La novela española desde los años 70: un recorrido histórico
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La novela española desde la década de los setenta a la actualidad: Eduardo Mendoza
Para tratar de simplificar el estudio de estas décadas, realizaremos un análisis en tres bloques:
Los años 70
Predominio de la experimentación formal, condicionada por Tiempo de silencio y por las tendencias europeas y americanas.
Transición y cambio de siglo
Tras el fin de la dictadura y el inicio del nuevo siglo, se observa una pérdida de interés por la experimentación y una vuelta a un realismo renovado, aunque con alternancia de diferentes estéticas.
A partir del 2000
Multiplicidad de tendencias, aunque con prevalencia de lo real.
La primera promoción de los años 70
La primera promoción de los 70 está muy condicionada por el experimentalismo narrativo de Tiempo de Silencio, de Luis Martín Santos. Autores como Delibes (377A madera de héroe), Cela (Cristo versus Arizona) o Torrente Ballester (La saga/fuga de JB) exploran nuevas formas narrativas. Francisco Umbral, tertuliano y columnista, también se suma a esta corriente.
Se usa en la narración la segunda persona, se reclama el efecto expresivo de la tipografía, se añaden páginas en blanco, se prescinde de los signos de puntuación o se echa mano del collage; se usa reiteradamente el perspectivismo, el behaviorismo (técnicas objetivistas). Se habla de antinovela y metaliteratura para clasificar títulos como La primavera de los murciélagos de José Leyva y Larva, de Julián Ríos.
Realismo renovado
La obra clave de esta nueva perspectiva será La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza. Hay un cambio significativo hacia las personas tradicionales del relato, la primera y la tercera.
Novela histórica
El nombre de la rosa del italiano Umberto Eco marca un hito en este género. En este tipo de obras se recrean personajes y espacios históricos que se reproducen junto con elementos de ficción en los que la historia es el pretexto para ahondar en la condición humana. Destacan autores como Antonio Gala, con El manuscrito carmesí, Terenci Moix con No digas que fue un sueño.
Novela policíaca y negra
Autores como Manuel Vázquez Montalbán, en novelas como Los mares del sur o El hermano menor y, por supuesto, la narrativa de Eduardo Mendoza, como el ya comentado La verdad sobre el caso Savolta, se convirtieron en grandes éxitos editoriales.
Realismo sucio
Dos hechos históricos sirven para acotar esta tendencia, pues se desarrolla fundamentalmente entre la caída del muro de Berlín (1989) y los atentados del 11-S del 2001. El tema central gira en torno a la conducta de los jóvenes de la época, retratados por escritores conocidos como Generación X. Las salidas nocturnas por grandes ciudades, el abuso de las drogas, el sexo y la música son algunos de los temas recurrentes.
Metanovela
Donde podemos incluir títulos como La orilla oscura, de José María Merino, Juegos de la edad tardía de Luis Landero, Antagonía.
Últimas tendencias
Las tendencias de carácter realista que se habían impuesto en los años 80 y 90 continúan de rabiosa actualidad, si bien los límites entre géneros se van diluyendo para dar lugar a obras en las que se mezclan, casi a partes iguales, reportaje, documento y memorial personal. Se podría hablar de una nueva “literatura del yo”, para referirse a autores como Agustín Fernández Mallo (Nocilla Dream).
Novela policíaca y de misterio
Autores como Juan Manuel de Prada, que obtuvo el Premio Planeta por su primera novela seria, La tempestad, o el recientemente desaparecido Carlos Ruiz Zafón, que se había estrenado en los 90 en la literatura juvenil (trilogía de la niebla).
Novela histórica
Heredera de los autores que empiezan a rescatar el pasado allá por los 80, llama la atención la línea que explora la intrahistoria de la Guerra Civil. En ese sentido, es conmovedor Los girasoles ciegos de Alberto Méndez, articulado como cuatro relatos breves por los que transitan personajes marcados por la derrota. También Javier Cercas, a través del ‘faction’ o autoficción, ofrece su visión del conflicto en Soldados de Salamina.
Novela de pensamiento
Claros ejemplos son Sefarad, de Muñoz Molina y Negra espalda del tiempo, de Javier Marías.
Novela neorrealista y comprometida
El amante lesbiano de José Luis Sampedro explora las relaciones de sumisión y dominación que se establecen entre hombres y mujeres; el tema de la corrupción urbanística alcanza su cénit en Crematorio, de Rafael Chirbes.
Auge del cuento y el relato corto
Junto al desarrollo novelístico como tal, hay que destacar que en estos años se ha producido un auge del cuento y del relato corto. Al magisterio clásico de autores de anteriores generaciones (Carmen Martín Gaite, Ana María Matute, Rosa Montero…) hay que añadir ahora la presencia de nuevas voces como Sara Mesa (Un amor), así como aforismos, nanorrelatos y publicaciones en redes sociales.
Eduardo Mendoza
Eduardo Mendoza es el iniciador, con La verdad sobre el caso Savolta, del distanciamiento de la experimentación de los 60-70 que se ha consolidado hasta hoy. El autor plantea problemas muy importantes desde un punto de vista social, personal e histórico. En el plano artístico hay que señalar, su virtuosismo técnico y la riqueza de matices en el lenguaje.
Después, Mendoza publicó El misterio de la cripta embrujada, que se continúa con El laberinto de las aceitunas. Su obra cumbre, La Ciudad de los prodigios, aparece en 1986, y supone un cambio de temática.
En cuanto al estilo, maneja muchos registros y todos con gran maestría, sencillo y popular, la narrativa de Eduardo Mendoza aúna calidad literaria, reflexión, entretenimiento y humor.
Conclusión
En definitiva, se puede decir que estas son las líneas más importantes de la narrativa de los últimos años, que muestra el triunfo del relato y de las ganas de volver a contar. Es tiempo de blogs, de dominios de internet, de ordenadores abiertos y de la incansable mensajería digital.