El Pensamiento Arcaico: Orígenes de la Filosofía y la Ciencia
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1.1 La Realidad como Enigma
Desde que existe, el ser humano se encuentra en un mundo que no ha previsto ni depende de él. Desde siempre, para poder sobrevivir, vivir bien y ser feliz, necesita conocer ese mundo en el que vive para saber a qué atenerse respecto a él. El mundo en el que vivía el ser humano primitivo no era otro que la naturaleza, con la que se relacionaba directamente. Para él, la naturaleza era algo extraño; tanto las cosas que estaban junto a él como los acontecimientos que sucedían a su alrededor se le presentaban como algo misterioso, lleno de sorpresas, cuando no de peligros. Por eso necesitaba desentrañar el enigma que para él era la naturaleza. Lo único que podía hacer era intentar conocerla para relacionarse con ella de la forma más adecuada y así poder superar las dificultades que le planteaba y sobrevivir más fácilmente. Al ser humano actual le resulta difícil entender esta necesidad de orientarse en la naturaleza.
1.2 El Ser Humano como Enigma
También el ser humano se siente a sí mismo como un enigma, y en esto el primitivo y el actual son iguales, ya que, a diferencia de los demás animales, se ve continuamente obligado a elegir y a tomar decisiones. Es consciente de que tiene que tomar las riendas de su propia vida y dirigirla hacia las metas que él mismo se marque. El ser humano ha sido y es un enigma para sí mismo. No todos son iguales, y por eso, para elegir de forma adecuada, necesita conocerse, tener una idea acerca de qué tipo de vida le puede hacer feliz, acerca de qué es lo que le puede permitir llevar una buena vida.
1.3 La Fe, la Imaginación y el Valor de la Tradición
Desde siempre, el ser humano ha necesitado tener una idea sobre sí mismo y sobre el mundo que le rodea. No siempre ha utilizado los mismos instrumentos para interpretar el mundo e interpretarse a sí mismo. Hasta hace aproximadamente 2500 a. C., para orientarse, confiaban en la fe, en la imaginación y en el valor de la tradición. Como consecuencia de confiar en estos instrumentos, poseían visiones de la realidad religiosas, mágicas, míticas, que se caracterizaban porque decían que podían ser verdad o no serlo, pero no había forma de demostrar ni una cosa ni la otra.
1.4 Rasgos Distintivos del Pensamiento Arcaico
El pensamiento arcaico era un pensamiento infundado; se limitaba a hacer afirmaciones, pero sin fundamentarlas. Lo que afirmaba podía ser verdad o no, pero no había forma de probar su verdad o falsedad. Era un pensamiento acrítico; no daba razones de sí mismo, no explicitaba ni analizaba su propia metodología, no se planteaba si el camino que seguía para llegar a realizar sus afirmaciones era un camino adecuado o no. También era un pensamiento de carácter antropomórfico; para explicar el mundo, los humanos primitivos proyectaban sobre él sus propias motivaciones y vivencias. Todos los acontecimientos que ocurrían a su alrededor se convertían en acciones producidas por unos seres especiales, que son los dioses. Y, por último, era un pensamiento emocionalmente comprometido; todos sus hechos, al ser producidos por dioses, mantenían una relación directa con los seres humanos, que eran incapaces de separarse emocionalmente de ellos.
2. El Surgimiento de la Razón
2.1 La Razón como Instrumento
Uno de los pueblos antiguos inmerso en este tipo de pensamiento fue el pueblo griego, cuya vida se conoce bastante con precisión gracias a dos obras literarias, *La Ilíada* y *La Odisea*, en las que se narra con detalle la vida cotidiana de sus gentes. Los mitos eran relatos que daban origen a ritos en los que se explicaba de dónde venía el pueblo griego, cuál era su destino y dónde vivir. Gracias a los mitos, los más difíciles problemas, el de dónde y el adónde, tenían solución.
2.2 La Racionalidad en el Mundo Griego
La diferencia fundamental entre la filosofía y la ciencia radicaba en el objeto que estudiaban. La filosofía se ocupaba de la totalidad, mientras que la ciencia se centraba en aspectos específicos, como los números, las figuras y los astros. La razón y el pensamiento griego consideraban que los sentidos no eran de fiar. Las relaciones entre la ciencia y la filosofía se mantuvieron dentro de esas mismas líneas hasta la llamada Revolución Científica. Entonces, se comenzó a utilizar el llamado método experimental, que se basa en una razón que parte de la observación y trata de explicar racionalmente los hechos observados. La racionalidad científica toma un rumbo diferente, y este rumbo le proporciona, además, un desarrollo insospechado.