Nada
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Primera parteCapítulo I
Andrea es una joven estudiante que, al acabar su bachillerato viaja a Barcelona para estudiar en la universidad. Allí se instala en la triste casa de la calle Aribau de unos familiares demasiado raros para su gusto. Aún así se queda y pasa la noche en un incómodo sofá-cama.
Capítulo II
Después de una larga noche Andrea se despierta y recuerda su niñez en aquella casa, junto a sus abuelos y los cambios que ésta ha experimentado después de la guerra. Habla también con su tía Angustias, quién le `aconseja' no hacerse muy amiga de su otra tía, Gloria. A media mañana, presencia una pelea entre Román, Gloria y Juan que le deja atónita y más aun comprobando la actitud pasiva del resto de habitantes de la casa.
Capítulo III
Andrea, después de un tiempo, conoce más a los personajes. Su tia Angustias la obliga a portarse como una señorita, cosa que Andrea detesta; Juan y su esposa Gloria son buena gente para ella, él es artista y ella una madre soñadora; su tío Román, aunque a veces le resulte demasiado duro, otras es todo un artista. Vive en la buhardilla, la cual ha arreglado para hacerla más confortable. Andrea sube allí a menudo para escapar de la tensión de la parte baja de la casa fumandose un cigarrillo a cuenta de Román.
Capítulo IV
Volviendo a casa de la Universidad, Andrea se da cuenta de que ha perdido los días, de que no ha hecho nada interesante más que oir discusiones y tonterías. Al llegar al piso de la calle Aribau, Andrea se sienta a oir la lluvia. Es entonces cuando la abuela y Gloria empiezan a hablarle. Gloria, pese a las interrupciones de la abuela, le explica su historia. Conoció a Juan en Tarragona, en la guerra. En seguida se enamoraron y contrageron matrimonio. Juan le presentó a Román y ordenó a éste que se la llevara a su casa pues Gloria estaba en estado. Lo hizo a cambio de dinero y otras cosas.
En la casa, Gloria lo pasó bastante mal, pasaba mucha hambre y había mucha miseria y egoismo. Un día de bombardeos dió a luz en una clínica. Juan vino a verla y se abrazó a ella pidiendole disculpas.
Al acabar su relato, Gloria se percató de que Andrea tenía fiebre. Estuvo así mucho tiempo, durante el cual imaginó cosas estrañas, tales como un romance entre Román y Gloria.
Capítulo V
Una vez pasadas las fiebres, su tía Angustias le advirtió que no debía psear por Barcelona sola. Puso bastante incapié en que tampoco visitara el barrio chino.
En su vuelta a la Universidad, Andrea hizo amigos. Entre ellos destacaron Pons; un joven al que el menor comentario puede hacer daño, y Ena; una chica que conectó muy bien con Andrea y que le pidió que le presentara a su tío Román al que admiraba cuando tocaba el violín. Al regresar a casa, comprobó que Román había salido algun tiempo sin decir nada a nadie de dónde iba o cuándo volvería.
Los días pasaron sin él y, a su llegada, después de una discusión con Angustias, le explicó a su sobrina que había estado en los Pirineos, en Puigcerdá. El violinista vino tan encantado del viaje y tan admirado por la belleza de aquellos parajes naturales que Andrea decidió no contarle nada acerca de su fama como violinista.
Capítulo VI
Se acercaba la Navidad y , antes de las vacaciones, Andrea pensó en hacer un regalo a Ena por su generosidad a la hora de invitarla. Al ver que no tenía que ofrecerle, le regaló el manto, regalo de la abuela el día de la primera comunión de Andrea. El detalle hizo mucha ilusión a Ena y Andrea también se alegró.
El día de Nochebuena, Angustias no dejó que Andrea le acompañara a la misa del gallo. Al día siguiente, al volver de misa, la joven se encontró envuelta en una discusión: Angustias acusaba (por consejo de Román) a Gloria de haber robado y vendido el manto de Andrea. Y ésta y Juan se defendían ante los ataques. Finalmente, la chica dice la verdad, verdad que duele a la abuela y acaba con un golpe de puño de Juan a su hermana.
Después de comer, Angustias advierte a la niña que pronto abandonará el hogar y le pide que reclame el pañuelo. Andrea se niega rotundamente a hacerlo.
Capítulo VII
Aun de vacaciones, Angustias abandonó la casa sin decir a nadie cuál iba a ser su destino. Más tarde llegó su jefe preguntando por ella (su jefe se había refugiado en esa casa durante la guerra) pero la abuela no quiso darle ninguna respuesta.
Andrea, al ver que quedaba una habitación vacía, se instaló en el dormitorio de Angustias. La primera noche, la presencia de Román la asustó y días más tarde fue a hablar con él. Román la asustó diciéndole que era él el que tenía el control sobre la actuación de todos los personajes de la casa.
Capítulo VIII
Pasadas las vacaciones, llegó, a media noche, la tía Angustias y sorprendió en la calle a Gloria. El escándalo en la casa de la calle Aribau no tardó en producirse, pues en la discusión se metieron también la abuela y Juan. Fue una noche de gritos, gemidos y llantos pero, finalmente, Andrea se durmió.
A la mañana siguiente, la criada la despertó por orden de Angustias. La joven fue a su habitación y ésta le avisó de su próximo ingreso en una comunidad religiosa. Expresó también la decepción que le había provocado el comportamiento de Andrea y le recomendó que cuando ella partiera se administrara bien su pensión, siendo justa y generosa.
Al salir de la habitación, Andrea topó con Gloria que le enseñó las marcas que empezaban a salir en supiel fruto de la violencia de la noche anterior. Había sido su marido, Juan, quien le pegó hasta la saciedad cuando todos `dormían'.
Capítulo IX
Todas las amigas de Angustias visitaron los días antes de su partida la casa para despedirse. Los comentarios eran los esperados:
<<-...Señor, Señor, lo que ha cambiado tu casa.>> (pág. 99)
<<-¡Lo que han cambiado los tiempos!>> (pág. 99)
Todos fueron a la estación a despedirle. Todos excepto Román. En el andén Juan `explotó' y empezó a chillarle, recriminándole el no haber tenido valor para emprender una relación con Jerónimo Sanz.
Segunda parteCapítulo X
El mes de febrero había llegado y Andrea, al salir de una improvisada fiesta en casa de Ena, decidió pasear sola por Barcelona en medio de la noche
Pronto llegó a la Catedral que admiró asombrada. Fue allí donde se encontró a un chico, Gerardo, que había conocido en la fiesta. Él le acompañó hasta casa y, al despedirse, le facilitó su número de teléfono.
Al entrar en su nueva habitación comprobó que sus familiares ya la habían llenado de muebles viejos y, enfadada, prefirió recordar la cena que tuvo en casa de Ena, con su familia. En dicha cena surgió el comentario de mudarse a Madrid, cosa que ni a Ena ni a Andrea agradó.
Capítulo XI
Andrea decidió pagar solo el pan que comía cada mañana y así podría ella administrarse su dinero.
Una noche fría de Marzo, los gritos insultantes despertaron a Andrea, salió de la habitación y se encontró una escena de violencia doméstica entre Juan y Gloria. Andrea cogió a la mujer y le invitó a pasar la noche con ella, cosa que fue imposible pues Juan llegó a la habitación a media noche y acabaron desapareciendo.
Capítulo XII
Andrea conoció al novio de Ena y salían juntos, los tres, cada fin de semana. Ella llevaba varios días sin comer bien y nerviosa y hambrienta se enfadó con su amiga.
Recordó que tenía que llamar a Gerardo y lo hizo. Al día siguiente le vino a buscar. Fueron a pasear y se besaron. Ella rápidamente se arrepentió y avisó al chico de que estaba en un error.
Al volver a casa Ena hablaba con Román en el salón, se levantó, la abrazó cariñosamente y se fue.
Capítulo XIII
Ena pidió a Andrea que no pasara por su casa durante algun tiempo. Ésta ceptó y tuvo que ir a estudiar a la biblioteca. Allí se encontró a Pons quién, tras muchas tardes encontrándola, la invitó a conocer a sus amigos bohemios en el barrio gótico.
Capítulo XIV
Ena y Andrea quedaron para charlar mientras daban un paseo. Llegaron al Tibidabo desde donde se veia toda Barcelona ante el mar. Allí se sinceraron y Ena intentó hacer ver a Andrea que no debía avergonzarse de su familia. Le pidió que no se molestara por su presencia allí los días anteriores y se disculpó por haberle pedido que no volviera a su casa durante algun tiempo.
Capítulo XV
Al llegar a casa, Andrea se percató de que algo pasaba y, tras preguntarlo, supo que el niño tenía pulmonía y que podía morir si no conseguían el dinero para el medicamento.
Juan, el padre, salió a trabajar y, entonces, Gloria se vistió y fue a casa de su hermana a pedirle dinero para curar al bebé. Pero Juan, que estaba preocupado volvió y, al ver que su esposa no estaba salió en su busqueda. Andrea le siguió para evitar que hiciera alguna tontería hasta llegar a una tienda del barrio chino. Dentro encontraron a Gloria jugando a las cartas para conseguir dinero. Pronto salieron los tres de vuelta a la casa de la calle Aribau.
Capítulo XVI
En la calle Aribau, Andrea se encontró a Jaime, el `ex' de Ena, quien la invitó a pasear y le dió un mensaje para Ena. El mensaje era que siempre confiaria en ella.
El joven la acompañó hasata el estudio de sus amigos bohemios. Allí llegó Iturdiaga explicando que había conocido a la chica de su vida y que no sabía nada de ella.
Más tarde la acompañaron a casa y, por el camino, se encontraron a Ena. Andrea le dio el mensaje y Ena se fue. Iturdiaga se percató de que la chica de sus sueños era ella, Ena.
Capítulo XVII
En la víspera de san Juan, Pons propuso a Andrea de irse unos días del verano a la Costa Brava con él y su familia. Ella sin saber que responderle le aseguró que el dia de su fiesta (san Pedro) le daría una respuesta.
Esa misma noche Andrea oyó hablar a Román con Gloria. Él le hizo una propuesta deshonrosa a ella y ella se negó a aceptarla pues estaba dolida por situaciones anteriores. Andrea, al ver lo mezquino que era su tío quiso advertir a su amiga y se recorrió Barcelona para decírselo pero finalmente no se atrevió.
Capítulo XVIII
Andrea asiste a la fiesta de Pons. Éste se divierte con una amigas, algo que molesta mucho a Andrea y decide irse. Lo hubiera hecho si la madre de su amigo no lo hubiera avisado.
Pons llegó y se disculpó por no haber podido estar con ella. Ella se fue hacia su casa. En la calle Aribau vio salir de su portal a la madre de Ena.
Tercera parteCapítulo XIX
La madre de Ena y Andrea fueron a tomar algo. En una terraza la señora le explicó que en su juventud se había enamorado de Román. Su padre no quería a ese hombre así que lo compró y los separó. Pasado un año, el hombre prometió a su hija con Luis, su actual marido. Se casaron pero ella no podía dejar de pensar en Román hasta que nació Ena, quien unió al matrimonio.
Fue entonces cuando la mujer le pidió ayuda para separar a su hija de Román pues no quería que pasara lo mismo que ella había pasado años atrás. Le advirtió que en septiembre se irían a Madrid pero que hasta entonces había que hacer algo para separarlos.
Capítulo XX
Por la mañana, Gloria le explicó a Andrea lo que sucedió en aquel local del barrio chino y la avisó de la proxima visita de su amiga a casa de Román. A ésto Andrea contestó excitada, tanto que se vió obligada a abandonar la casa. A su vuelta subió a casa de Román y oyó una conversación en la que él le decía a Ena que no tenía pruebas para demostrar que le habían chantageado. Andrea interrumpió la conversación y corrió hasta la plaza de la Universidad.
Capítulo XXI
En la plaza Ena le encontró. Empezó a llover y se refugiaron. En su improvisado refugio, Ena le explicó que no estaba enamorada de Román, más bien lo que quería era humillarle por todo lo que le había hecho pasar a su madre. Añadió que quería a Jaime y que sentía haberle dejado.
Capítulo XXII
Andrea fue a despedir a su amiga a la estación. Al volver, encontró a Gloria llorando en su cama pero ésta no le quiso explicar que era lo que le pasaba. De pronto un grito horrible las interrumpió. Era la criada, se había desmayado y cuando volvió en si les avisó de la muerte de Román, provocada por una incisión en el cuello proveniente de su cuchilla de afeitar. Se había suicidado.
Capítulo XXIII
Después de dormir dos días seguidos, Andrea se levantó de la cama y se encontró que Antonia, la criada, se había ido para siempre. Gloria le avisó de la visita de sus tías. Rápidamente se vistió de luto y fua en su busqueda. Al llegar al lugar donde estaban las tías se encontró un panorama terrible. Todas las hermanas acusaban a su madre de la muerte de Román y de la vida de Juan. Y, lo que es peor, Juan les daba la razón.
Capítulo XXIV
Dos meses después de la tragedia, Andrea todavia no se había hecho a la idea de la muerte de Román. Una noche comprobó que las palizas de Juan a su mujer iban en augmento y que solo buscaba excusas para pegarle. Entre Gloria y ella pensaron en llamar a un manicomio para que se lo llevaran. Cuando entró la abuela a la habitación, tiró una carta para Andrea de Ena, y les avisó de que su hijo nunca iria a un manicomio.
Capítulo XXV
La carta de Ena decía que en Madrid había trabajo para Andrea y la invitaba a vivir con ella y sus hermanos. La noche de antes de su partida se despidió de todos. Llegada la hora, con la casa en silenció se marchó con las esperanza de encontrar en Madrid lo que vino a buscar a Barcelona un año antes.
Ficha bibliográfica
Autor: Carmen Laforet
Título: Nada
Editorial: Destino
Colección: CCC (Clásicos Contemporáneos Comentados)-(volumen 3)
Edición: sexta (noviembre de 2000)
Introducción: Rosa Navarro Durán
Nada
9
Andrea es una joven estudiante que, al acabar su bachillerato viaja a Barcelona para estudiar en la universidad. Allí se instala en la triste casa de la calle Aribau de unos familiares demasiado raros para su gusto. Aún así se queda y pasa la noche en un incómodo sofá-cama.
Capítulo II
Después de una larga noche Andrea se despierta y recuerda su niñez en aquella casa, junto a sus abuelos y los cambios que ésta ha experimentado después de la guerra. Habla también con su tía Angustias, quién le `aconseja' no hacerse muy amiga de su otra tía, Gloria. A media mañana, presencia una pelea entre Román, Gloria y Juan que le deja atónita y más aun comprobando la actitud pasiva del resto de habitantes de la casa.
Capítulo III
Andrea, después de un tiempo, conoce más a los personajes. Su tia Angustias la obliga a portarse como una señorita, cosa que Andrea detesta; Juan y su esposa Gloria son buena gente para ella, él es artista y ella una madre soñadora; su tío Román, aunque a veces le resulte demasiado duro, otras es todo un artista. Vive en la buhardilla, la cual ha arreglado para hacerla más confortable. Andrea sube allí a menudo para escapar de la tensión de la parte baja de la casa fumandose un cigarrillo a cuenta de Román.
Capítulo IV
Volviendo a casa de la Universidad, Andrea se da cuenta de que ha perdido los días, de que no ha hecho nada interesante más que oir discusiones y tonterías. Al llegar al piso de la calle Aribau, Andrea se sienta a oir la lluvia. Es entonces cuando la abuela y Gloria empiezan a hablarle. Gloria, pese a las interrupciones de la abuela, le explica su historia. Conoció a Juan en Tarragona, en la guerra. En seguida se enamoraron y contrageron matrimonio. Juan le presentó a Román y ordenó a éste que se la llevara a su casa pues Gloria estaba en estado. Lo hizo a cambio de dinero y otras cosas.
En la casa, Gloria lo pasó bastante mal, pasaba mucha hambre y había mucha miseria y egoismo. Un día de bombardeos dió a luz en una clínica. Juan vino a verla y se abrazó a ella pidiendole disculpas.
Al acabar su relato, Gloria se percató de que Andrea tenía fiebre. Estuvo así mucho tiempo, durante el cual imaginó cosas estrañas, tales como un romance entre Román y Gloria.
Capítulo V
Una vez pasadas las fiebres, su tía Angustias le advirtió que no debía psear por Barcelona sola. Puso bastante incapié en que tampoco visitara el barrio chino.
En su vuelta a la Universidad, Andrea hizo amigos. Entre ellos destacaron Pons; un joven al que el menor comentario puede hacer daño, y Ena; una chica que conectó muy bien con Andrea y que le pidió que le presentara a su tío Román al que admiraba cuando tocaba el violín. Al regresar a casa, comprobó que Román había salido algun tiempo sin decir nada a nadie de dónde iba o cuándo volvería.
Los días pasaron sin él y, a su llegada, después de una discusión con Angustias, le explicó a su sobrina que había estado en los Pirineos, en Puigcerdá. El violinista vino tan encantado del viaje y tan admirado por la belleza de aquellos parajes naturales que Andrea decidió no contarle nada acerca de su fama como violinista.
Capítulo VI
Se acercaba la Navidad y , antes de las vacaciones, Andrea pensó en hacer un regalo a Ena por su generosidad a la hora de invitarla. Al ver que no tenía que ofrecerle, le regaló el manto, regalo de la abuela el día de la primera comunión de Andrea. El detalle hizo mucha ilusión a Ena y Andrea también se alegró.
El día de Nochebuena, Angustias no dejó que Andrea le acompañara a la misa del gallo. Al día siguiente, al volver de misa, la joven se encontró envuelta en una discusión: Angustias acusaba (por consejo de Román) a Gloria de haber robado y vendido el manto de Andrea. Y ésta y Juan se defendían ante los ataques. Finalmente, la chica dice la verdad, verdad que duele a la abuela y acaba con un golpe de puño de Juan a su hermana.
Después de comer, Angustias advierte a la niña que pronto abandonará el hogar y le pide que reclame el pañuelo. Andrea se niega rotundamente a hacerlo.
Capítulo VII
Aun de vacaciones, Angustias abandonó la casa sin decir a nadie cuál iba a ser su destino. Más tarde llegó su jefe preguntando por ella (su jefe se había refugiado en esa casa durante la guerra) pero la abuela no quiso darle ninguna respuesta.
Andrea, al ver que quedaba una habitación vacía, se instaló en el dormitorio de Angustias. La primera noche, la presencia de Román la asustó y días más tarde fue a hablar con él. Román la asustó diciéndole que era él el que tenía el control sobre la actuación de todos los personajes de la casa.
Capítulo VIII
Pasadas las vacaciones, llegó, a media noche, la tía Angustias y sorprendió en la calle a Gloria. El escándalo en la casa de la calle Aribau no tardó en producirse, pues en la discusión se metieron también la abuela y Juan. Fue una noche de gritos, gemidos y llantos pero, finalmente, Andrea se durmió.
A la mañana siguiente, la criada la despertó por orden de Angustias. La joven fue a su habitación y ésta le avisó de su próximo ingreso en una comunidad religiosa. Expresó también la decepción que le había provocado el comportamiento de Andrea y le recomendó que cuando ella partiera se administrara bien su pensión, siendo justa y generosa.
Al salir de la habitación, Andrea topó con Gloria que le enseñó las marcas que empezaban a salir en supiel fruto de la violencia de la noche anterior. Había sido su marido, Juan, quien le pegó hasta la saciedad cuando todos `dormían'.
Capítulo IX
Todas las amigas de Angustias visitaron los días antes de su partida la casa para despedirse. Los comentarios eran los esperados:
<<-...Señor, Señor, lo que ha cambiado tu casa.>> (pág. 99)
<<-¡Lo que han cambiado los tiempos!>> (pág. 99)
Todos fueron a la estación a despedirle. Todos excepto Román. En el andén Juan `explotó' y empezó a chillarle, recriminándole el no haber tenido valor para emprender una relación con Jerónimo Sanz.
Segunda parteCapítulo X
El mes de febrero había llegado y Andrea, al salir de una improvisada fiesta en casa de Ena, decidió pasear sola por Barcelona en medio de la noche
Pronto llegó a la Catedral que admiró asombrada. Fue allí donde se encontró a un chico, Gerardo, que había conocido en la fiesta. Él le acompañó hasta casa y, al despedirse, le facilitó su número de teléfono.
Al entrar en su nueva habitación comprobó que sus familiares ya la habían llenado de muebles viejos y, enfadada, prefirió recordar la cena que tuvo en casa de Ena, con su familia. En dicha cena surgió el comentario de mudarse a Madrid, cosa que ni a Ena ni a Andrea agradó.
Capítulo XI
Andrea decidió pagar solo el pan que comía cada mañana y así podría ella administrarse su dinero.
Una noche fría de Marzo, los gritos insultantes despertaron a Andrea, salió de la habitación y se encontró una escena de violencia doméstica entre Juan y Gloria. Andrea cogió a la mujer y le invitó a pasar la noche con ella, cosa que fue imposible pues Juan llegó a la habitación a media noche y acabaron desapareciendo.
Capítulo XII
Andrea conoció al novio de Ena y salían juntos, los tres, cada fin de semana. Ella llevaba varios días sin comer bien y nerviosa y hambrienta se enfadó con su amiga.
Recordó que tenía que llamar a Gerardo y lo hizo. Al día siguiente le vino a buscar. Fueron a pasear y se besaron. Ella rápidamente se arrepentió y avisó al chico de que estaba en un error.
Al volver a casa Ena hablaba con Román en el salón, se levantó, la abrazó cariñosamente y se fue.
Capítulo XIII
Ena pidió a Andrea que no pasara por su casa durante algun tiempo. Ésta ceptó y tuvo que ir a estudiar a la biblioteca. Allí se encontró a Pons quién, tras muchas tardes encontrándola, la invitó a conocer a sus amigos bohemios en el barrio gótico.
Capítulo XIV
Ena y Andrea quedaron para charlar mientras daban un paseo. Llegaron al Tibidabo desde donde se veia toda Barcelona ante el mar. Allí se sinceraron y Ena intentó hacer ver a Andrea que no debía avergonzarse de su familia. Le pidió que no se molestara por su presencia allí los días anteriores y se disculpó por haberle pedido que no volviera a su casa durante algun tiempo.
Capítulo XV
Al llegar a casa, Andrea se percató de que algo pasaba y, tras preguntarlo, supo que el niño tenía pulmonía y que podía morir si no conseguían el dinero para el medicamento.
Juan, el padre, salió a trabajar y, entonces, Gloria se vistió y fue a casa de su hermana a pedirle dinero para curar al bebé. Pero Juan, que estaba preocupado volvió y, al ver que su esposa no estaba salió en su busqueda. Andrea le siguió para evitar que hiciera alguna tontería hasta llegar a una tienda del barrio chino. Dentro encontraron a Gloria jugando a las cartas para conseguir dinero. Pronto salieron los tres de vuelta a la casa de la calle Aribau.
Capítulo XVI
En la calle Aribau, Andrea se encontró a Jaime, el `ex' de Ena, quien la invitó a pasear y le dió un mensaje para Ena. El mensaje era que siempre confiaria en ella.
El joven la acompañó hasata el estudio de sus amigos bohemios. Allí llegó Iturdiaga explicando que había conocido a la chica de su vida y que no sabía nada de ella.
Más tarde la acompañaron a casa y, por el camino, se encontraron a Ena. Andrea le dio el mensaje y Ena se fue. Iturdiaga se percató de que la chica de sus sueños era ella, Ena.
Capítulo XVII
En la víspera de san Juan, Pons propuso a Andrea de irse unos días del verano a la Costa Brava con él y su familia. Ella sin saber que responderle le aseguró que el dia de su fiesta (san Pedro) le daría una respuesta.
Esa misma noche Andrea oyó hablar a Román con Gloria. Él le hizo una propuesta deshonrosa a ella y ella se negó a aceptarla pues estaba dolida por situaciones anteriores. Andrea, al ver lo mezquino que era su tío quiso advertir a su amiga y se recorrió Barcelona para decírselo pero finalmente no se atrevió.
Capítulo XVIII
Andrea asiste a la fiesta de Pons. Éste se divierte con una amigas, algo que molesta mucho a Andrea y decide irse. Lo hubiera hecho si la madre de su amigo no lo hubiera avisado.
Pons llegó y se disculpó por no haber podido estar con ella. Ella se fue hacia su casa. En la calle Aribau vio salir de su portal a la madre de Ena.
Tercera parteCapítulo XIX
La madre de Ena y Andrea fueron a tomar algo. En una terraza la señora le explicó que en su juventud se había enamorado de Román. Su padre no quería a ese hombre así que lo compró y los separó. Pasado un año, el hombre prometió a su hija con Luis, su actual marido. Se casaron pero ella no podía dejar de pensar en Román hasta que nació Ena, quien unió al matrimonio.
Fue entonces cuando la mujer le pidió ayuda para separar a su hija de Román pues no quería que pasara lo mismo que ella había pasado años atrás. Le advirtió que en septiembre se irían a Madrid pero que hasta entonces había que hacer algo para separarlos.
Capítulo XX
Por la mañana, Gloria le explicó a Andrea lo que sucedió en aquel local del barrio chino y la avisó de la proxima visita de su amiga a casa de Román. A ésto Andrea contestó excitada, tanto que se vió obligada a abandonar la casa. A su vuelta subió a casa de Román y oyó una conversación en la que él le decía a Ena que no tenía pruebas para demostrar que le habían chantageado. Andrea interrumpió la conversación y corrió hasta la plaza de la Universidad.
Capítulo XXI
En la plaza Ena le encontró. Empezó a llover y se refugiaron. En su improvisado refugio, Ena le explicó que no estaba enamorada de Román, más bien lo que quería era humillarle por todo lo que le había hecho pasar a su madre. Añadió que quería a Jaime y que sentía haberle dejado.
Capítulo XXII
Andrea fue a despedir a su amiga a la estación. Al volver, encontró a Gloria llorando en su cama pero ésta no le quiso explicar que era lo que le pasaba. De pronto un grito horrible las interrumpió. Era la criada, se había desmayado y cuando volvió en si les avisó de la muerte de Román, provocada por una incisión en el cuello proveniente de su cuchilla de afeitar. Se había suicidado.
Capítulo XXIII
Después de dormir dos días seguidos, Andrea se levantó de la cama y se encontró que Antonia, la criada, se había ido para siempre. Gloria le avisó de la visita de sus tías. Rápidamente se vistió de luto y fua en su busqueda. Al llegar al lugar donde estaban las tías se encontró un panorama terrible. Todas las hermanas acusaban a su madre de la muerte de Román y de la vida de Juan. Y, lo que es peor, Juan les daba la razón.
Capítulo XXIV
Dos meses después de la tragedia, Andrea todavia no se había hecho a la idea de la muerte de Román. Una noche comprobó que las palizas de Juan a su mujer iban en augmento y que solo buscaba excusas para pegarle. Entre Gloria y ella pensaron en llamar a un manicomio para que se lo llevaran. Cuando entró la abuela a la habitación, tiró una carta para Andrea de Ena, y les avisó de que su hijo nunca iria a un manicomio.
Capítulo XXV
La carta de Ena decía que en Madrid había trabajo para Andrea y la invitaba a vivir con ella y sus hermanos. La noche de antes de su partida se despidió de todos. Llegada la hora, con la casa en silenció se marchó con las esperanza de encontrar en Madrid lo que vino a buscar a Barcelona un año antes.
Ficha bibliográfica
Autor: Carmen Laforet
Título: Nada
Editorial: Destino
Colección: CCC (Clásicos Contemporáneos Comentados)-(volumen 3)
Edición: sexta (noviembre de 2000)
Introducción: Rosa Navarro Durán
Nada
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