Oposición Política y Nacionalismos Periféricos en la Restauración Borbónica (1874-1902)
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La Restauración Borbónica (1874-1902): Oposición Política y Social, Nuevas Opciones Políticas
La Oposición al Sistema
Las causas de la oposición al sistema durante la Restauración Borbónica se encuentran en la naturaleza restrictiva del sistema canovista, la imposibilidad de otras fuerzas de participar en el Parlamento y el auge de la ideología obrera como consecuencia de la industrialización. Se marginaba a amplios sectores políticos y sociales, dando lugar a movimientos como el carlismo, el republicanismo, el movimiento obrero y los nacionalismos periféricos.
- Carlismo: A pesar de su derrota en la Tercera Guerra Carlista (1876), el carlismo se mantuvo como un movimiento marginal en Navarra y el País Vasco.
- Republicanismo: Proponía un modelo basado en el sufragio universal, el laicismo y la fe en el progreso. Aunque atraía a las clases medias y a los obreros, sufría divisiones internas entre federalistas, centralistas y posibilistas (que abogaban por la integración en el sistema monárquico). En 1896, la Unión Republicana representaba las diferentes tendencias del republicanismo.
- Socialismo: Una de las tendencias derivadas del movimiento obrero. Se representaba en el recién nacido PSOE, con ideología marxista y participante de la II Internacional. En Barcelona nació la UGT con el objetivo de mejorar las condiciones de los trabajadores. Los socialistas tuvieron una difícil consolidación, aunque se vieron favorecidos por su coalición con los republicanos y la legalización de asociaciones según la Ley de 1887. No tuvieron representación en las Cortes durante este periodo. Difundieron sus ideas a través de la prensa, como El Socialista, y sus sedes locales.
- Anarquismo: Otra tendencia destacada del movimiento obrero. Su objetivo era la acción directa contra el Estado y la propiedad privada. Protagonizaron actos terroristas como el atentado contra el Liceo de Barcelona en 1893, el asesinato de Cánovas del Castillo en 1897 y el atentado contra el cortejo nupcial de Alfonso XIII en 1904. Tuvieron un alto calado en el mundo industrial (Cataluña) y campesino (Andalucía). Desde 1911, se canalizaron a través de la Central Nacional de Trabajadores (CNT).
- Catolicismo social: A partir de la publicación de la encíclica Rerum Novarum del papa León XIII, la Iglesia intentó captar a los obreros católicos, con un amplio calado en el mundo rural.
Los Nacionalismos Periféricos
La aparición del nacionalismo periférico tiene su origen en el reinado de Isabel II y la creación por parte de los liberales de un Estado centralista. Este modelo se continuó durante la Restauración, lo que provocó el auge del nacionalismo periférico catalán, vasco y gallego, que se enfrentaba al nacionalismo español, que necesitaba un discurso fuerte para consolidar el Estado. Inicialmente, los nacionalismos periféricos se apoyaron en las clases medias y populares. Posteriormente, la burguesía utilizó el nacionalismo como instrumento político para conseguir beneficios económicos.
- Nacionalismo catalán: Desde el principio fue un movimiento autonomista y democrático. Favorecido por el progreso económico de Cataluña y por el fracaso federal de la Primera República, la burguesía catalana encontró su sitio dentro de un movimiento autonomista y democrático. Sus ideólogos fueron Valentí Almirall y Enric Prat de la Riba. Fundaron la Unió Catalanista en 1892. Su programa político se recogió en las Bases de Manresa, que pretendían una Cataluña liberal y moderada, con parlamento propio y con el catalán como lengua oficial. El movimiento cultural de la Renaixença buscaba recuperar la literatura en catalán. Se puede hablar de una división entre las clases más conservadoras, burguesas y católicas, nacionalistas, y el pueblo, con una tendencia republicana y laica, dentro del movimiento obrero.
- Nacionalismo vasco: Su origen se encuentra en la derrota carlista de 1876 y el fin de los fueros. Su objetivo era recuperar el euskera como lengua, al considerarla la más antigua de la península. Buscaban una defensa étnica legendaria y presentaban a un pueblo históricamente sometido y traicionado por las leyes de Castilla. Su desarrollo ideológico se debe a Sabino Arana, fundador del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en 1895, con posiciones racistas y xenófobas. Rechazó a los inmigrantes (maketos) y se apoyó en la clase burguesa vasca, frente a la clase alta españolista y protegida por el gobierno. Eran ultracatólicos y se apoyaban en la prensa. Proponían una Euskadi independiente, católica y tradicional, bajo el lema "Dios y Leyes Viejas".
- Nacionalismo gallego: Se apoyaba en un fuerte campesinado de habla gallega y en la élite intelectual del Rexurdimento (Rosalía de Castro). También surgieron regionalismos andaluces y valencianos, pero más débiles.