Obras Maestras del Renacimiento: David, Moisés y la Trinidad
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David de Miguel Ángel
Introducción
El Renacimiento constituye una etapa de esplendor artístico que se inicia en las ciudades italianas a comienzos del siglo XV y que supone retomar los principios de la antigüedad clásica. En este periodo histórico se producirán acontecimientos tan importantes como la Reforma y la Contrarreforma, el descubrimiento de América y el afianzamiento de las monarquías europeas.
Análisis Formal e Iconográfico
Esta obra está tallada en un bloque de mármol de Carrara muy estrecho y de extraordinaria altura que llevaba años abandonado, hecho que supuso un reto para el autor y que le aportaría gran fama.
El artista plasma el prototipo del héroe del David que triunfa por su inteligencia sobre la fuerza bruta del gigante Goliat. Era un tema ya abordado antes por Donatello, pues podía interpretarse como una metáfora de la grandeza de la pequeña república frente a enemigos exteriores. A diferencia de Donatello, lo representa como un joven atleta, desnudo y musculoso. En la mano derecha lleva la piedra y en la izquierda la honda.
Esta obra es un canto a la belleza masculina con un magnífico estudio anatómico, a pesar de algunas críticas sobre la desproporción de las manos o la sobredimensionada cabeza.
El artista transmite una sensación de vida interior. Los músculos están en tensión. A través de su expresión, David muestra la seguridad de la fe en su misión y su gran energía. Esto resume a la perfección la terribilita miguelangelesca. Los ojos tallados con el trépano y el cabello rizado, con profundos claroscuros, refuerzan la intensidad de la expresión y el dramatismo. La visión frontal queda rota con el giro de la cabeza hacia la izquierda. El artista usa el contrapposto.
Conclusión
Esta obra es un claro ejemplo de lo que él definía como “el arte de sacar y no de añadir”, es decir, el bloque de mármol ya contiene la figura y solo hay que descubrirla.
Moisés de Miguel Ángel
Introducción
Esta obra de bulto redondo, tallada en mármol blanco, formaba parte de uno de los proyectos escultóricos más ambiciosos de Miguel Ángel, que le ocupó buena parte de su vida: el mausoleo de Julio II. Esta obra a cuatro fachadas se iba a situar en el centro de la nueva Basílica de San Pedro, pero requería más de 40 estatuas y nunca fue llevado a cabo. Solo se realizó el David y dos esclavos, que están en el Louvre.
Análisis Formal e Iconográfico
Se representa a Moisés sentado con amplios ropajes y sosteniendo las Tablas de la Ley. Aparece representado como un hombre mayor y con barba. Los cuernos de su cabeza se deben a un error en la traducción del arameo, ya que en realidad eran rayos de luz.
La obra ha dado lugar a interpretaciones muy variadas y a menudo contradictorias. La interpretación popular: Moisés, al bajar del Monte Sinaí con las Tablas de la Ley, descubre la idolatria de su pueblo, reflejando en su rostro la furia y la ira ante el sacrilegio. La fiereza de la mirada es el perfecto resumen de la terribilita. Para algunos estudiosos, el momento representado es aquel en que Yahvé comunica a Moisés que no verá la Tierra Prometida.
Destaca la monumentalidad. El punto de vista desde el que lo contemplamos en la actualidad no es para el que estuvo pensada. La relativa estabilidad se ve dinamizada por cierta dislocación del contrapposto y por el giro de la cabeza. La composición es cerrada. La luz no incide en Moisés con suavidad; el artista ha realizado en la figura profundas endiduras (barba, pliegues…) para crear zonas de sombra.
En el acabado se utilizaron huevos de paja, piedra pómez… para darle brillo a la obra.
Conclusión
Esta obra es un claro ejemplo de lo que él definía como “el arte de sacar y no de añadir”, es decir, el bloque de mármol ya contiene la figura y solo hay que descubrirla. Miguel Ángel se vio influenciado por el descubrimiento del Laocoonte, que influyó en el tratamiento de la musculatura y la monumentalidad de muchas de sus figuras.
La Trinidad de Masaccio
Introducción
La Trinidad de Masaccio está situada en Santa María Novella, cuya fachada había remodelado Alberti. Esta obra es una de las primeras pinturas en las que se aplica de forma científica la perspectiva. Este autor introdujo en la pintura el lenguaje y el método renacentista que sus amigos Brunelleschi y Donatello habían implantado en la arquitectura y la escultura.
Análisis Formal e Iconográfico
El tema representa la Santísima Trinidad. El Padre acoge a su Hijo y, entre las cabezas de ambos, una paloma representa al Espíritu Santo. La cruz se levanta sobre una pequeña colina que simboliza el Gólgota. A ambos lados se encuentran la Virgen, señalando con la mano a su hijo, mientras dirige su mirada al espectador, y el apóstol San Juan. En un nivel inferior están los comitentes. En la zona inferior hay un sarcófago con un esqueleto. Sobre él figura una inscripción en italiano antiguo con una alusión a la fugacidad de la vida: “Yo fui antaño lo que sois vosotros, y lo que soy ahora lo llegaréis a ser”.
La escena se desarrolla en un marco arquitectónico ficticio. Un arco de medio punto sobre columnas de orden jónico da acceso a una capilla simulada, cubierta por bóveda de cañón con casetones. Dos pilastras de orden corintio, sobre las que descarga el entablamento, cierran esta arquitectura. Una serie de líneas se unen en un punto de fuga situado en el centro del piso sobre el que se erige la cruz. Se crea así una falsa sensación de profundidad, reforzada por la articulación de la escena en tres planos diferentes: en el primero están los comitentes, en el segundo la Virgen y San Juan, y en el último término la figura de Dios Padre.
En la composición destaca con claridad el eje de simetría constituido por la figura de Jesús crucificado. Toda la escena se inscribe en un triángulo que la dota de una gran sensación de equilibrio.
En cuanto al color, la técnica es el fresco. A pesar del paso del tiempo, que ha ido apagando los tonos, este fresco se caracterizaba por sus contrastes cromáticos y lumínicos. Masaccio armoniza los tonos oscuros y rosados. Los colores rojo y azul están distribuidos en diagonal, como se ve en el aspa que forman los personajes femeninos y masculinos.
La luz cumple un papel decisivo como elemento modelador y configurador de volúmenes.
En cuanto a su significación, existen diversas interpretaciones. La más plausible se refiere al camino que debe recorrer el alma humana desde la corrupción de la carne hasta Dios. La iconografía desplegada en la Trinidad es poco frecuente, ya que reúne en una sola escena las representaciones de la Santísima Trinidad, la muerte y la descomposición.
Conclusión
Se trata de la primera obra pictórica en la que se aplica el uso de la perspectiva lineal, lo que la ha convertido en un verdadero manifiesto de la pintura renacentista. Frente a la perspectiva jerárquica románica y caballera de finales del gótico, aparece un nuevo sistema de representación del espacio: la perspectiva lineal. Posteriormente, Leonardo introducirá la perspectiva aérea. Otras obras del mismo autor son los frescos de la Capilla Brancacci, como destaca la Expulsión de Adán y Eva. Influirá en Miguel Ángel.