiciones de paz. El Tratado de Versalles fue el más importante y le impuso las condiciones de paz a Alemania. Otra serie de tratados fueron firmados con Austria, Bulgaria, Hungría y el Imperio turco. En conjunto, se impuso la desmembración de los imperios y la remodelación de las fronteras europeas. El presidente estadounidense, Thomas W. Wilson, había aportado su visión de una paz fundada en la concordia y en la ausencia de desquite (14 puntos de Wilson). Bajo su propuesta se creó la Sociedad de Naciones (SDN), una organización internacional que debía garantizar la paz y la cooperación entre los Estados. Pero las condiciones impuestas por los vencedores llevaron a que los vencidos no se integrasen en la SDN. Tampoco lo hizo la URSS ni, al final, los EUA, y la SDN acabó sin ninguna influencia en la política internacional.

6. Nuevos problemas, nuevos conflictos

Las conferencias de paz no cerraron las heridas de la guerra; al contrario, abrieron nuevas grietas. Los alemanes consideraron las condiciones impuestas por el Tratado de Versalles como una humillación que acabaría exacerbando su nacionalismo y el deseo de desquite en el futuro. También Italia formuló su frustración por no recibir las reivindicaciones territoriales que había demandado y creció un movimiento nacionalista. Por otro lado, la Revolución rusa de 1917 había formulado en Europa una nueva situación de tensión. La revolución bolchevique animaba a las fuerzas revolucionarias de toda Europa. Se produjeron levantamientos en Alemania y Hungría que, aunque fueron sofocados, hacían evidente la existencia de un nuevo conflicto entre el capitalismo y el comunismo. Los tratados de paz conformaron un nuevo mapa de Europa. El hecho esencial fue el fin de los grandes imperios y la formación de nuevas naciones, bajo el principio de un Estado para cada nacionalidad.

Entradas relacionadas: