El Neoclasicismo del Siglo XVIII: Razón, Ilustración y Literatura
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La Ilustración
El siglo XVIII, conocido como el siglo de la razón, vio el surgimiento de la Ilustración, un movimiento que revisó críticamente las ideas y valores tradicionales, buscando modernizar la sociedad a través de la razón y la ciencia. Las bases de la Ilustración fueron el Racionalismo (Kant, Descartes), el Empirismo (Newton) y el Deísmo.
Los ilustrados creían que la naturaleza regía todo y que, mediante el estudio y la experimentación, el hombre podía descubrir sus leyes, adaptándose a ellas para lograr el progreso y la felicidad. Creían en Dios como causa primera y en la importancia de la ayuda mutua para la supervivencia. En este siglo, surgió el despotismo ilustrado, una monarquía absoluta que adoptó las ideas de la Ilustración.
En España, la Ilustración se concentró en el País Vasco y la costa mediterránea. El aumento de la población impulsó a los ilustrados a implementar reformas agrarias y educativas, incluyendo la creación de las Reales Academias. Con la expulsión de los jesuitas, se introdujo el laicismo en la enseñanza.
El Neoclasicismo
Con la Ilustración, apareció el Neoclasicismo, que revalorizó el mundo clásico grecolatino y el Renacimiento. Buscó devolver al arte la armonía, sobriedad y serenidad, perdidas por los excesos barrocos. La estética neoclásica debía seguir la naturaleza y ser moralizadora, útil y aleccionadora. La lengua literaria debía ser clara, sencilla, ordenada y cuidada, sin excesos.
Etapas de la Literatura Neoclásica
La literatura neoclásica se divide en tres etapas:
- Posbarroco (1680-1750):
- Rococó y Neoclasicismo (1750-1780):
- Prerromanticismo (1780-1830):
Poesía
La poesía lírica del Rococó se inspiró en los clásicos grecolatinos y en poetas del Renacimiento, como Garcilaso y Fray Luis. Era sencilla, natural y cantaba los placeres de la vida: la amistad, la primavera y la naturaleza. Se utilizaron dos tipos de poesía: el epigrama y la anacreóntica.
La poesía neoclásica abordó temas más serios y reflexivos que el Rococó, buscando difundir las ideas ilustradas. Los poetas buscaban un tono contenido, natural y un lenguaje sencillo. Destacan autores como Juan Meléndez Valdés, José Cadalso y Gaspar Melchor de Jovellanos. También surgieron las fábulas de animales, con Tomás de Iriarte y Félix María de Samaniego.
La poesía prerromántica se basó en las ideas de Rousseau, que defendía la libertad y la primacía de la conciencia individual sobre la razón. Siguió a poetas alemanes como Schiller, Goethe y Herder.
Novela y Prensa
En esta época, hubo pocas novelas. Destacan Vida de don Diego Torres de Villarroel, de Diego Torres de Villarroel, e Historia del Famoso predicador Fray Gerundio de Campazas, alias Zotes, de Pedro Isla. También surgió la prensa escrita, con poca difusión debido al alto índice de analfabetismo. El primer periódico fue el Diario Curioso, Erudito y Comercial.
Ensayo
El género predilecto de la Ilustración fue el ensayo, que abordaba diversos temas con reflexiones bien razonadas y argumentadas, en un tono claro, personal y sencillo. Destacan Benito Jerónimo Feijoo, Gaspar Melchor de Jovellanos y José Cadalso.
Teatro
En el teatro español, se distinguen dos tendencias: la conservadora (que seguía las tradiciones ideológicas y estéticas del Barroco) y la progresista (que defendía la ideología de la Ilustración).
Dentro de la tendencia tradicional, se encuentran dos vertientes: la posbarroca, que imitaba temas y formas barrocas (ej. No hay deuda que no se pague y el convidado de piedra de Antonio Zamora), y la popular, con subgéneros como el sainete lírico, la tonadilla escénica y la zarzuela.
En la tendencia innovadora, surgió el teatro neoclásico, que recuperó la regla de las tres unidades (lugar, tiempo y acción) para reforzar la verosimilitud y la lógica. Utilizaba un lenguaje natural con intención didáctica, en prosa o verso breve, con escenografía sencilla. Se profundizaba en el carácter de los personajes, y la acción pasaba a un segundo plano frente al diálogo. Los corrales de comedias se transformaron en teatros a la italiana. Sus géneros principales fueron la comedia sentimental, la tragedia neoclásica y la comedia neoclásica. Destacan autores como Vicente García de la Huerta y Leandro Fernández de Moratín.