Platón: Vida, Academia y Legado Filosófico en la Antigua Grecia
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Vida Temprana y Contexto Familiar de Platón
Platón nació en Atenas, en el seno de una familia aristocrática. Su padre, Aristón, se decía descendiente de los primeros reyes de Atenas. Perictione, su madre, estaba emparentada con el legislador del siglo VI a.C., Solón. Tras la muerte de su padre, siendo Platón aún niño, su madre se casó nuevamente con Pirilampes, un colaborador del estadista Pericles.
Influencias y Desilusión Política
De joven, Platón albergó ambiciones políticas, pero se desilusionó con los gobernantes de Atenas. Se convirtió en discípulo de Sócrates, adoptando su filosofía y su método dialéctico: la búsqueda de la verdad a través de preguntas y respuestas. Platón presenció la muerte de Sócrates en el 399 a.C., bajo el régimen democrático ateniense. Temiendo por su propia seguridad, abandonó Atenas y viajó a Italia, Sicilia y Egipto.
Fundación de la Academia
En el año 387 a.C., Platón fundó la Academia en Atenas, considerada a menudo como la primera universidad europea. La Academia ofrecía un amplio currículo, incluyendo astronomía, biología, matemáticas, teoría política y filosofía. Aristóteles fue su alumno más destacado.
Los Diálogos Platónicos
Los escritos de Platón se presentan en forma de diálogos. En ellos, se exponen, discuten y critican ideas filosóficas en el contexto de conversaciones entre dos o más personas. El primer grupo de escritos de Platón comprende 35 diálogos y 13 cartas, aunque la autenticidad de algunos diálogos y de la mayoría de las cartas ha sido cuestionada. Su mayor influencia fue Aristóteles.
La Polis Griega: Una Comunidad Republicana
La civilización griega clásica, y en particular la democracia ateniense, concebían la sociedad, la polis, como una verdadera comunidad. Una comunidad armónica y cohesionada, donde las diferencias sociales entre los individuos carecían de relevancia frente al estatuto de la ciudadanía. Esta condición de ciudadanos los hacía iguales bajo una misma ley común (isonomía) y permitía la participación de todos, incluyendo al pueblo (el demos), en el gobierno de la ciudad (isegoría, parresía y reparto por sorteo de las magistraturas entre los ciudadanos).
Esta polis se constituía como una comunidad republicana, una res publica orientada al bien común, al bien de la polis entera, por encima de los intereses particulares. Este bien común se entendía como: libertad (independencia frente a un poder extranjero), autarquía (autosuficiencia económica), autogobierno de los ciudadanos y, finalmente, gloria.