Pintura Barroca Española: Maestros del Siglo de Oro

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Introducción y Características

El siglo XVII, Siglo de Oro español, representa uno de los momentos culminantes de la pintura en España. En esta época emergen pintores como Velázquez, Ribera, y Zurbarán. Los principales clientes del arte eran la monarquía y la nobleza, mientras que la escasa burguesía, afectada por la crisis, no destacó como promotora artística. El artista gozaba de escasa consideración social, viéndose como un mero artesano y a la pintura como una simple actividad manual. Se habla de la generación de 1560 como la de los primeros pintores que abren este estilo por su naturalismo, antiidealismo, su factura suelta y por su aceptación de lo prosaico.

La escuela española presenta rasgos propios que la distinguen del resto de Europa. Existe un predominio de la pintura religiosa, manifestada también en otros temas como los bodegones, destacando también los retratos y las vanitas. Por el contrario, los paisajes, la mitología y los desnudos fueron escasamente tratados. Las obras muestran un gran naturalismo. La técnica más utilizada es el óleo sobre lienzo, siendo las composiciones sencillas. La simbología tiene una gran importancia. Además, los pintores españoles utilizaron tanto el tenebrismo caravaggiesco como una pintura más triunfal y luminosa que sigue modelos flamencos rubenianos.

Escuela Valenciana: Ribera

En la escuela valenciana destaca José de Ribera. Nacido en Játiva en 1591, viaja joven a Italia, viviendo en Roma algunos años antes de marchar a Nápoles, bajo la protección de los virreyes españoles, donde se le conocería como el Españoleto. Gozó de gran prestigio, creando una escuela con numerosos discípulos. Su influencia se extendió a Italia y otros países europeos. En su obra se distinguen dos etapas: una inicial tenebrista, bajo la influencia de Caravaggio; y otra de madurez, bajo la influencia del clasicismo y la pintura veneciana. Predomina la pintura religiosa, como se aprecia en sus martirios, inmaculadas, penitentes o ascetas. En su pintura de género, el naturalismo exagerado consigue obras tan singulares como El Patizambo. Utiliza tonos pardos y también incursiona en la pintura mitológica. El protagonismo de la luz en sus obras y su técnica de pincelada espesa lo convierten en un impresionante pintor de calidades, especialmente de la piel, por lo que se le conoce como el pintor de la piel.

Escuela Sevillana: Zurbarán y Murillo

En la escuela sevillana destacan Francisco de Zurbarán y Bartolomé Esteban Murillo. Zurbarán, nacido en Badajoz, vinculó parte de su vida a Sevilla. Pintó series de cuadros de claustro para conventos, por lo que se le conoce como el pintor de frailes. Domina los blancos de forma magistral y muestra un gran interés por el volumen, siendo su obra casi escultórica. Sus composiciones son simples y sencillas, resultando en ocasiones demasiado estáticas. Destacan sus bodegones, austeros y sencillos. Además, realiza pinturas de santas con ricas telas coloristas. Al final de su etapa, es desplazado por Murillo, lo que le lleva a intentar superarlo con una obra más blanda. Finalmente, murió en Madrid, pobre y olvidado.

Murillo fue un artista sevillano criticado por su carácter amable y dulzón. Sus primeros cuadros son de ambiente tenebrista, de tonalidades tostadas y opacas, como en Niños comiendo fruta. Más tarde, realiza series para conventos, de colores más ricos y armoniosos. En esta época busca crear efectos atmosféricos, con pincelada abocetada y colores suaves, descuidando el volumen. Fuera de las series, realizó multitud de obras de vírgenes y niños, que son las más populares.

Escuela Madrileña: Velázquez

Diego de Silva Velázquez nació en Sevilla en 1599. De vocación temprana, inició su aprendizaje con Herrera el Viejo y Francisco Pacheco. Introducido en la Corte por el Conde Duque de Olivares, como pintor de Corte tuvo a su cargo las Colecciones Reales, que ejercieron gran influencia en su obra.

Rubens, el pintor más famoso del momento, visitó Madrid y Velázquez lo acompañó en varias ocasiones. Velázquez hizo dos viajes a Italia, donde estudió a los grandes maestros italianos.

Las composiciones de su obra no son complicadas ni poseen movimientos exagerados. En el tratamiento de la luz, evoluciona desde el tenebrismo sevillano hacia una luz más matizada y el dominio de la perspectiva aérea. En el dibujo y el color se aprecia una gran evolución, desde un dibujo detallado y colores terrosos y oscuros hacia un dibujo de escasos elementos lineales y colores fríos por influencia de Tintoretto y Veronés. La temática es variada, juega con la interpretación de sus obras y utiliza el recurso barroco del cuadro dentro del cuadro.

Etapas de Velázquez

  1. Etapa Sevillana: Obras naturalistas con gran cuidado dibujístico. Tonalidades tostadas y estudio contrastado de la luz. Composiciones sencillas. Destacan El Aguador de Sevilla y Vieja friendo huevos.
  2. Etapa Madrileña: Retratos del rey, la familia real, el Conde Duque, bufones y locos de palacio. Inicia temas históricos y mitológicos, como Los Borrachos.
  3. Primer Viaje a Italia: Pinta La Fragua de Vulcano, una interpretación burlesca del tema mitológico.
  4. Segunda Etapa Madrileña: Dirige la decoración del Palacio del Buen Retiro y pinta retratos ecuestres. Paleta más rica y factura más suelta. Pinta Las Lanzas, obras religiosas y mitológicas.
  5. Segundo Viaje a Italia: Pinta paisajes de la Villa Médicis (El Mediodía y La Tarde) y retratos como Juan de Pareja y El Papa Inocencio X.
  6. Retorno a la Corte: Pinta retratos y cuadros mitológicos. Tonos rosados y marfileños. Obras como La Venus del espejo y Las Hilanderas. Su obra cumbre: Las Meninas.

Velázquez muere en 1660, un genio adelantado a su tiempo, reconocido por los impresionistas del siglo XIX como uno de los más grandes pintores de todos los tiempos.

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