Oratoria: el arte de convencer en público
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La oratoria es el arte de hablar en público con la finalidad de convencer. Para lograrlo, se deben seguir unas reglas que son objeto de estudio de la retórica. La oratoria y la retórica son disciplinas complementarias.
Aunque ya en los poemas de Homero y en los historiadores hay algunos ejemplos de discursos, será en la segunda mitad del siglo V y en el siglo IV a.C. cuando la oratoria se convierta en un género independiente. Esto coincide con el auge de la democracia y la labor de los sofistas, quienes hicieron de la enseñanza de la oratoria y la retórica la parte fundamental de su trabajo.
En los juicios, era el propio acusado el que se veía en la obligación de defenderse ante el tribunal. A menudo acudían a escritores profesionales de discursos, llamados "logógrafos", o a los propios sofistas, quienes les componían el discurso que luego ellos, tras memorizarlo, pronunciaban ante el jurado.
Aristóteles señaló tres procedimientos necesarios para persuadir al auditorio: el carácter moral, la emoción y la argumentación. El carácter moral se refiere a la credibilidad del orador ante el público, la emoción es la habilidad del orador para crear un efecto emocional favorable en la audiencia, y la argumentación se refiere a la verdad de los argumentos presentados.
Todo discurso solía componerse de cuatro partes:
- La introducción, en la que se pretendía ganarse la simpatía del tribunal.
- La narración o exposición de los hechos.
- Las pruebas o presentación de testimonios, pruebas o argumentos en los que se apoyaba la defensa o la acusación.
- La conclusión o resumen con la intención de atraer nuevamente al jurado.
Por otro lado, se distinguían tres tipos de oratoria:
- La oratoria forense o judicial, que son los discursos pronunciados ante un tribunal por los propios implicados. Generalmente, estos discursos eran compuestos por escritores profesionales o logógrafos.
- La oratoria deliberativa o política, que son los discursos pronunciados ante la asamblea u otros órganos políticos.
- La oratoria epidíctica, que son los discursos de "exhibición" pronunciados en ocasiones solemnes, como alabanza o censura de algunos personajes.
LISIAS
Nacido en Sicilia, Lisias vivió en Atenas como meteco. La mayor parte de sus discursos de carácter judicial fueron compuestos por encargo para otros, ya que no disponía de la ciudadanía ateniense y no pudo desempeñar la oratoria política.
Se destaca su capacidad para retratar el carácter de los implicados, su estilo simple, claro y sencillo, y su vivacidad. Esto hace de sus discursos uno de los mejores testimonios sobre la vida privada ateniense de finales del siglo V y comienzos del IV.
El más importante de sus discursos es el titulado "Contra Eratóstenes", que él mismo presentó como acusador de uno de los Treinta tiranos. Responsabilizó a Eratóstenes del asesinato político de su hermano y de la confiscación de la fábrica familiar de armas.
DEMÓSTENES
Demóstenes es el más grande de los oradores griegos. Consideraba que el propio acto de la declamación era el elemento fundamental de un discurso, con todos sus recursos orales y visuales. Su estilo era poderoso, vigoroso, apasionado, violento, pero todo estaba calculado, incluso aparentando improvisación. Utilizaba sorprendentes cambios de tono, mezclas de estilo, metáforas, preguntas retóricas, diálogos fingidos, apóstrofes, etc. Todo esto con la intención última de impactar intelectual y emocionalmente al auditorio. Prestaba especial atención a la estructura de la oración y su disposición rítmica, así como al empleo de partículas deícticas y expresivas que enfatizaban el contacto directo con la audiencia.
Inicialmente practicó la oratoria judicial, pero su producción más destacada es de carácter político. Estuvo generada por la figura de Filipo, rey de Macedonia, contra quien compuso sus 4 "Filípicas". En ellas, acusaba a Filipo de atacar a Grecia bajo la máscara de la paz y llamaba al panhelenismo. Aunque consiguió que los atenienses enviaran un ejército contra Filipo y que se aliaran con los de Platea, sus esfuerzos resultaron inútiles, ya que Filipo derrotó a los griegos en la batalla de Queronea.
Demóstenes es un buen ejemplo de superación personal, ya que se decía que se empeñaba en eliminar su tartamudeo introduciéndose en la boca pequeñas piedrecitas. Además, es un buen ejemplo de compromiso político con su polis en una época de descomposición democrática. Se suicidó antes de ser entregado por la propia asamblea ateniense a los vencedores macedonios.
ISÓCRATES
Isócrates, ateniense de familia adinerada y esmerada educación, practicó todas las formas de la oratoria. Sin embargo, abandonó la labor de escribir discursos judiciales para abrir una escuela en Atenas, donde enseñaba retórica. Ejerció una gran influencia entre los intelectuales de su época y posteriormente en Cicerón.
Como representante de la oratoria epidíctica, Isócrates escribía sus discursos cuidadosamente para que se leyeran en pequeños grupos o circularan por escrito. Sus discursos revelan un claro patriotismo y la unidad de los griegos, ya sea bajo Atenas o Esparta, o incluso bajo Filipo. Siempre se oponía al bárbaro, al que él identificaba con el imperio persa. Su ideal se verá encarnado posteriormente en Alejandro Magno. El más conocido de sus discursos es "Panegírico", en el que trata el tema de la unidad griega.