El Panteón y el Coliseo: Maravillas Arquitectónicas de la Antigua Roma

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El Panteón: Un Templo a la Grandeza Romana

En tiempos de Agripa, destacado general y yerno del emperador Augusto, surgió la idea de construir un templo dedicado a los numerosos dioses de Roma. Aquel primer edificio sufrió las consecuencias del incendio del Campo de Marte del año 80 d.C., y fue restaurado en época de Domiciano.

El edificio actual, sin embargo, a pesar de la inscripción de tiempos de Augusto que campea en el frontón (M.AGRIPPA.L.F.COSTERTIUM.FECIT: Marco Agripa mandó construirlo en su tercer consulado), es una construcción realizada en tiempos del emperador Adriano en la primera mitad del siglo II (118-125), nueva desde los cimientos.

La planta circular simboliza la acogida ofrecida a todos los dioses, siendo esta forma peculiar de la planta lo que obliga a una solución arquitectónica muy atrevida, donde se pone de manifiesto la excelente capacidad técnica de los ingenieros romanos.

Curiosamente, la medida del diámetro (43,5 m) es la misma que la de la altura hasta la clave de la cúpula, lo que crea en el interior una sensación espacial única. Las medidas de la cúpula y su enorme peso la convierten en la más grande construida hasta entonces, y los problemas que presentaba su asentamiento supusieron un reto que acabó por demostrar el gran nivel técnico de los constructores romanos.

Innovaciones Constructivas del Panteón

La cúpula se asienta directamente en un muro circular realizado con opus caementicium, formado a base de cal, cascote y fragmentos de ladrillo. La estructura interna de este anillo mural consta de dos elementos que actúan de sostén:

  • Por una parte, 8 enormes pilares (machones) de 6 metros de grosor.
  • Entre ellos, una serie de arcos de descarga, que sirven para transmitir el peso de la cúpula a los pilares, auténticos soportes del peso de aquella.

Este sistema tan perfectamente estudiado en el reparto de cargas, no solo explica la ausencia de contrafuertes exteriores, innecesarios, sino que, además, hace posible que sus autores se permitan el lujo de abrir en el muro, hacia el interior, 7 exedras, más la puerta de entrada en las zonas intermedias entre los pilares, y aún vaciar el núcleo de los mismos machones y abrir allí cámaras semicirculares.

La cúpula propiamente dicha, para reducir su peso, consta de dos paredes paralelas rellenas de materiales ligeros (escoria volcánica, cerámica, etc.) y ladrillos grandes colocados en líneas concéntricas para una mejor trabazón. Otro medio de aligerar su peso fue disminuirle el grosor en altura, de tal manera que en la parte inferior tiene el mismo grosor que el cilindro, 6 metros, pero este va disminuyendo en altura hasta el nivel del óculo que solo tiene 1,5 metros de grosor.

Un Espacio Único: El Interior del Panteón

En el interior, la sensación espacial que consigue esta estructura es única:

  • Se produce una centralización del espacio gracias a su trazado circular y a la propia forma y altura de la cúpula; además, parece que arranca justo de la mitad de la altura, si bien no es exactamente así pues comienza un poco más arriba.
  • Se abren 8 grandes nichos o exedras en el interior, uno ocupado por la puerta y el resto en alternancia de rectángulos y semicírculos, correspondiendo estos a ejes axiales del edificio.
  • Toda la cúpula presenta casetones, que disminuyen el tamaño en altitud, lo que acentúa la sensación de abstracción, agudizada por el gran óculo circular que ilumina homogéneamente (sin sombras) y de forma difusa, tranquila y suave toda la estancia.
  • Originariamente corría un ático con ventanas a la altura del arranque de la bóveda que aumentaba la sensación de luminosidad interior, pero que se cegó en el siglo XVIII.

En semejante escenario, podemos imaginar al emperador dentro de este edificio como un auténtico Cosmocrator o señor del Cosmos.

El Exterior del Panteón: Una Fachada Imponente

En el exterior, el templo se erguía en el fondo de una plaza rectangular porticada de donde surgía imponente la enorme fachada de corte clásico. La fachada se trata en realidad de un pórtico que distribuye 16 columnas monolíticas de granito egipcio y capiteles corintios, que se dispone en naves, la central más ancha y cubierta con bóveda, y las laterales con techo plano.

El revestimiento exterior del muro circular sería igualmente espectacular, pues estaría recubierto con placas de mármol y estuco en su parte superior, muy diferente de la imagen actual, desnuda y descarnada. Por su parte, la cúpula debía recubrirse exteriormente con tejas de bronce dorado, centelleantes con la luz.

El Legado del Panteón

El Panteón se utilizó desde la época bizantina como iglesia, al donarlo el emperador Nicéforo Focas al papa Bonifacio VII y este dedicarlo al culto de Santa María ad Martyres.

Miguel Ángel dijo de este templo que "su diseño parecía angélico y no humano".

Curiosamente, de esta obra fundamental en la Historia de la arquitectura desconocemos el autor; aunque se señala a Apolodoro de Damasco como su constructor. Apolodoro fue un afamado arquitecto que trabajó para el emperador Trajano (gran puente sobre el Danubio en las Guerras Dácicas, urbanización del Foro de Trajano, Termas de Trajano, Mercados Trajanos, Aula Regia). En todas estas obras, su genio aporta novedades técnicas realmente originales y osadas; pero también es cierto que en la época de Adriano, la antipatía que el nuevo emperador le profesaba al arquitecto alejó a este de los programas constructivos oficiales.

El Coliseo: Un Escenario de Espectáculos y Poder

El Coliseo o anfiteatro Flavio comenzó a construirse en el año 72 d.C., durante el mandato del emperador Flavio Vespasiano (69-79). Fue inaugurado por su sucesor Tito (79-81) en el año 80, aunque no se completó totalmente hasta el año 82, en el reinado de su hermano Domiciano (81-96). Fue el anfiteatro más grande jamás construido.

Su nombre procede del hecho de construirse cerca del fastuoso palacio de Nerón, la Domus Aurea, en cuyas proximidades se alzaba una estatua del propio Nerón de casi 20 metros de altura (Coloseum, "coloso", su nombre popular). Se hace necesaria su construcción al desaparecer el antiguo anfiteatro (Estatilio Tauro) en el incendio de Roma del año 64.

Función y Significado del Coliseo

Su función era la mencionada, aunque las proporciones y la "modernidad" de este anfiteatro también permitían grandes espectáculos como las naumaquias o batallas navales. La entrada era gratuita, y la gente se situaba según su estatus social. La construcción del Coliseo fue considerada un generoso regalo del emperador al pueblo, que ayudó a potenciar la imagen benefactora de su poder y glorificó su figura semidivina.

Dimensiones y Materiales del Coliseo

Presenta planta oval, midiendo 187,75 x 155,60 m, la arena 79,35 x 49 m. Estas medidas permitían un aforo de 50.000 espectadores. Como materiales de construcción se usaron hormigón, ladrillo, travertino (piedra caliza blanca o amarillenta como es la de Tívoli) y toba (roca volcánica, porosa y ligera).

El Interior del Coliseo: La Cávea y los Subterráneos

En el interior, la cávea o grada se dispone en tres pisos comunicados entre sí, con pasillos que se cubrían con bóvedas de arista o de cañón.

Bajo la arena original quedan restos del complejo dispositivo que permitía la realización de los diferentes eventos, así como la infraestructura de todo el edificio. En estos subterráneos se guardaban los objetos, máquinas, las jaulas de las fieras y las armas de los gladiadores. También debieron instalarse aquí enfermerías para los luchadores heridos y depósitos de cadáveres para las víctimas.

El piso de la arena situado encima de estos subterráneos era de madera; elevándose a la escena, por medio de máquinas, las fieras, las trampillas, etc.

Desde este interior destacaban las dos puertas principales que abrían el edificio en sus extremos: a la derecha la puerta Triumphalis, sobre la que se colocó una monumental cuadriga con la efigie del emperador, y a la izquierda la puerta Libitinaria, que es por donde se evacuaban las víctimas.

El Exterior del Coliseo: Superposición de Órdenes

En el exterior, cada piso abre galerías en arcos de medio punto, con semicolumnas adosadas en los espacios intermedios, de diferente orden las de cada piso: dórica-toscana en el primero, jónica en el segundo y corintia en el tercero (esta técnica recibe el nombre de superposición de órdenes).

En las arcadas de los pisos segundo y tercero se colocaron estatuas y sobre el arco de la entrada principal una cuadriga. El mismo Tito le añadió un piso más para aumentar el aforo, con pilastras adosadas al muro.

En el remate superior se colocaban mástiles para instalar toldos (velarium) y así dar sombra a los espectadores; no debían ser fáciles de manejar pues para su maniobra tenían que venir marineros de la base naval de Misenum.

Para mayor realce, se cubría todo el exterior con planchas de mármol.

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