Nietzsche: Vitalismo, Crítica a la Filosofía Occidental y Transmutación de Valores

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El Vitalismo Radical de Nietzsche y su Crítica a la Tradición Filosófica

El núcleo del pensamiento de Nietzsche reside en su vitalismo, una afirmación apasionada de la vida en su dimensión biológica, rechazando cualquier forma de "transmundo" como los propuestos por el dualismo metafísico. La crítica a la cultura occidental, considerada decadente en su esencia y consecuencias, constituye el punto de partida de su filosofía vitalista.

La Crítica de Nietzsche a la Filosofía Tradicional

Nietzsche critica a los filósofos precedentes por su adhesión al dualismo metafísico platónico. Considera que inventaron un mundo ideal para explicar el mundo terrenal, llegando a otorgarle a esa ficción el estatus de realidad y causa del mundo sensible, negando así la autenticidad de este último. Esta cultura occidental, basada en el dualismo metafísico, da lugar a una moral contraintuitiva y al cristianismo.

El dualismo metafísico postula la existencia de dos mundos: uno inmutable y accesible solo a través de la razón, y otro sensible, en perpetuo cambio. Los filósofos anteriores a Nietzsche creyeron que todo en este mundo tiene su origen en ese otro mundo, inaccesible a nuestros sentidos. Este error, según Nietzsche, nace de la negación de la vida debido al debilitamiento de los instintos vitales.

Para Nietzsche, la voluntad de poder es la rebelión del instinto y las pasiones contra el dominio de la razón. La historia de Occidente está marcada por esta visión dualista que, desde la aparición del cristianismo, se fundamenta en la idea de Dios. Sobre esta idea se construye todo el orden moral y la metafísica.

Nihilismo y Método Genealógico: La Transmutación de los Valores

Nietzsche realiza una crítica profunda a la tradición occidental a través del nihilismo y el método genealógico. Su objetivo es la transmutación de los valores. En "Así habló Zaratustra", describe tres transformaciones del espíritu humano para superar la "prehistoria de la humanidad":

  • El camello: Representa la carga del cristianismo y su moral de resignación, un peso que soportamos con la promesa de una recompensa en la otra vida.
  • El león: Simboliza la fuerza necesaria para negar los valores de la vieja tradición (nihilismo postmetafísico).
  • El niño: Es el único capaz de jugar con la vida gracias a su inocencia, representando la creación de nuevos valores.

Deconstrucción y Reconstrucción: Los Nuevos Valores

La crítica de Nietzsche a la cultura occidental se compone de dos fases:

  1. Deconstructiva: Critica los valores de la cultura occidental: la metafísica dualista, la moral contraintuitiva y la religión cristiana.
  2. Reconstructiva: Formula nuevos valores: perspectivismo, vitalismo y ateísmo.

El método genealógico busca comprender el presente a través del pasado. Es un método crítico y transformador, no meramente descriptivo. Con él, Nietzsche pretende desvelar los motivos que llevaron a filósofos y cristianos (nihilistas) a desconfiar de esta vida.

La Voluntad de Poder y el Perspectivismo

Nietzsche afirma que en nuestra existencia hay un impulso por no perecer, por afirmar nuestra existencia: la voluntad de poder. Esta se manifiesta en todos nuestros impulsos, pero de dos formas: la de los débiles y la de los fuertes. Los débiles, temerosos del cambio, inventaron un mundo inmutable para encontrar seguridad (nihilismo metafísico). Para Nietzsche, este mundo inventado es una ilusión óptico-moral que convierte la verdad en algo inmoral. Nietzsche niega cualquier transmundo con su vitalismo (nihilismo postmetafísico). La enfermedad del hombre radica en considerar verdadero ese mundo ficticio.

Una tesis central del racionalismo occidental, desde Platón, es que lo superior fundamenta lo inferior. Nietzsche se opone a esto con su vitalismo: tras la ficción de un mundo verdadero, encontramos la voluntad de poder; es decir, lo inferior fundamenta lo superior. En esto se basa otro de los nuevos valores de Nietzsche: el perspectivismo.

El perspectivismo de Nietzsche sostiene que la verdad es una manifestación de la voluntad de poder. No existen hechos, solo interpretaciones; no hay dualidad verdad/error. Cuando hablamos de lo verdadero, hablamos de nosotros mismos. Incluso Dios es solo una expresión de la voluntad de ficción de los débiles. El ultrahombre, entonces, no creerá en nada supramundano, será nihilista y aceptará la vida tal como es, convirtiéndola en un experimento constante, sabiendo que la vida no tiene más sentido que el que él mismo le otorgue.

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