Nietzsche y el Arte Trágico: Afirmación de la Vida en el Devenir

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El Arte Trágico: Una Perspectiva Nietzscheana

Partiendo de la tradición entre mundo aparente y mundo verdadero, Nietzsche sostiene que los signos filosóficos han distinguido al ser verdadero, a la nada, mientras que él identifica el mundo verdadero con lo que la tradición llama mundo aparente. A esto Nietzsche lo llama mundo aparente, un mundo real, el del ser verdadero, dejando al otro mundo en el que no existe el cambio, en el que las esencias, lo permanente, lo perfecto, un mundo inmóvil al que solo se llega por la razón y en el que los sentidos no tienen lugar. Para Nietzsche, este mundo es una invención de los débiles, fruto del resentimiento a la vida y síntoma de decadencia. El invento de otro mundo al que se ha despojado de las características propias de este es síntoma de una vida descendente hasta el nihilismo; a eso nos ha conducido la tradición filosófica occidental.

Decadencia y la Incapacidad de Aceptar el Devenir

La decadencia es la incapacidad para soportar la vida como devenir. La tradición ha sido expresión de una postura pesimista, propia de espíritus débiles debido a que se lamentan del cambio incesante del ser, porque asumir el continuo cambio coloca al ser humano ante una especie de abismo. El filósofo cobarde prefiere refugiarse en la ficción consoladora de un mundo dorado de unidad y permanencia.

El Artista Trágico como Afirmación de la Vida

Nietzsche considera al artista como antítesis de la actitud decadente, nos hace sentir dónde está el verdadero valor de la vida. De la tragedia se desprende una afirmación de la realidad; en ella hay un sí a la vida, incluso a lo más doloroso y terrible. Este artista es trágico y dionisiaco. En su primer libro, Nietzsche se ocupa de ese gran mundo que fue la tragedia, por la que siente una declarada inclinación. En El nacimiento de la tragedia, Nietzsche presenta una original concepción de la vida basada en figuras contrarias de los dioses Apolo y Dionisos.

Apolo y Dionisos: Dos Fuerzas Creativas

  • Apolo: Simboliza las facultades creadoras de formas bellas y armónicas.
  • Dionisos: Símbolo central en el pensamiento de Nietzsche, símbolo máximo de la vida, es el dios de la embriaguez y del exceso, del misterio y la desmesura. Representa la fecundidad de la tierra y la alegría, pero tiene un trágico destino.

Amar y venerar a Dionisos significa amar la vida aunque no la entendamos, aceptando incluso sus aspectos más dramáticos o terribles.

Lo Apolíneo y lo Dionisíaco en el Arte

Para Nietzsche, el arte se compone de dos elementos: lo apolíneo y lo dionisiaco. Lo apolíneo tiene que ver con el sueño de la individualidad, mientras que lo dionisiaco hace referencia al despertar y sentir más hondo, a la superación de todos los límites, a la desmesura. Si el artista trágico es dionisiaco es porque se identifica perfectamente con la vida a pesar de lo enigmática y dolorosa que pueda ser. Por ello, el héroe trágico se destaca como individuo que se enfrenta al destino, lo que acarrea la tragedia. No hay que huir del sufrimiento, sino aceptarlo; decir sí al placer y al sufrimiento, a lo bello y a lo terrible.

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