Paisajes Agrarios en España: Diversidad, Problemáticas y Conservación
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En estos espacios en continua mutación, se aprecia la competencia del turismo y la industria en disputa por el suelo. A continuación, se describen los principales paisajes agrarios de Andalucía y Canarias, junto con sus problemáticas y desafíos.
Andalucía: Diversidad de Paisajes Agrarios
En Andalucía se distinguen los siguientes paisajes:
- Cinegético-forestal de las montañas: Particularmente en Sierra Morena, se configura como un espacio de cotos de caza.
- Las campiñas béticas: Son el espacio cerealista por antonomasia. Hoy acogen amplias superficies de girasol y otras plantas industriales. Son asiento de grandes cortijos.
- El paisaje del olivar: Conforma una franja continuada, sobre todo en el Subbético.
- Las hoyas y las depresiones interiores: Son significativos enclaves agrarios entre montañas, espacios de antigua ocupación humana que acogen el regadío y un policultivo, como los cereales y las plantas industriales, como el tabaco y la remolacha.
- El litoral: Alberga desde los cultivos subtropicales hasta los enarenados.
Canarias: Agricultura en un Entorno Volcánico
Canarias tiene una superficie agraria muy reducida por la naturaleza volcánica de las islas. Gracias al esfuerzo humano, se han construido terrazas. Las islas Canarias desarrollaron una agricultura de exportación basada en el plátano, la patata y el tomate. Tradicionalmente, la agricultura insular ha coexistido con una notable cabaña de ganado caprino.
Problemática de los Paisajes Agrarios: Dinamismo y Crisis
Muchos de estos paisajes tienen un gran dinamismo, pues encontramos en ellos:
- Zonas de agricultura competitiva.
- Secanos especializados en algunos cultivos.
- Zonas con escasas actividades agrícolas y dedicadas a actividades recreativas, turísticas o segundas residencias.
Muchos paisajes afectados por crisis agrarias o reestructuración productivista se han ido deteriorando. Entre estos paisajes encontramos:
- Huertas cercanas a pueblos: Regadas por ríos y arroyos, que conforman el paisaje y que tienen unos elementos a respetar como son los cultivos, manantiales, albercas, molinos, casas, etc. Se convierten, por tanto, en elementos paisajísticos de gran valor que integran elementos culturales.
- Los paisajes agrarios de montaña: De gran extensión y variables condicionamientos, también se encuentran en crisis la mayoría de las veces porque los productos obtenidos en ellos no tienen muchas probabilidades económicas.
- El litoral: Se ha devastado con las construcciones turísticas y urbanas, y en algunos casos se ha reconvertido en paisajes agrícolas intensivos.
- El paisaje de olivar de montaña: Propiamente andaluz. En torno a él se ha creado una cultura importante, tanto para la economía como para la vida de los andaluces.
- La dehesa: Con la expansión agrícola de los siglos XIX y XX se han ido reduciendo. Las causas de su degradación se deben al envejecimiento del arbolado por falta de renovación del mismo, invasión del matorral, erosión, falta de incorporación tecnológica, etc. En Andalucía es de destacar el paisaje de la dehesa (Sierra Morena, sierras gaditanas y, de forma esporádica, en sierras de la Subbética).