Orígenes de la Jerarquía de Sexos: Un Estudio sobre la Inferioridad Femenina en la Sociedad Patriarcal
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La Insuficiencia de la Fuerza Física como Explicación Única
Si bien la diferencia de fuerza física pudo haber sido un factor inicial en el origen de la jerarquía de sexos, esta tesis se muestra incompleta. La situación de inferioridad física de la mujer ha sido aprovechada por el varón para excluirla de la relación de igualdad humana, especialmente al decidir que dejara de participar en las decisiones y apartarla del sistema productivo. Desde entonces, el hombre ha aprovechado sus ventajas para consolidar su posición dominante, y lo ha hecho en un doble aspecto:
- Realizando su trascendencia: El acto de proveer alimento a la tribu cobró una relevancia especial e implicó la confección de instrumentos. El hombre hace planes, establece fines, trasciende, mientras que la mujer queda recluida en el hogar, en la inmanencia.
- Devaluando la maternidad: En una sociedad que encumbra los valores masculinos, el misterio de la maternidad no podía ser venerado, por lo que se devalúa. Ella da vida, pero él arriesga la suya, y es eso lo que lo convierte en el héroe de la tribu. No hay nada más venerable que exponerse al peligro, por eso en la humanidad la superioridad no la tiene el sexo que engendra, sino el que mata.
Así pues, ha sido el factor cultural el determinante en la jerarquía de los sexos, factor que ha permitido al varón erigirse como único sujeto en una sociedad patriarcalizada, que ha reducido a la mujer a la extrema alteridad.
El Papel de los Mitos en la Perpetuación de la Inferioridad Femenina
Por otro lado, los mitos sobre la mujer han jugado un papel decisivo en el mantenimiento de su situación de inferioridad. Estos mitos han sido creados por el varón y a la medida de sus intereses. Su creación es un acto deliberado de la sociedad patriarcal para mantener su posición de privilegio. Por eso, en casi todas las formulaciones mitológicas, la mujer aparece siempre pasiva, cosificada y consentidora de su situación (Eva en la mitología cristiana). Aun en las sociedades modernas podemos encontrar restos de estos mitos, como los de la mujer-naturaleza, la virginidad y la menstruación, que son concreciones del "eterno femenino".
La Virginidad como Instrumento de Control Económico y Social
Las leyendas sobre la virginidad están sustentadas por intereses económicos. Obligar a la mujer a que llegue virgen al matrimonio minimiza las probabilidades de legar propiedades a un hijo que no sea del marido. Además, es la expresión máxima del sentido de la opresión, ya que al ser virgen para él, no podrá serlo para nadie más.
La Mujer como Naturaleza y Semejante: Una Dualidad al Servicio del Patriarcado
Por otra parte, la mujer cumple el doble papel de naturaleza y semejante. En cuanto a la naturaleza, es fuente de vida, pero también pasividad. Y en cuanto a semejante, la mujer es la conciencia que necesita el varón para reconocerse como conciencia. Si se tratase de otro varón, el conflicto se manifestaría en toda su crudeza, pero la condición sumisa de la mujer evita toda hostilidad.
Persistencia de Creencias Arcaicas: El Tabú de la Menstruación
Aun persisten en nuestros días creencias relacionadas con el miedo al poder de la sangre menstrual, como ejemplo, el desaconsejar a las mujeres que estén menstruando hacer la mayonesa.