Pintura Gótica Italiana y Flamenca: De Siena a Flandes

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El estilo italo-gótico: Los Primitivos Italianos

Dos escuelas de pintores italianos relevan a Francia en su labor rectora y serán las que marcarán las pautas a seguir por la pintura gótica desde finales del siglo XIII hasta mediados del XIV: la Escuela de Siena y la Escuela de Florencia.

Características generales del estilo

  • En Italia se mantiene el protagonismo de las pinturas murales al fresco.
  • Riqueza cromática: azules intensos, rojos profundos, amarillos, rosas. Estos colores no son naturales y se adaptan a la psicología de los personajes. Se modera el uso de los tonos dorados característicos del Gótico.
  • Naturalismo en la representación de un espacio tridimensional por medio del sombreado, que rompía con los colores planos heredados de las vidrieras góticas.
  • Desarrollo de un marco real con paisajes urbanos o rurales donde se superponen las figuras.
  • Naturalismo en la expresión del sentimiento, de los estados anímicos por medio del gesto y la actitud, buscando la aproximación al alma del personaje.
  • Esta preocupación por el hombre y su entorno está relacionada con la religiosidad franciscana que abría el cristianismo a la naturaleza.
  • Características principales de la Escuela de Siena: dulzura, elegancia y la búsqueda de la belleza pura concentrada.
  • Característica principal de la Escuela de Florencia: monumentalidad de las figuras, con proporciones humanas.

Los Primitivos Flamencos

La primera generación de pintores de la escuela de los Primitivos Flamencos está compuesta por los hermanos Jan y Hubert van Eyck, Roger van der Weyden, Robert Campin y Joachim Patinir. Renunciando al fondo dorado y empleando la técnica del óleo como material pictórico, crean la modalidad de pintura de caballete en su concepto moderno, concebida para ser vista de cerca. Su factura es minuciosa y detallista, carácter al que contribuye el intenso desarrollo adquirido por la miniatura de códices en la corte de los duques de Borgoña, a quienes pertenecen estos estados en el siglo XV.

El Contexto

En el siglo XV, algunas ciudades de Flandes (Brujas, Gante, Ypres) se convierten en sedes de una importante escuela pictórica, que para muchos autores supone ya los inicios del Renacimiento o, al menos, uno de sus más claros precedentes. Tiene sus orígenes en el gótico internacional y su mayor aportación al arte europeo será su progresiva captación de la realidad, que se inspira en la escultura y que se verá favorecida por la nueva clientela: la burguesía (mercaderes, fabricantes, banqueros).

Características de la Pintura Flamenca

  • Minuciosidad y gusto por el detalle (gracias a las posibilidades técnicas del óleo). Las obras se conciben para ser contempladas de cerca, y por eso se recrean detalles que, en ocasiones, casi resultan imperceptibles para el ojo humano.
  • Valoración de la luz. La luz ya no es caprichosa. Cada objeto tiene ahora su propia y definida sombra; cada habitación su encuadre lumínico; cada paisaje su tonalidad segura; cada elemento su calidad exacta.
  • Interés por la reproducción de los objetos de la vida cotidiana, como las escenas burguesas en interiores, con muebles, cuadros y diversos objetos. Los objetos representados están dotados, en muchas ocasiones, de un significado simbólico.
  • Amor al paisaje, que se aprecia en las luces del horizonte o en los brillos de las aguas.

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