Parámetros Hematológicos: Importancia y Métodos de Análisis
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El VCM representa el tamaño promedio (volumen) de los hematíes de una muestra y se expresa en fentolitros (fl). La HCM es el valor promedio de la hemoglobina contenida en cada eritrocito y se expresa en picogramos (pg). La CHCM es el valor promedio de la concentración de hemoglobina en los hematíes o, dicho de otra manera, la cantidad media de hemoglobina (en gramos) que hay en un volumen determinado de hematíes (en un decilitro). Plaquetocrito: mide la fracción del volumen sanguíneo total ocupada por las plaquetas. Se expresa como % y sus valores oscilan entre 0,1-0,4%. VPM: se define como el valor promedio del tamaño de las plaquetas. El ion ferroso de la hemoglobina, en presencia de ferrocianuro potásico, se oxida a ion férrico (Fe3+), dando lugar a la metahemoglobina. La metahemoglobina pasa a cianmetahemoglobina en presencia de cianuro potásico. Finalmente, se mide la densidad óptica en un espectrofotómetro a 540 nm. Hematocrito: % del volumen total de la sangre compuesta por hematíes. Se basa en sedimentar los hematíes de un volumen de sangre determinado mediante la fuerza centrífuga y medir el volumen que ocupan.
Los contadores o autoanalizadores hematológicos permiten analizar un volumen grande de muestras en tiempos reducidos con mayor exactitud, precisión, seguridad y sencillez que los métodos manuales. Estos equipos proporcionan mayor información que los análisis manuales y para hacerlo necesitan un volumen reducido de sangre. Canal eritr/plaquetas: serie roja (rec. hematíes, hematocrito, VCM, histograma, amplitud distribución eritrocitaria), plaquetas (rec. plaquetas, plaquetocrito, VPM, histograma, índice dispersión plaquetas). Canal hemog: c de hemoglobina, hemog cm, c hemog cm. Result num: expresión cuantitativa de cada uno de los parámetros incluidos en el hemograma. Res.graf: histogramas, que proporcionan información sobre un único parámetro, relacionando el número de células que expresan el parámetro y la intensidad con que lo expresan. Citogramas que proporcionan información sobre dos parámetros, situando cada célula en una posición determinada de un espacio bidimensional en función de la intensidad con que expresan ambos parámetros.
Graf flujo: representan el flujo de partículas por los distintos canales durante el intervalo de medida y permiten descartar medidas alteradas por problemas mecánicos o hidrodinámicos, como obstrucciones de los orificios o capilares. Alarmas: señalan posibles resultados anómalos que requieren comprobación, revisión o realización de estudios posteriores. Cualitativas: basadas en la detección de posibles alteraciones morfológicas, que requieren comprobación mediante el estudio microscópico, manual o automatizado, de la extensión sanguínea. Alarmas de blastos, desviación izquierda, eosinofilia… Cuantitativas: basadas en los recuentos celulares, entre ellas, las alarmas de anemia/policitemia, leucopenia/leucocitosis y trombopenia/trombocitosis. Er lim equipo: err coincidencia, cont diluyentes, cont entre muestras, obstrucción orificios y capilares, presencia microburbujas, averías. Er natur muestra: coagulación parcial, falta de homogeneidad, presencia de grandes concentraciones de crioaglutininas, recuento leucocitario alto, lisis deficiente de hematíes. Morfo c digit: escáner de preparaciones con objetivos 10x y 40x. El escáner realiza un barrido automático de la preparación teñida con uno de los objetivos y obtiene una réplica digital de la extensión. Software experto de análisis de imagen, que localiza e identifica las células presentes en la sangre.
West: determinación de VSG con sangre anticoagulada con citrato sódico al 3,8%, en una proporción de 4:1. Llenar con la sangre anticoagulada una pipeta graduada de 300 mm de longitud y 2,5 mm de diámetro interno, enrasándola en la primera marca (0 mm). Colocar la pipeta en un soporte que la mantenga en posición vertical, y de manera que quede sellada en ambos extremos. Poner en marcha un cronómetro. Las pipetas con la sangre se deben mantener en posición vertical y sin moverlas durante una hora. Durante este tiempo, los hematíes van sedimentando, dejando en la parte superior una franja de plasma limpio. Transcurrida una hora, medir en la escala de la pipeta la distancia que han sedimentado los hematíes, que vendrá marcada por la separación que se observa entre el plasma limpio y los hematíes. El resultado se expresa en mm/h. Crioag: anticuerpos del sistema inmunitario que actúan contra hematíes a baja Tª. Produce macrocitosis (VCM elevado), recuentos de hematíes disminuidos y elevación de CHCM. El análisis de los histogramas y citogramas puede hacer sospechar este problema. Cuando se detecta, conviene repetir el hemograma calentando previamente la muestra a 37 °C.
En infección bacteriana, la neutrofilia suele ir acompañada de la presencia en sangre de formas jóvenes de los neutrófilos, como neutrófilos en cayado, metamielocitos y mielocitos. Este fenómeno se conoce como la presencia aislada de cayados y se considera normal, siempre que su proporción no supere el 2%. La presencia en los neutrófilos de granulaciones prominentes; este fenómeno se denomina es el caso de cirugías, quemaduras, enfermedades autoinmunes, tratamiento con corticoides, etc. Rec cel: diluir la sangre total anticoagulada con EDTA con el diluyente adecuado en una proporción determinada. Cargar la dilución en una cámara de recuento o hemocitómetro. El hemocitómetro más utilizado es la cámara de Neubauer. Contar bajo el microscopio con el objetivo 40x las células presentes en un volumen concreto de dilución. Efectuar los cálculos necesarios para obtener el número de células/µl de sangre. Cam n: porta especial de vidrio, de un grosor muy superior al de un portaobjetos convencional. Tiene una franja central delimitada por dos surcos laterales y dividida en dos por un surco horizontal central. Cada una de las dos partes en que queda dividida esta franja es una cámara de recuento y tiene grabada una cuadrícula consistente en un cuadrado de 3 por 3 mm con una serie de subdivisiones internas en cuadrados más pequeños. Microh: se utilizan capilares específicos para esta determinación, normalmente de 75 mm, que se llenan directamente del tubo de sangre anticoagulada, colocándolos ligeramente inclinados en la boca del tubo. Los capilares no se llenan enteros, sino aproximadamente unos 3/4 de su longitud, evitando la presencia de burbujas de aire.
El capilar con la sangre se sella con plastilina por el extremo por el que se ha llenado y se centrifuga en una centrífuga para microhematocrito a 10.000-12.000 rpm durante cinco minutos. Estas centrífugas tienen un rotor especial plano, con ranuras para colocar los capilares y una banda elástica en la periferia. Los capilares se colocan en las ranuras con el extremo sellado en contacto con la banda periférica, lo que evitará su vaciamiento durante la centrifugación. La lectura se realiza midiendo directamente la columna de hematíes y la columna total de sangre (hematíes + plasma), con una regla graduada en milímetros y calculando el hematocrito en tanto por ciento mediante una regla de tres. Para facilitar la lectura, existen lectores de hematocrito. Consisten en un soporte con una ranura donde encaja el capilar. El soporte tiene una línea vertical en el centro y una marca (normalmente un punto rojo) en un extremo. El capilar se coloca en la ranura con la parte de los hematíes apuntando a la marca roja y la interfase de separación entre hematíes y plasma coincidiendo con la línea vertical. Debajo del soporte hay un disco con dos líneas en ángulo que se puede desplazar y girar hasta que las dos líneas coincidan con los extremos de la muestra en el capilar (la separación entre plastilina y hematíes por un lado y el extremo libre del plasma por el otro).
Met rayos láser: en los contadores que aplican esta tecnología, la fuente lumínica suele ser un láser de helio o neón, que produce luz monocromática de una determinada longitud de onda. La suspensión celular se sitúa en un capilar; el rayo láser atraviesa el capilar e incide sobre un detector. Cuando el rayo impacta sobre una célula, se producen fenómenos de absorción, difracción y dispersión en todas las direcciones. La magnitud de estos fenómenos y los ángulos de dispersión de la luz dependerán de las características de la célula iluminada en cuanto a tamaño, superficie celular, densidad nuclear… La dispersión frontal de la luz en ángulos bajos se correlaciona con el volumen celular y el índice de refracción, mientras que la dispersión frontal en ángulos altos y la dispersión lateral se correlacionan con la complejidad celular (lobularidad nuclear, granulaciones citoplasmáticas, etc.). Mediante juegos de filtros, espejos y lentes se concentra la luz dispersada en los diferentes ángulos y se la hace incidir sobre fotodetectores que la transforman en señales electrónicas proporcionales. En definitiva, por cada célula que atraviesa el haz láser, se genera un conjunto de señales electrónicas que aportan información cuantitativa (recuento) y cualitativa (recuento diferencial).