Poesía Épica Romana: De Livio Andrónico a Claudiano

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Poesía Épica Romana

Un poema épico, o epopeya, es una narración en verso que relata las hazañas de un héroe, que incluso puede representar a un pueblo entero. Este género literario, tan antiguo que precede a la escritura, se manifestó primero oralmente. Los poemas épicos más antiguos son anónimos, transmitidos de generación en generación como legado cultural. Con la llegada de la escritura y el refinamiento literario, surge una épica erudita, con autor conocido, que imprime un carácter subjetivo y personal a la obra, diferenciándola de la colectividad de la épica antigua. La temática de la épica siempre es histórica y/o mitológica. En poemas antiguos, historia y mitología se fusionaban, uniendo la narración histórica con leyendas. Aunque los poemas posteriores mantienen esta fusión, a veces predomina una de las dos, existiendo poemas sin mitología (La Farsalia de Lucano) o sin narración histórica (Las Metamorfosis de Ovidio).

Primeros Autores

Aunque es posible que Roma tuviera una tradición épica propia, las primeras epopeyas son adaptaciones o traducciones de obras griegas. El primer nombre conocido de la literatura latina, Livio Andrónico, un esclavo griego, resumió y tradujo al latín La Odisea en versos saturnios, el verso tradicional itálico. Solo se conservan fragmentos. Nevio, ciudadano romano, empleando también el saturnio, eligió un tema romano de actualidad, el Bellum Punicum, en el que participó. Se conservan fragmentos. Ennio escribió un ambicioso poema, los Annales, que narra la historia completa de Roma, desde la llegada de Eneas hasta su tiempo. Escrito en hexámetros dactílicos, el verso épico griego, se convirtió en la primera gran epopeya nacional romana hasta la publicación de la Eneida.

Época Clásica

Dos nombres destacan en la épica romana: Virgilio y Ovidio. Publio Virgilio Marón (70-19 a. C.), nacido en Mantua, estudió retórica y filosofía en Roma, donde obtuvo el favor del emperador Augusto, con cuya política colaboró. Toda su obra ensalza la figura y las ideas de su protector. Murió antes de visitar Troya, escenario de los primeros libros de la Eneida. Aunque dispuso en su testamento la destrucción de los manuscritos de esta obra inconclusa, el emperador lo prohibió, de ahí los versos incompletos. La Eneida, su última obra, narra en doce libros la historia de Eneas, desde la destrucción de Troya hasta su establecimiento en Italia. Aunque relata hechos ocurridos siglos antes de la fundación de Roma, el poema glorifica la grandeza de Roma desde sus orígenes, vinculándola a la familia imperial. Los primeros seis libros narran las vicisitudes de Eneas antes de llegar a Italia, similares a las de Ulises en La Odisea, mientras que los seis posteriores relatan las guerras entre troyanos y latinos, recordando las peripecias de los griegos en Troya de La Ilíada. Virgilio incluso traduce versos de Homero. La Eneida, más que una imitación homérica, renovó la épica: su subjetivismo, las expresiones líricas y dramáticas, la caracterización psicológica, la armonía formal y su sensibilidad poética la convirtieron en un clásico. Publio Ovidio Nasón (43 a. C.-17 d. C.) destacó en diversos géneros, sobre todo en la elegía. Su obra más famosa son Las Metamorfosis, un extenso poema que narra las transformaciones mitológicas grecorromanas. Es difícil de clasificar: aunque épica en la forma, se acerca a la elegía. La unidad temática es problemática, al ser episodios mitológicos no siempre bien ensamblados.

Época Posclásica

Lucano, sobrino de Séneca, nacido en Córdoba, escribió La Farsalia, un poema sobre las guerras civiles entre César y Pompeyo, que se distancia del modelo de la Eneida. No hay un héroe definido y los dioses no intervienen. Su estilo, oscuro y barroco, es propio de su época. La Farsalia es la epopeya más original y valiosa posterior a Virgilio. Silio Itálico publicó en la época de Vespasiano Las Púnicas, un poema sobre las guerras púnicas, imitando el estilo de Virgilio. Valerio Flaco narra en Las Argonáuticas las aventuras de Jasón y los argonautas, imitando a Virgilio y Ovidio. Estacio prefirió temas mitológicos. En la Tebaida relata la expedición de los Siete contra Tebas. Dejó inconclusa la Aquileida, sobre las hazañas de Aquiles. Claudiano, aunque vivió en Roma y escribió en latín, nació en Alejandría. Cultivó ambas variantes épicas: la mitológica en El rapto de Proserpina y la histórica en La Guerra de los Godos. Imitador de Virgilio, con él se cierra la épica latina antigua.

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