La Población como Elemento Constitutivo del Estado: Densidad, Cantidad y Calidad

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La Población: Elemento Constitutivo del Estado

a) Definición y Características

Población: Es el grupo humano organizado, conjunto de personas que constituyen un grupo societario. Posee elementos característicos de toda organización: órgano de gobierno, plan, ordenamiento coactivo y fin. Lo forman personas humanas cuya dignidad y libertad es esencial a una política digna de tal nombre. El estado es hecho por los hombres y, por ende, como sociedad de personas humanas supone el respeto a la libertad y dignidad. Muchos autores usan el término pueblo como sinónimo de población. Sin embargo, también se identifica como pueblo a quienes tienen los derechos políticos; en la teoría de la representación, pueblo es el sujeto (mandante) que gobierna a través de sus representantes (mandatarios).

b) Densidad Poblacional

Densidad: La densidad de la población se determina cuantitativamente en comparación con la extensión del territorio, y así se habla de un número de habitantes por kilómetro cuadrado. En muchos países, especialmente en los muy extensos, no todas las zonas del país presentan el mismo cuadro. Es más, presentan enormes desigualdades en zonas muy pobladas, medianamente pobladas y zonas prácticamente deshabitadas.

Problema en la Praxis: Macroencefalismo en Argentina

Argentina es un caso típico de estas desigualdades de densidad: Capital Federal y sus alrededores, el conurbano bonaerense, albergan más de la tercera parte de la población del país. Esto constituye un fenómeno de macroencefalismo, que las políticas de población han sido incapaces de frenar; es más, en los hechos políticos reales lo han fomentado. La enorme concentración urbana de hoy ha de convertirse en tema central de la política partidista el de la reforma urbana.

c) Cantidad de Habitantes

Cantidad: Es común en este tema recordar a Platón estableciendo hasta el número de habitantes de una ciudad-Estado ideal (25.000). Pero en el siglo XIX y en especial en el siglo XX el crecimiento poblacional se convirtió en algo no solamente deseable sino indispensable para la grandeza del Estado-Nación. Sarmiento soñó con la Argentina de cien millones de habitantes y Alberdi acuñó la máxima –gobernar es poblar–. El preámbulo de la CN proclamó a esta “para nosotros, para nuestra posterioridad y para todos los hombres que quieran habitar el suelo argentino”; así, de 1880 en adelante, enormes masas de inmigrantes poblaron nuestro país y duplicaron la población de ascendencia hispana. En los últimos cincuenta años la inmigración europea prácticamente ha desaparecido y se incrementó la de los países limítrofes. El crecimiento vegetativo (diferencia entre natalidad y mortalidad) ha disminuido y con el fenómeno del urbanismo la tasa de natalidad urbana es inferior a la rural. También hay zonas de éxodo constante; la concentración urbana alberga una enorme cantidad de personas del interior.

Problema en la Praxis: Explosión Demográfica y Ética

Uno de los grandes temas de este siglo ha sido la explosión demográfica: la tierra habrá superado, para el año 2000, los seis mil millones de habitantes. Los maltusianos sostuvieron que la población crece más aprisa que la producción de alimentos y la conclusión lógica es, según ellos, evitar su crecimiento desmesurado. Pero evitarlo supone limitar los nacimientos, y allí se plantea en toda su crudeza un problema ético; la Iglesia Católica ha sido categórica en la condena del aborto y de los medios anticonceptivos. Europa ha logrado niveles de vida altos, pero al mismo tiempo ha ido creciendo la convicción de que su riqueza ha sido posible gracias a un proceso de explotación de la pobreza del llamado Tercer Mundo. Aparecen así en las políticas de los grandes centros de decisión mundial, la ayuda a los países proletarios, pero al mismo tiempo la exigencia de limitar la natalidad.

d) Calidad de Vida

Calidad: El derecho a la vida exige una vida digna, acorde con la dignidad de la persona. Lograr un nivel de vida adecuado a esa dignidad es una aspiración legítima. Pero no sólo de pan vive el hombre; el Estado debe asegurar también la salud pública y la moralidad pública y media de una sociedad, es decir, no sólo los bienes materiales sino los morales (en orden al bien) y los intelectuales (en orden a la verdad).

Problema en la Praxis: Políticas Inmigratorias y Racismo

Este tema influye en las políticas inmigratorias; en nuestro país el preámbulo consagró una inmigración amplísima –una de las más generosas del mundo–, pero en el art 25 se prescribe que “fomentará la inmigración europea”; hoy la mayoría de los inmigrantes son de Latinoamérica, entonces, cabe advertir que el enfoque limitado a lo biológico puede caer en condenables actitudes racistas.

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