Orígenes y Desarrollo de la Segunda Guerra Mundial: Causas, Actores y Consecuencias
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Causas y Antecedentes de la Segunda Guerra Mundial
Duroselle considera que los orígenes y causas de esta guerra plantean menos problemas, al menos respecto de Europa, que la Primera Guerra Mundial, ya que las responsabilidades están más claras. Casi todos los autores apuntan a Adolf Hitler y la política de la Alemania Nazi como la principal responsable de la guerra. Hitler no deseaba la guerra solo por un afán belicista, sino como medio para obtener la revisión del Tratado de Versalles y engrandecer Alemania. Los golpes de fuerza de los años 30 se deben a la política hitleriana y el inicio de la guerra se produce por la invasión de Polonia por las fuerzas nazis.
Bouthoul habla de la «agresividad demográfica» de Alemania, Italia y Japón, que lleva a estas tres potencias fascistas a desencadenar la guerra para conquistar un «espacio vital» (Lebensraum) para dar salida a una población superabundante y para obtener los recursos necesarios para su desarrollo económico.
Autores como Taylor y Robertson también responsabilizan a Gran Bretaña, Francia y EE.UU., por no frenar a Hitler antes. Barnes dice que Roosevelt deseaba la guerra para reactivar la economía de EE.UU. y que no hizo nada para evitar el ataque japonés. Parece evidente que las grandes potencias debían haber "parado" a Hitler antes, pero la mayoría coincide en que las rivalidades por el control del Pacífico resultaban inevitables desde el momento en que el militarismo imperialista japonés inicia su expansión definitiva con la conquista de Manchuria.
La mayor parte de los historiadores consideran los factores económicos como fundamentales para entender el desencadenamiento de la guerra. Bettelheim considera estos factores como los únicos responsables de la guerra, ya que la recuperación económica, durante los años 30, depende, según él, de la industria armamentística y de la conquista de nuevos territorios para extender el comercio exterior y obtener materias primas.
Causas Profundas
Políticas
La crisis de las democracias occidentales y del sistema económico librecambista provocó la aparición de regímenes autoritarios (fascismo, nazismo, stalinismo), que impusieron políticas territorialmente expansionistas y que alteraron el orden fronterizo establecido. Japón pretendía extender su influencia territorial por el Pacífico y Asia; Alemania e Italia proponían la revisión del Tratado de Versalles y el desarrollo de la idea de espacio vital, lo que chocaba con los intereses territoriales del resto de potencias. Los acuerdos diplomáticos de los años 20 (Plan Dawes y Young, Tratado de Locarno, creación de la Sociedad de Naciones - SDN), saltaron por los aires durante los años 30, al crecer los deseos de revancha de Alemania y el revisionismo territorial italiano. Los regímenes democráticos y el liberalismo en general no pudieron o no supieron hacer frente al radicalismo de izquierdas y de derechas, ni al nacionalismo expansionista de los regímenes autoritarios, debido, tal vez, a su debilidad interna y a la crisis económica.
Ideológicas
El enfrentamiento de las ideologías autoritarias con el liberalismo democrático forma parte del ambiente ideológico de los años 20 y 30. El fascismo-nazismo considera el liberalismo como una ideología decadente y propugna su derrota y sustitución por regímenes fuertes que regeneren las sociedades occidentales. El concepto de decadencia de occidente de Spengler adornará estas ideologías autoritarias. A esto se une, además, el antisemitismo y las políticas racistas y xenófobas en general. Por otra parte, el marxismo soviético, desde la izquierda, también propone el fin del liberalismo burgués.
Económicas
El desarrollo de políticas económicas proteccionistas y autárquicas para salir de la crisis de 1929, provocó el intento por controlar mercados exclusivos para exportar manufacturas y adquirir materias primas, fuentes de energía y alimentos, y políticas ultraprotectoras de la economía interna. La crisis de 1929 y sus secuelas de paro e indigencia, reducen las bases sociales de los regímenes democráticos e incrementa las del fascismo y marxismo. Bettelheim añade que el rearme se convirtió en el motor de la recuperación económica alemana en los años treinta, pero el esfuerzo no podía sostenerse por mucho más tiempo, lo que empujó a Hitler a la guerra.
Causas Próximas
1. El Expansionismo Territorial
: El militarismo japonés del general Tojo defendía la expansión por Asia y Oceanía, para garantizar un área comercial protegida y el abastecimiento de materias primas. Esto lleva a la invasión de Manchuria en 1933 y la creación del estado de Manchukuko, dependiente de Japón, a pesar de las protestas de la S.D.N. En 1937 Japón declara la guerra a China, a pesar de la oposición de Estados Unidos que envió ayuda a China. La Italia de Mussolini, por su parte, mantendrá una postura antialemana hasta 1934, por la intención de Hitler de unificar Alemania y Austria, pero la condena internacional a Italia por la ocupación de Etiopía y las sanciones aprobadas por la S.D.N., lograron el acercamiento definitivo a Alemania, al contar con el apoyo alemán para la expansión italiana en África y Albania. Alemania, desde el ascenso de Hitler al poder inició la revisión de las cláusulas territoriales del Tratado de Versalles y la puesta en marcha de los planes expansionistas que Hitler ya había anunciado en su “Mein Kampf”, con su concepto del Lebensraum (espacio vital), que sustituye a la vieja idea de pangermanismo. A lo largo de los años 30, y ante la inoperatividad de las potencias europeas, Hitler incorpora diferentes territorios a Alemania: El Sarre en 1935 después de celebrar un plebiscito; Renania en 1936; el Anschluss o unificación con Austria en 1938; los Sudetes checos en 1938; Memel y parte de Checoslovaquia en 1939.2. La pasividad de las potencias democrá ticas: La guerra civil española supuso un ensayo general de la II Guerra Mundial, no sólo por algunas armas y tácticas de combate ensayadas por los alemanes, sino por el enfrentamiento ideológico que supuso y la timidez de las potencias democráticas para apoyar al gobierno legitimo contra los golpistas y sus aliados fascistas. Esta timidez se reproducirá en numerosas ocasiones a lo largo de los años 30, permitiendo el crecimiento militar y territorial de Alemania, Japón, Italia, y la URSS. La S.D.N., Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, se mostraron como potencias débiles y demasiado preocupadas por sus intereses particulares, lo que permitió a Japón iniciar su expansión en Asia, y al resto revisar el tratado de Versalles. La Conferencia de Munich (30-IX-1938) supuso la aceptación, por parte de las potencias democráticas, de la política de Hitler, creyendo que esto saciaría su voracidad, y la República española de Negrín ve truncadas sus posibilidades de obtener apoyo contra las tropas de Francos. Daladier, Hitler, Chamberlain y Mussolini, acordaron un status quo que evitaría la guerra. Chamberlain fue recibido en Londres como un héroe por haber evitado la guerra, pero un año después se inició la invasión de Polonia.3. La quiebra del status diplomá tico de los añ os 20 y los virajes diplomá ticos hacia la guerra: Los años 20 sirvieron para revisar, por lo menos en lo económico, el tratado de Versalles y para lograr un orden internacional basado en la diplomacia y certificado en el Tratado de Locarno en diciembre de 1925. El pacto Briand-Kellog de 1928 firmado por 15 países y ratificado por otros 63, comprometía a los firmantes a no recurrir a la guerra para resolver conflictos. Sin embargo en los años treinta todo esto fue insuficiente. La S.D.N., demasiado elitista y condescendiente con los intereses de los grandes, y debilitada por la ausencia de Estados Unidos, se desintegró en los años 30, cuando Alemania, Japón, Italia, la abandonan. El 2 de febrero de 1932 se produce el último intento de acuerdo internacional en la Conferencia sobre desarme, pero fracasa. En abril de 1935 Francia, Gran Bretaña e Italia firman el pacto de Stressa, para oponerse al Anschluss. En mayo de 1935 Francia y la URSS firman un pacto que intenta alejar a los soviéticos de Alemania, a pesar de la colaboración económica y militar que habían mantenido desde hacía tiempo. Francia y Gran Bretaña mantienen sus tratados y alianzas y lograran atraer a su circulo a Grecia, amenazada por Italia, Rumania, que deseaba proteger su petróleo de la Alemania de Hitler, y Polonia, que en abril de 1939, ante las presiones alemanas por ocupar la ciudad de Dantzig, firmo un pacto con Francia y Gran Bretaña. Hasta 1936 la balanza diplomática todavía favorece a las democracias occidentales, pero a partir de este año las alianzas empiezan a cambiar. Pronto se inició un baile diplomático que generó múltiples pactos y alianzas que llevan directamente a las posiciones de 1939. En 1933 Hitler abandona la SDN, renuncia a los acuerdos de Locarno, e inicia el rearme alemán. En 1936 nace el Eje Roma-Berlín, después de la firma de un pacto Hitler-Mussolini en ese año que será ratificado por un pacto militar de 1939 o Pacto de Acero entre Italia y Alemania. Alemania consigue firmar el pacto Antikominter con Japón, al que en 1937 se adhiere Italia, configurando así el bloque definitivo de las potencias fascistas que se mantendrán unidos hasta la II Guerra Mundial, y que en 1940 pasa a conocerse como Eje Roma-Berlín-Tokio, cuando Japón ratificada la alianza militar definitiva con Alemania e Italia. La rivalidad colonial de Francia y Gran Bretaña con Italia también provocó la ruptura del pacto italo-británico en 1937 y del pacto de Stressa por parte de Italia. a victoria de las tropas de Franco en la guerra civil española, gracias al abandono de la República española por parte de Francia y Gran Bretaña, supondrá para las potencias fascistas ganar un aliado más. Finalmente, el 23 de agosto de 1939 Stalin firma un pacto con Hitler garantizándose mutua neutralidad y acuerdos sobre el reparto de Polonia y los países bálticos. Gran Bretaña y Francia no pudieron atraer a la URSS a su área de influencia, debido a que no podían ofrecerle los países bálticos (independientes desde la I Guerra Mundial) ni aceptar la ocupación de territorios polacos. Los virajes hacia la guerra se resumen por lo tanto en: El viraje francés o aproximación de Francia a la URSS, con el pacto franco-soviético de 1935, aunque este viraje será anulado en 1939 por el pacto germano soviético; el viraje británico o ruptura con Italia, que después de los pactos de alianza italo-británicos se rompe por los interés coloniales italianos y su acercamiento a Alemania; el viraje italiano o alianza entre Italia y Alemania, consistente en la renuncia de Italia a las alianzas con británicos y franceses para evitar el Anschluss y su alianza con Alemania; y finalmente el viraje soviético, que por sus intereses territoriales en el Báltico y Polonia, decide pactar con Alemania en 1939.4. Los golpes de fuerza de Hitler: El historiador Duroselle utilizará la terminología de golpes de fuerza para referirse a la política territorial de Hitler en los años inmediatos a la guerra. Según Duroselle habrá tres golpes de fuerza que no fueron respondidos por Gran Bretaña y Francia, y que convencerán a Hitler de su superioridad .Primer Golpe o Anschluss (Unió n Austria-Alemania). En 1934 Hitler ya planteó esta cuestión, pero el Canciller austriaco Dolffus se negó a la unificación, a pesar de su ideología de ultraderecha y su régimen poco respetuoso con la democracia. Hitler tuvo que renunciar a este objetivo momentáneamente, sobre todo cuando en 1935 Francia, Gran Bretaña e Italia, firmaron el pacto de Stressa oponiéndose a la unificación. Sin embargo, el partido nazi austriaco aprovechó el período para crecer electoralmente, trabajando en favor del Anschluss mediante una campaña propagandista sostenida por Alemania. En 1938, después del asesinato de Dolffuss, el nuevo Canciller austriaco (Shuschnning) no pudo resistir a presión nazi y nombró Ministro del Interior a Seys-Inquart (presidente del partido nazi austriaco), que en marzo logró el poder absoluto. El 10 de abril de 1938 se celebró un referéndum en Austria sobre el Anschluss, y ajo un férreo control nazi y ante la amenaza de las tropas alemanas en la frontera, el resultado arrojo un 99,5% de votos a favor de la unificación.Segundo golpe. En marzo de 1938 el partido nazi de la región checa de los Sudetes, dirigido por Henlein, reclama la autodeterminación de esta región, mayoritariamente habitada por alemanes. La Conferencia de Munich de septiembre de 1938, acordó la anexión de los Sudetes por Alemania, después de la celebración de un referéndum, por lo que los intereses de Checoslovaquia resultaron dañados sin que sus aliados occidentales hicieran nada. Una vez más Hitler no sólo consiguió evitar la guerra, sino que logró su objetivo de incrementar los territorios alemanes.Tercer golpe: Alemania deseaba controlar la industria armamentística y siderúrgica checoslovaca (Skoda) y por ello ya en septiembre de 1938 manifestó sus deseos de establecer un protectorado en territorio checo. En marzo de 1939 el presidente Hacha acepta la ocupación de Bohemia por los alemanes ante la amenaza de destruir Praga. Checoslovaquia desaparece cuando los alemanes también ocupan Moravia, aunque Hitler permitió una semiindependencia para Eslovaquia. La desmembración de Checoslovaquia, iniciada con la ocupación de los Sudetes, fue tolerada por Francia y Gran Bretaña.
POTENCIAS ENFRENTADAS Y CARACTERÍSTICAS GENERALES La II G.M. afectó geográficamente a todo el globo y socialmente a todos los grupos sociales, entre el 1 de septiembre de 1939 y el 8 de mayo de 1945 en Europa y desde el 8 de diciembre de 1941 al 5 de agosto de 1945 en el Pacífico. La guerra se desarrolla en diferentes etapas: Hasta 1942 las victorias del Eje son casi constantes; desde 1942 a 1943 se produce un equilibrio y el inicio de las ofensivas aliadas; desde 1943 a 1945 las victorias aliadas se suceden hasta la derrota final de las potencias del Eje.Los bloques enfrentados: Los Aliados y las Potencias del Eje. Los Aliados engloban a Francia, Gran Bretaña, Bélgica y Polonia, inicialmente, pero posteriormente se unieron un total de 51 países, siendo la URSS, EE.UU. y China, los más relevantes. En un principio los aliados dispondrán de 200 divisiones, 3.000 carros de combate y 4.500 aviones, como principales fuerzas. En el período de entreguerras Francia había construido la Línea Maginot para evitar una invasión alemana, pero la guerra relámpago germana hizo inútil tal dispositivo defensivo. Las potencias del Eje, formadas por Alemania, Italia y Japón (Pacto Tripartito de 1940), se vieron apoyadas por Croacia, Hungría, Finlandia, Bulgaria y Rumania, aunque algunos de estos países fueron “amigos a la fuerza”. En total disponían de 139 divisiones, 3.500 carros de combate y 5.200 aviones, aproximadamente. Alemania, principal sostenedor de la guerra, apostó por una guerra tecnológica y por la blitzkrieg o guerra relámpago, apoyada por transportes rápidos, aviación, carros de combate, y proyectiles teledirigidos al final de la guerra.A principio la guerra parece reducirse al enfrentamiento entre Gran Bretaña-Francia-Polonia contra Alemania, pero pronto el número de países implicados crece. Los aliados disponen de una población superior y más recursos económicos ( hay que contar sus imperios coloniales) y una evidente superioridad naval, pero Alemania tiene un ejército mejor preparado y más moderno (carros de combate y aviación muy superior), por lo que para una guerra corta parecía que Alemania tenía ventaja. La segunda guerra mundial supone la utilización de armas tradicionales perfeccionadas y otras nuevas respecto a la I G.M. Estratégicamente es una guerra de movimientos, donde los carros de combate y la aviación son muy importantes, y al final de la guerra aparecen, además, los proyectiles teledirigidos y la bomba atómica. La estrategia aliada, en los primeros meses, se baso en el «frente continuo» del Estado Mayor francés, amparándose en las fortificaciones de la «línea Maginot»; mientras que Alemania apostó por la guerra de movimientos o guerra relámpago (blitzkrieg): concentración de carros que permite una rapidez de movimientos y la aviación como arma ofensiva. La II G.M. se puede calificar como una guerra global, no sólo abarca la táctica, la estrategia, el armamento, sino que se utilizan todos los recursos para hacer frente a la guerra: La radio se ocupa de la propaganda para mantener la moral, la ciencia y la técnica crean nuevas armas, la movilización total de la población civil garantiza trabajo en retaguardia, los bombardeos masivos de poblaciones destruyen aparato productivo y destruyen moral, los campos de concentración nazi eliminan todo tipo de enemigos ideológicos y organizan trabajo forzoso de prisioneros de guerra, el espionaje funciona al máximo, los movimientos clandestinos de resistencia preparan el terreno de la invasión, la Bomba Atómica provoca un triste final.Economí a y guerra: Al igual que en la I G.M., la capacidad económica de los contendientes será fundamental para decidir la victoria final, y por ello se organiza una economía planificada o economía de guerra que controla todos los recursos económicos y los canaliza en función de las necesidades bélicas. La industria pesada, la química, las materias primas y los combustibles, son pronto declarados de interés estratégico y controlados desde los diferentes gobiernos. A lo largo del conflicto se lucha por mantener la independencia, por adquirir más territorios, por imponer una ideología, pero también por controlar el petróleo de Oriente Medio, el agua pesada de Escandinavia, el Volframio; es decir, todo aquello que se precisaba para la guerra. Esta economía planificada hará que el gobierno soviético traslade físicamente su industria a los Urales para evitar que caiga en manos alemanas, y su experiencia en economías planificadas a través de sus famosos Planes Quinquenales, le permite poner la economía entera al servicio de la guerra. En Alemania, el Comité de Planificación, desde 1942, controlará toda la economía. Organismos similares surgirán en otros países combatientes. Pronto aparecerán, además, los racionamientos de productos básicos, la investigación para sustituir productos difíciles de conseguir, los bloqueos comerciales o simples acciones de guerra para impedir el abastecimiento del enemigo, los bombardeos de fábricas, las prácticas comerciales consistentes en comprar todos los productos estratégicos posibles para evitar que el enemigo pudiese adquirirlos.Guerra ideoló gica: Esta será también una guerra ideológica, en la que no sólo se dirime el control de unos u otros territorios, sino también el triunfo de una ideología sobre otra, de un tipo de sistema socio-económico-político sobre otro. En esta guerra se enfrentan las ideologías totalitarias fascistas y antiliberales contra el tradicional liberalismo democrático surgido de las revoluciones burguesas inglesas, de la Independencia de Estados Unidos y de la revolución francesa. Aunque parezca muy simple reducir el enfrentamiento ideológico a fascismos contra democracias, lo cierto es que esta será una de las cuestiones que se dirimen en esta guerra. Pero el problema se complica cuando la URSS, comunista y autoritaria, aparece en el bando nazi a principio de la guerra, y desde 1942 se convierte en aliado fundamental de las democracias. Al final de la II G.M. habrá un perdedor ideológico (fascismos), pero dos vencedores muy distintos (liberalismo y comunismo), que desde antes incluso de finalizar la guerra ya inician su particular y largo enfrentamiento que se alargará durante la llamada Guerra Fría.Opinió n Pú blica y guerra: La opinión pública de Alemania, Italia o Japón, estaban preparadas para la guerra, después de muchos años de propaganda belicista. En Alemania, Goebbels utilizó todos los medios propagandísticos de la época para justificar la guerra y mantener la moral de la población, y cuando esto no fue suficiente, recurrieron a la represión de los disidentes. A pesar de todo, cuando llegaron las derrotas en 1942, el entusiasmo inicial fue sustituido por la resignación, primero, y la disidencia de algunos grupos, después. Los diversos intentos de atentado a Hitler se enmarcan en la oposición de diversos grupos a su política, incluidos algunos militares.En Gran Bretaña la opinión pública era contraria a la guerra, y por ello recibió a Chamberlain casi como un príncipe de la paz después de la claudicación en la Conferencia de Munich de 1938, pero cuando Hitler invadió Polonia el pueblo británico asumió la guerra como inevitable y Churchill supo encender el patriotismo británico en favor de una guerra "justa" que evitase la desaparición del liberalismo y la invasión de la propia Gran Bretaña.En Francia el pueblo pensaba que su Línea Maginot era infranqueable, y cuando los alemanes invadieron el país apareció una división entre los partidarios del armisticio (General Petain y futuro gobierno de Vichy) y partidarios de la resistencia (De Gaulle y guerrillas clandestinas de izquierdas). En Italia, igual que en Alemania o Rusia, la opinión pública estaba amordazada por la represión y la propaganda, por lo que aceptó la guerra como un destino patriótico, hasta que llegaron las derrotas y apreció una oposición dentro del propio partido fascista y la resistencia clandestina de izquierdas. En la URSS, desde 1942, la guerra se convierte en un fin patriótico para librarse del invasor alemán, y el Estado, a través del GKO o Comité para la Defensa, asume todo el poder y el control ideológico, impidiendo cualquier oposición. La opinión pública estadounidense se mostraba contraria a la guerra, pero el ataque japonés a Pearl Harbour cambió las cosas definitivamente.