La Novela Española Anterior a 1936: Una Visión General

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La Novela Española Anterior a 1936

Azorín (1873-1968)

Evolucionó desde un anarquismo juvenil hacia un conservadurismo muy patente. Lo que más llama la atención en sus novelas es que las fronteras entre ensayo y novela se difuminan. El argumento pierde importancia y parece más una excusa para unir ambientes o una galería de personajes. La Voluntad, Confesiones de un pequeño filósofo y Doña Inés son ejemplos de su obra. El lenguaje ocupa un puesto primordial: su estilo es lento y claro. En las descripciones, Azorín consigue una técnica miniaturista, con una inmensa riqueza en el vocabulario.

Valle-Inclán (1866-1936)

Su obra evoluciona desde el modernismo hasta el esperpento. En la etapa modernista encontramos Femeninas, a la que sigue Flor de Santidad, la primera donde aparece el ambiente gallego. Sin embargo, sus obras más importantes son las Sonatas. El Marqués de Bradomín, protagonista, es el nexo de unión entre las cuatro novelas: Sonata de Otoño, Sonata de Estío, Sonata de Primavera y Sonata de Invierno. Su prosa es bella y rica en efectos sensoriales. Aparecen ambientes, situaciones y un tratamiento del lenguaje que apunta hacia el esperpento.

Destacan también las novelas de La Guerra Carlista, una trilogía compuesta por Las Cruzadas de la Causa, El Resplandor de la Hoguera y Gerifaltes de Antaño. Hay un contraste entre el heroísmo romántico de las partidas carlistas y el realismo más áspero de la guerra. El mismo contraste se da en el estilo: junto a la prosa bonita y cuidada, aparece un lenguaje más áspero y duro.

En 1920, Valle-Inclán inicia el esperpento con novelas como Tirano Banderas, cuya influencia en la literatura hispanoamericana ha sido muy importante, dando lugar a un género de dictador hispanoamericano con títulos como El Otoño del Patriarca, El Señor Presidente y Yo el Supremo. Finalmente, cabe mencionar el ciclo de El Ruedo Ibérico, donde aparece ridiculizada la corte de Isabel II: La Corte de los Milagros, Viva mi Dueño y Baza de Espadas.

Miguel de Unamuno (1864-1936)

Escribió todos los géneros literarios y fue uno de los más decididos renovadores de la novela de principios de siglo. Sus novelas son una proyección literaria de su personalidad, por lo que sus personajes son frecuentemente una encarnación de sus ideas y sentimientos. Después de su primera novela, Paz en la Guerra, escrita con la técnica realista, Unamuno se aleja del "engañoso realismo de lo aparencial" para centrarse en el "auténtico realismo": la realidad interna, anímica de los personajes. Esto le conduce a un cambio de técnica, que él denominó escritura "vivípara", dando lugar a la "nivola". Las características de la nivola se exponen en un capítulo de Niebla:

  • Renuncia a toda preparación previa, escribiendo según la inspiración del momento.
  • Eliminación de las descripciones de paisajes, lugares o circunstancias.
  • El personaje principal pasa de ser un "antagonista" a ser un "agonista".
  • Gran importancia de los diálogos y los monólogos (llamados por Unamuno "autodiálogos").

Pío Baroja (1872-1956)

Es el novelista por antonomasia del grupo del 98. El Árbol de la Ciencia es su obra más representativa. Baroja se caracterizó por su radical escepticismo. Para él, la vida humana carece de sentido y no tiene confianza en el ser humano. La raíz de estas ideas se encuentra en Schopenhauer, de quien aprendió que la naturaleza de la vida es el sufrimiento, directamente proporcional a la conciencia intelectual. La solución propuesta por Schopenhauer fue la ataraxia, un estado de serenidad negativa basada en la contemplación indiferente.

Teoría sobre la novela:

  • La novela es un saco donde cabe todo, una novela permeable.
  • Se despreocupa de la composición, llegando a afirmar que la novela es posible sin argumento.
  • Las cualidades supremas del novelista son la imaginación, la invención y la observación cuidadosa de la vida.

Técnica:

  • Las novelas solo tienen una trama, sin subtemas.
  • En torno al personaje central existe un pequeño grupo que, por contraste o semejanza, subraya aspectos de su carácter.
  • Abundancia de diálogos y descripciones breves de lugares y formas de vida.
  • Gran abundancia de personajes menores que atraviesan la escena rápidamente y la animan, representando actitudes de grupos sociales que Baroja caricaturiza o ataca.

Estilo:

Prosa rápida, nerviosa y viva, apoyada en la frase corta y el párrafo breve, resultando en un estilo ameno y vivo. Baroja fue un escritor fecundo y agrupó sus novelas en trilogías, como La Lucha por la Vida (La Busca, Mala Hierba y Aurora Roja), que muestra las durísimas condiciones de vida en el Madrid de principios de siglo. Entre 1913 y 1935, compuso 22 novelas históricas, Memorias de un hombre de acción, sobre Eugenio de Aviraneta, un antepasado suyo.

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