Panorama de la Narrativa y el Teatro Hispanoamericano y Español: Del Realismo Mágico al Teatro Contemporáneo
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La Narrativa en Hispanoamérica
El auge de la narrativa hispanoamericana viene marcado por dos momentos determinantes en su desarrollo: el surgimiento del realismo mágico y su consolidación con los autores del boom. Los temas principales de la narrativa hispanoamericana son dos: la presencia de los problemas existenciales junto a los sociales y la irrupción del realismo mágico. En el aspecto estético, se tiende a una prosa cuidada y a estructuras elaboradas.
Los autores más representativos de esta renovación son:
- Miguel Ángel Asturias: cuya obra más relevante es El señor Presidente.
- Alejo Carpentier: con obras como El reino de este mundo.
- Jorge Luis Borges: uno de los más importantes en la literatura universal. Su creación narrativa se compone de relatos cortos. Algunas de sus obras son Ficciones, El Aleph... Sus relatos tienden a ser juegos imaginativos que ponen al lector ante insólitos ejercicios intelectuales. Los temas que encontramos en sus obras pueden ser la presencia de laberintos que simbolizan el universo, espejos con imagen del desdoblamiento en la personalidad del hombre, entre otros.
- Juan Rulfo: su creación es brevísima, se reduce a una colección de cuentos titulada El llano en llamas, y a la novela Pedro Páramo.
La década de los 60 supone para la novela hispanoamericana una etapa de máximo esplendor, conocido como el boom, con obras como Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez. Estos novelistas tienden, por lo general, a la novedad respecto a la forma y a la fidelidad respecto al tema que se trataba, como era el de la realidad de Hispanoamérica vista desde diferentes puntos de vista.
Algunas de las técnicas narrativas en la novela del boom son: la ruptura del tiempo y el espacio, la mezcla de lo real y lo mítico, la participación activa del lector, la diversidad y mezcla de estilos, entre otras.
Escritores del Boom
- Julio Cortázar: su obra se compone de relatos breves y novelas. Sus cuentos son verdaderos juegos de ingenio e imaginación. El estilo de su prosa se caracteriza por su musicalidad, por el ritmo fluido de sus oraciones. Tiene obras como Las armas secretas, Rayuela, entre otras.
- Gabriel García Márquez: su obra cumbre es Cien años de soledad, fue premio Nobel de Literatura en 1982. En sus obras emplea elementos trágicos y fantásticos con un tratamiento tradicional.
- Mario Vargas Llosa: toma la realidad como tema de sus narraciones y se introduce en mundos míticos sacados de su propia vida y del Perú. Tiene obras como: La ciudad y los perros, La casa verde, entre otras. Su producción literaria responde a tres aspectos básicos: el autobiografismo proyectado en tercera persona, la ambición totalizadora que abarca toda la realidad, y un enfoque novedoso para convertir la realidad en materia poética. Para ello emplea técnicas complejas como la confusión de tiempos narrativos, la mezcla de acciones e innovaciones léxicas.
- Otros autores: Carlos Fuentes, José Donoso, Ernesto Sábato, entre otros.
Teatro en los Años 40 y 50
El impacto de la Guerra Civil en el género teatral fue tremendo.
Teatro Años 40
El teatro de este periodo está condicionado por la sociedad burguesa del momento y dirigido a su ideología. Las representaciones teatrales en estos años eran las siguientes:
- Teatro cómico: heredero del sainete, lleno de situaciones tópicas y chistes lingüísticos.
- Teatro histórico-político: que invitaba a olvidar la realidad y cantaba glorias y héroes del pasado.
En la creación dramática sobresalen:
- El drama burgués: continuación de la comedia benaventina, defienden valores conservadores, encuadrados en obras de correcta construcción y diálogos elegantes.
- El teatro de humor: es lo más interesante del periodo. Enrique Jardiel Poncela tratará de crear una comicidad de lo inverosímil, caracterizada por la ruptura con las formas tradicionales del amor. También destaca Miguel Mihura, quien escribió Tres sombreros de copa, donde el lector encontraba el humor cercano a lo absurdo, la burla corrosiva de los hábitos burgueses y provincianos, entre otros temas.
Teatro Realista de Protesta y Denuncia Años 50
En esta década se estrenan tres obras importantes: Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo, Tres sombreros de copa de Miguel Mihura, y Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre.
a) Los temas ahora eran sobre los problemas de obreros o gentes humildes; muchas piezas no llegaron a estrenarse, por lo que se habla de un teatro soterrado.
b) Estéticamente predomina el realismo. Existen diferencias entre los autores: Alfonso Sastre emplea formas y temas diversos dentro de su constante compromiso; por su parte, Lauro Olmo en su obra La camisa crea un drama proletario.
La Obra Teatral de Buero Vallejo
Su producción está marcada por el compromiso ante los temas humanos más universales. Su género preferido es la tragedia; su teatro es problemático, ya que muestra los problemas, pero no ofrece soluciones. El diálogo ocupa un papel importante. Los aspectos espectaculares adquieren importancia. El espacio escénico suele estar descrito detalladamente. En sus obras destacan los dramas históricos, también los dramas de personajes con taras.
Teatro desde los 60 hasta Hoy
En la década de los 60 surge un movimiento de renovación que se caracteriza por un acercamiento a las corrientes europeas y mundiales. Aparecen grupos de teatro independiente, que actúan al margen de los circuitos culturales establecidos. Características generales: creación colectiva de la obra, escasa valoración del texto, enfoques críticos que no se limitan a lo político y social, ruptura de las convenciones escénicas de tiempo y espacio.
Los autores individuales de este periodo se enfrentaron con más obstáculos aún que los representantes del realismo social, ya que continuaron siendo fuertemente críticos y sus novedades estéticas no fueron aceptadas por un público y una crítica muy conservadores. Destacan Francisco Nieva y Fernando Arrabal.
En la democracia, el teatro experimentó una crisis importante. En las últimas décadas, los apoyos institucionales han garantizado la supervivencia del teatro, a lo que hay que añadir la constancia de los movimientos teatrales que perviven en circuitos marginales. El panorama de estos últimos años es variado y cambiante.