Naturaleza y cultura: Reflexiones sobre la existencia humana
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T.8.1. Naturaleza y cultura
T.8.1. Naturaleza y cultura. La naturaleza se refiere al conjunto, orden y disposición de todos los seres que existen, sujetos a leyes propias. Pero en sentido general, es el principio de operaciones que hace que un ente concreto se comporte de la manera en que lo hacen los seres que pertenecen a su misma especie. 1.2 Naturaleza al sh? Si esto es tan claro, ¿cuál es el problema? La condición cultural de la existencia humana. Nos definimos como animales que tenemos logos. Y no existe una palabra natural con la que nombrar a una realidad. Cada idioma es un artificio. También son diferentes las costumbres de cada cultura. Lo que en un lugar es excelente, en otro puede ser una ofensa seria. ¿Sh es cultural? ¿Todo depende de la cultura en que uno se encuentre? Si fuese afirmativa, se estaría negando la existencia de una naturaleza común a sh.
T.8.1.3. Relativismo cultural, supongamos que sea cierto que no hay naturaleza humana, o que viene determinado por la cultura en la que vivimos. Parece una apuesta fuerte por la libertad: somos tan libres, podemos decidir lo que somos. Habría que afirmar, como en el pensamiento existencialista de Sartre, que el hombre es causa absoluta de sí mismo. Habría que rechazar la existencia de leyes que determinen al sh. Toda moral cuyas normas no hayan brotado de uno mismo, se considerará una moral heterónoma y se rechazará. Al no haber naturaleza, no hay un principio común ni una medida con la que comparar la propia acción. La bondad o maldad se reducirán a lo que acepte o no uno mismo o la sociedad. Esos dramas terribles han sucedido en la historia. El relativismo cultural impide que encontremos un fundamento que permita una argumentación seria frente a esos legisladores.
T.8.1.4. Contenidos de naturaleza. No todo lo humano es relativo. Pero tampoco todo lo humano es natural o absoluto. De este modo, la cuestión filosóficamente relevante no es si hay naturaleza humana, sino cuáles son los contenidos objetivos de la naturaleza. ¿Cuáles son los contenidos? Partimos de una definición de sh: animal racional, y con una experiencia subjetiva: mi condición de ser alguien que no debería ser tratado nunca como medio, sino como fin. De ahí nacen las normas básicas de acción. En conclusión, la reflexión filosófica no supone tanto la propuesta de una serie de normas que haya que cumplir, como la necesidad de señalar los límites más allá de los cuales la sociedad se vuelve contra sí misma y cae en comportamientos injustos. Hacer la cultura no significa abolir la naturaleza, sino humanizarla. La cultura nos aparta de la inmediatez irracional del instinto. Naturaleza y cultura no se oponen, sino que se complementan. El arte de hacerlo es la educación, que es el objetivo más elevado del filósofo.
T.8.2. Experiencia de persona: alguien y no algo. Por una parte, notamos que en nosotros se cumple el modo de ser propio de toda una especie. Pero cada uno sabe que no es un caso de clase de sh: cada persona se experimenta como alguien único, no sustituido por otro. Los individuos humanos no se identifican por completo con su especie ni se subordinan a ella. El sh no se experimenta como algo, sino alguien. Cuando se desea conocer a una persona, no se pregunta por el qué, sino por el quién. Cada uno tiene nombre propio, el cual refleja el hecho de que se trate de un ser diferente de otros, con su propia biografía. La pregunta por el quién no se responde con un concepto. Sh es persona: así se convierte en autor y actor de una narración única: biografía. 2.3. Intento de definición. Etimológicamente, persona procede de voces latinas persona (máscara que se pone el actor) y personare (sonar con fuerza), a su vez se derivan de prosopon (máscara). Además de su función práctica, tiene una función dramatúrgica: ocultar el rostro del actor y distorsionar la voz, para que el espectador no vea ni oiga al actor. La metáfora de la máscara muestra la capacidad del sh de distanciarse de sí mismo y así ser consciente de sí mismo, conocerse a sí mismo.
Esta autoconciencia nos permite superar la propia subjetividad. Estamos llamados a desarrollar, a perfeccionar el personaje. Mientras que la existencia de otros está marcada por sus instintos, podemos marcarnos metas. SH ES LIBRE. Razón y libertad capacitan al sh para ser señor de sí mismo. Él es el centro de su mundo y excéntrico al mundo. El sh tiene la capacidad de cuestionarse a sí mismo, de comportarse con altruismo pensando en el otro antes que en él. LA INTIMIDAD. Blaise Pascal expresaba esto cuando señalaba que el corazón tiene razones que la razón no comprende. Dar cuenta de lo humano no puede limitarse a lo que nuestra mente puede demostrar, como pretendía Descartes y el racionalismo en el siglo XVII. No somos matemáticos ni frutos de teoremas, sino que hay algo más, como decía Pascal, corazón, núcleo personal que es intimidad. Otra experiencia común es el hecho de que no somos capaces de conocer la profundidad de la intimidad. Cada uno es un misterio, hasta el punto en que se considera buen juez de sí mismo, suele acabar cayendo en presunción.