Obras Maestras de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina: Frescos y Juicio Final

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Miguel Ángel y la Capilla Sixtina: Un Legado Artístico Inmortal

Miguel Ángel (1475-1564) fue un artista integral del Renacimiento. Aunque trabajó en diferentes disciplinas artísticas, él siempre se definió como escultor. Esta predilección por la escultura se refleja en su pintura, la cual adopta características escultóricas como el volumen, la monumentalidad, la exagerada musculatura, los escorzos, el gran dinamismo y el estudio de la anatomía humana. De hecho, en la pintura de Miguel Ángel se encuentran las raíces del Manierismo.

Los Frescos de la Bóveda de la Capilla Sixtina

En 1505, el Papa Julio II llamó a Miguel Ángel para que realizara su tumba. Sin embargo, solo tres años después, y sin haber terminado la tumba, recibió el encargo de pintar los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina. Este espacio rectangular y amplio, cubierto con una bóveda, ya tenía las paredes decoradas por otros pintores renacentistas. Por lo tanto, Miguel Ángel se encargó de realizar las pinturas de las partes altas de los muros y de la bóveda.

Miguel Ángel concibió las pinturas del techo, de enormes dimensiones, desde un punto de vista arquitectónico, escultórico y pictórico. Incorporó a la bóveda un sistema arquitectónico imaginario que encuadra 343 imágenes. Estas imágenes adoptan distintas posturas y situaciones, mostrando el dinamismo y el temperamento característicos de Miguel Ángel.

  • En los doce lunetos representó a los personajes bíblicos.
  • Entre los lunetos representó a las sibilas y profetas.
  • En el centro pintó la historia del Génesis, separada mediante desnudos (ignudi).
  • Decoró el espacio restante con medallones, cariátides, putti, etc.

Miguel Ángel supo armonizar lo religioso (escenas del Génesis y los profetas) con lo pagano (las sibilas y los desnudos). Una de las escenas más conocidas del Génesis es la Creación de Adán, en la que destaca la monumentalidad de las figuras y la delicadeza de la técnica.

El Juicio Final

En 1536, Miguel Ángel fue nuevamente llamado para pintar la gran pared del fondo de la Capilla Sixtina. Allí representó el Juicio Final. El eje central es la figura de Cristo como juez, a cuyo lado se encuentra la Virgen. A su alrededor se encuentran los santos, los apóstoles y los patriarcas. A partir de aquí, un torbellino de figuras asciende si van al cielo o desciende si van al infierno.

En la parte inferior aparece la resurrección de los muertos y el traslado de los condenados por un monstruoso Caronte. Las figuras son monumentales, con escorzos más o menos violentos y con ciertos aspectos que recuerdan al siguiente estilo, el Barroco. Un mes después de la muerte de Miguel Ángel, el Papa Pablo IV censuró los desnudos de las obras y los mandó cubrir con paños.

Otras Obras Destacadas: El Tondo Doni

Su primera pintura fue el Tondo Doni, una obra de 120 cm de diámetro que representa la Sagrada Familia, dispuesta en una composición triangular que a su vez está inscrita en un círculo o tondo. En un segundo plano aparece San Juan de niño, y al fondo se ven personajes desnudos sobre un paisaje natural. Miguel Ángel representa figuras monumentales, casi atléticas, con una rica variedad cromática y con los contornos bien definidos.

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