Obras Maestras del Neoclasicismo y Romanticismo: Escultura y Pintura

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Eros y Psique

Ficha técnica

  • Título: Eros y Psique
  • Autor: Antonio Canova
  • Cronología: 1787-1793
  • Estilo: Neoclásico
  • Tipología: Escultura exenta
  • Material: Mármol blanco
  • Tema: Mitológico
  • Localización: Museo del Louvre, París

Biografía del autor

Antonio Canova fue el escultor de mayor éxito del Neoclasicismo. Su carrera empezó como cantero y comenzó a dedicarse a la escultura a raíz de su traslado a Venecia. Después de obtener un importante encargo del Papa Clemente XIV, su fama le obligó a organizar un gran taller, desde donde trabajó para los personajes más notables de la época. Trabajó mucho para la corte pontificia y en 1815 actuó como representante del Papa para la recuperación de las obras de arte saqueadas por Napoleón. Todas sus obras fueron fruto de una larga elaboración. Su obra cayó en desgracia durante la época romántica, al ser considerada fría y estática.

Descripción formal

Canova expresa en su obra el rigor del arte neoclásico, mostrando el ideal de belleza masculino y femenino de la época. Los dos cuerpos trazan un aspa, formada por las alas del dios griego y por las extremidades inferiores de ambos, cuyo centro es el acercamiento de los labios entre los dos. Este instante del beso lo encuadra en un círculo dibujado que, a partir de la colocación de los brazos de Eros, rodean la cabeza y el cuerpo de su amada y Psique, que abraza la cabeza de su amado. Con ellos, consigue que el espectador centre su mirada y su atención en este punto. Consigue esculpir una obra llena de ternura, que se ve potenciada por la elección del momento de la historia, por el cuidado tratamiento que hace del material. El artista consigue transformar una piedra dura en una textura suave y delicada, gracias a que la pule con piedra volcánica, bañándola en cal y ácido para dar la sensación de realismo anatómico. La falta de policromía debe entenderse ya que durante el Neoclasicismo se valoraba la pureza blanca del mármol.

Temática

Refleja el final de la historia mitológica narrada por Apuleyo en el libro El asno de oro: Eros, dios del amor, quedó enamorado de Psique, la bella y caprichosa hija del rey de Asia y para seducirla le construyó un palacio, donde cada atardecer acudía a contemplarla. Un día, asustada por su presencia, Psique arrojó la cera de una vela en su rostro, lo que enfureció a Eros. Desolada, Psique recurrió a un oráculo de Venus, quien le impuso tres condiciones para recuperar su amor. La última de ellas consistía en recoger de Proserpina la vasija que contenía el secreto de la belleza. Psique abrió el cántaro, por lo que fue castigada a sumirse en un profundo sueño del que no despertaría hasta que Eros la besara. La intensidad del momento escogido por el escultor, hace que el simple gesto anecdótico de un beso se convirtiera en imagen paradigmática del amor. La escultura llegó a manos de Napoleón, después de que fuera robada de su emplazamiento original por su general Murat.

Modelos e influencias

Tiene como referente el mundo clásico, que había estudiado a través de la estatuaria clásica de las colecciones italianas. También ha de estudiarse como una reacción estética contra los excesos del decorativo rococó. Ejerció influencia entre los integrantes del Neoclasicismo, gracias al prestigio y fama internacional que tuvo. En España su ideario artístico fue seguido por algunos como Damià Campeny y Antoni Solà.

El Juramento de los Horacios

Ficha técnica

  • Título: El Juramento de los Horacios
  • Autor: Jacques-Louis David
  • Cronología: 1784
  • Técnica: Óleo sobre lienzo
  • Tema: Literario
  • Localización: Museo del Louvre, París

Biografía del autor

Jacques-Louis David fue una de las figuras centrales del Neoclasicismo. Realizó su aprendizaje con Boucher y en 1776 viajó a Italia donde pudo admirar la antigüedad clásica que marcaría el estilo de su obra. La muerte de Robespierre le llevó a la cárcel, y más tarde, Napoleón le nombró pintor de cámara. Tras la caída y destierro de Napoleón, quiso exiliarse a Bruselas. A partir de ese momento el pintor se dedicó a pintar lienzos de temática mitológica y retratos de emigrados napoleónicos.

Descripción formal

Plantea con gran equilibrio toda la composición, mostrando una perfecta integración de las figuras dentro del espacio arquitectónico y asignando a cada figura una de las tres arcadas del fondo. Esta separación permite ordenar a todos los personajes. Adaptándose a los gustos de la época, muestra un estilo depurado y subordina el color al dibujo. Se cuida mucho de perfilar con gran delicadeza las figuras a través de un modelado anatómico, que recuerda la pureza académica de las esculturas clásicas. El pintor prioriza la línea recta en los personajes masculinos y la línea ondulada en los femeninos, reforzando la actitud más agresiva de los hombres y la más sentimental de las mujeres. En cuanto al cromatismo, predominan las tonalidades ocres, grises y rojas. Las tonalidades oscuras son utilizadas para el fondo y las claras para las figuras. El rojo, siendo utilizado en las tres partes en que se divide el lienzo, permite al pintor equilibrar cromáticamente la escena, lo convierte en un color frío, apresado bajo la dirección de la línea, ilustrando así los nuevos gustos de la época. Toda la escena se encuentra bañada por una tenue luz, que entra desde la izquierda, sin que exista ningún foco lumínico visible.

Temática

Se inspira en la tragedia literaria Horacio, del dramaturgo francés del siglo XVIII Pierre Corneille, basada a su vez en el libro Las décadas de Tito Livio. Situado en el siglo VII a.C., evoca el momento en el que los tres hermanos Horacios juran ante su padre combatir hasta la muerte contra los tres guerreros de la ciudad vecina de Alba Longa, los hermanos Curiacios, para decidir qué bando era el vencedor de la guerra por el control de la Italia central. En un segundo plano, a la derecha, aparecen tres mujeres que lloran los acontecimientos: una de las hermanas Horacio, una hermana Curiacio, y la madre de los hermanos Horacio. Quiso reproducir el culto a las virtudes cívicas más estrictas del autosacrificio estoico, honor y lealtad, personificadas en la actitud de los Horacios.

Modelos e influencias

La cultura y el arte clásico de Grecia y Roma fueron el punto de referencia principal en la obra neoclásica de David. También es evidente la influencia de la obra de Rafael, de Poussin y Caravaggio. De los dos primeros asumió la perfección de la línea y el uso de composiciones equilibradas sobre estructuras geométricas, y de Caravaggio recogió el tratamiento de la luz. Su pintura fue punto de referencia para muchos pintores neoclásicos. Fue copiada la diferencia emocional de los personajes.

La Libertad guiando al pueblo

Ficha técnica

  • Título: La Libertad guiando al pueblo
  • Autor: Eugène Delacroix
  • Cronología: 1830
  • Estilo: Romántico
  • Técnica: Óleo sobre lienzo
  • Tema: Alegórico-histórico
  • Localización: Museo del Louvre, París

Biografía del autor

Eugène Delacroix fue discípulo de Géricault y su formación se centró en la copia de los viejos maestros del Louvre. Atraído por lo exótico visitó Marruecos, donde descubrió la brillante luz y color de sus paisajes, además de adquirir una rica y exótica imaginería visual que aparecería en su pintura posterior. Cuando regresó a Francia, recibió encargos oficiales para pintar y decorar edificios públicos, llegando a ser, al final de su carrera, uno de los pintores de murales más conocidos del país.

Descripción formal

Estructura la composición a partir de una sólida pirámide, en la que la bandera tricolor de Francia es el vértice superior y los cuerpos muertos que introducen la escena en primer término, la base. La figura femenina se convierte en el eje central de la obra, alrededor de la cual se distribuyen el resto de personajes. Otro aspecto es la gran movilidad que consigue imprimir el pintor a la escena, dando una mayor importancia a la línea curva, y elevando la figura principal, dejándola sin obstáculo visual que permita detener su avance. De esta manera consigue que la acción se dirija directamente hacia el espectador. En segundo plano, se intuye la silueta de algunos edificios de París. Cromáticamente dominada por tonalidades oscuras y ocres. Rompe esta monotonía con la inclusión en determinadas zonas del lienzo de los colores de la bandera francesa: blanco, rojo y azul. Dichos colores se encuentran iluminados a partir de un foco irreal, que el artista dispone expresamente para resaltar dichas partes. Todo ello nos indica que Delacroix ha supeditado las funciones naturalistas del color y la luz a su voluntad de crear un dinamismo interno que refuerce el carácter combativo del cuadro.

Temática

Muestra los sucesos revolucionarios que se dieron durante los días 27, 28 y 29 de julio de 1830 y pusieron fin al reinado de los Borbones en Francia, dando paso a una monarquía constitucional. El lienzo tiene como finalidad resaltar el espíritu combativo y de rebeldía que unió al pueblo francés. Para destacarlo, aparecen representantes de varias clases y condiciones sociales: burguesía, personificada en la figura que lleva chistera y empuña un fusil; la clase menestral, con camisa blanca, un sombrero con escarapela y un sable en su mano derecha; los jóvenes, que simbolizan el futuro cambio, empuñando dos pistolas; o la gran masa popular que llena el fondo de la obra. Guiando a todos ellos destaca una figura femenina medio desnuda, armada con un fusil y que ondea la bandera tricolor. Se trata de la personificación de la Libertad. El gran impacto de la obra hizo que dejara de tener su inicial función propagandística para pasar a adquirir un carácter más conmemorativo.

Modelos e influencias

Recoge la influencia de varios creadores: de Rubens, de Miguel Ángel, Caravaggio, Tiziano. Tampoco fue ajeno a pintores como Goya o Géricault. Considerado el máximo exponente del Romanticismo, Delacroix fue uno de los principales pintores de la temática exótica, mostrando una gran riqueza cromática. Ella tuvo una gran repercusión e inspiró la obra de numerosos artistas como Renoir, Seurat y Van Gogh.

La familia de Carlos IV

Ficha técnica

  • Título: La familia de Carlos IV
  • Autor: Francisco de Goya
  • Cronología: 1800-1801
  • Estilo: Neoclásico-Romántico
  • Técnica: Óleo sobre lienzo
  • Tema: Retrato de conjunto
  • Localización: Museo del Prado, Madrid

Biografía del autor

Pintor y grabador, Francisco de Goya es uno de los mayores creadores de todos los tiempos. Aprendió el oficio en Zaragoza y viajó a Italia donde estudió los maestros italianos y adquirió la estética neoclásica y el gusto por las figuras alegóricas y mitológicas. A su regreso a España pintó los frescos de la Basílica del Pilar de Zaragoza y se trasladó a Madrid bajo la tutela del pintor de corte Francisco Bayeu. Ingresó en la Real Fábrica de Tapices, donde realizó cuatro series de cartones siguiendo los parámetros clasicistas del momento. Se introdujo en los círculos aristocráticos de Madrid y fue adquiriendo gran fama, hasta que el rey Carlos IV lo nombró pintor de cámara. Pronunció un discurso en la Academia a favor de la originalidad del pintor y la necesidad de liberarse de las rígidas reglas neoclásicas. La ambigua posición de Goya durante la Guerra de la Independencia hizo que a su término le fueran retirados sus privilegios.

Descripción formal

Concibe esta pintura como un retrato familiar real de un modo absolutamente moderno, distinto y que se acerca a una instantánea fotográfica. El pintor concibe las figuras a la manera de un friso paralelo al plano del cuadro, con una alineación, apartada de falsas posturas teatrales. El pintor divide a los personajes en tres grupos de cuatro: uno central (con los reyes), uno encuadrado a la izquierda (dominado por la figura del futuro rey Fernando VII) y otro a la derecha (con los príncipes de Parma). En el tratamiento de los personajes destaca la capacidad psicológica de los retratos individualizados, mostrando, por ejemplo, la arrogancia y vanidad de la reina o carencia de autoridad del rey. La luz llega desde la izquierda, enfoca al grupo central, potenciando la brillantez de las joyas y medallas que lucen los monarcas. La pincelada, densa, vigorosa pero segura, deja en un segundo plano la línea y el dibujo, aunque no abandona la perfección en el detalle. Cromáticamente, presenta un gran esplendor, fundamentado en el dorado y amarillo, equilibrado por los azules y rojos.

Temática

Realiza un retrato de grupo de la familia real española. En el centro aparecen los monarcas Carlos IV y María Luisa, con sus dos hijos, el infante Francisco de Paula y María Isabel. A la derecha de la infanta se sitúa el infante Fernando, acompañado por su futura esposa, que al no saber aún quién sería, se le oculta el rostro. En medio de ellos aparecen la hermana del rey, María Josefa y en el extremo el infante Carlos María Isidro. A la izquierda del monarca se agrupan Antonio Pascual, hermano de Carlos IV, la infanta Carlota Joaquina y los príncipes de Parma, Luis de Borbón y María Luisa, que lleva en brazos a su hijo Carlos Luis. Detrás de Fernando VII y escondido en la penumbra, el autorretrato de Goya pintado. Parece que Goya no tuvo la intención de caricaturizar a los personajes reales, aunque tampoco quiso hacer ningún tipo de imagen aduladora.

Modelos e influencias

Tuvo tres maestros: Velázquez, Rembrandt y la naturaleza. Del primero acertamos a ver aquí la influencia de su célebre cuadro Las meninas, la aparición del autorretrato. De Rembrandt, recoge a la perfección el juego de claroscuros apreciable en la mitad izquierda del lienzo; y de la naturaleza se podría intuir su voluntad realista. Goya influyó en parte de la pintura del siglo XIX y de algunos movimientos del siglo XX, como el Expresionismo.

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