Organización y Economía de la Hispania Romana: Un Legado Duradero

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Organización y División Administrativa de la Hispania Romana

La romanización de Hispania conllevó una profunda transformación en su organización territorial y administrativa. Para una gestión eficaz, el territorio se dividió en diversas estructuras: provincias, conventos y ciudades.

Evolución de la División Provincial

  1. Primera división (197 a.C.): Tras la ocupación del Levante y el sur peninsular, se establecieron dos provincias: Hispania Citerior (valle del Ebro) e Hispania Ulterior (valle del Guadalquivir).
  2. Reforma de Augusto (27 a.C.): Augusto reorganizó Hispania en tres provincias:
    • Una provincia senatorial (Bética), administrada por el Senado de Roma.
    • Dos provincias imperiales (Lusitania y Tarraconense), bajo el control directo del emperador, donde la presencia de legiones era necesaria.
  3. Reforma de Diocleciano (297 d.C.): Diocleciano llevó a cabo una reorganización más eficaz del imperio. Hispania se convirtió en una diócesis de la prefectura de las Galias, compuesta por siete provincias:
    • Cinco en la península: Bética, Lusitania, Cartaginense, Galaecia y Tarraconense.
    • Una en el norte de África: Mauritania Tingitana.
    • Una que integraba las Islas Baleares: Balearica.

Conventos Jurídicos

Las provincias se subdividían en conventos jurídicos para facilitar las tareas administrativas de recaudación de impuestos, levas militares y judiciales. Estos conventos tenían su origen en las reuniones donde el gobernador provincial administraba justicia. Eran distritos provinciales para impartir justicia. Ejemplos:

  • La Tarraconense tenía siete conventos jurídicos.
  • La Bética, cuatro.
  • La Lusitania, tres.

Características de la Economía Romana en Hispania y su Importancia en la Romanización

Roma estableció una economía colonial en Hispania: la península exportaba materias primas a Roma e importaba productos manufacturados. Se organizó el territorio mediante una red de comunicaciones, principalmente calzadas, que conectaban los centros de producción con los puertos de exportación.

Producción y Comercio

La producción de Hispania, que incluía trigo, vino y aceite, se exportaba a Roma. La economía experimentó un crecimiento significativo durante la administración romana gracias a la implementación de mejores técnicas y a la racionalización del territorio, integrándose en los circuitos comerciales del imperio.

Actividad Agrícola y Ganadera

La base de la economía hispana era la actividad agrícola y ganadera. La tierra se dividió en latifundios, organizados en villas, donde se introdujeron mejoras como el barbecho y el regadío. La producción, que abarcaba trigo, olivo, frutales y hortalizas, se destinaba principalmente a la exportación.

Minería

La minería experimentó un auge con el perfeccionamiento de las técnicas extractivas y la apertura de nuevas explotaciones. Destacan:

  • Minas de Riotinto (Huelva).
  • Explotaciones de mercurio.
  • Explotaciones de oro del río Sil (Gallaecia).
  • Explotaciones de oro, plata y cobre en Sierra Morena.

Industria Textil

La industria textil se limitaba principalmente al lino en la zona de Levante.

Ruralización del Bajo Imperio

La economía del Bajo Imperio experimentó un proceso de ruralización. Los poderosos terratenientes adquirían grandes latifundios y abandonaban las ciudades en crisis para residir en lujosas villas. Estos latifundios tendían a la autosuficiencia, iniciando una economía cerrada.

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