Música Medieval: Monodia Religiosa y Profana

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La Monodia Religiosa Medieval

El canto llano se desarrolló a partir de la costumbre de los primeros cristianos de entonar las oraciones o salmos. El canto llano se conoce también como Canto Gregoriano en honor a Gregorio I (papa entre los años 590 y 604), porque durante su pontificado se recopilaron y clasificaron los himnos que se cantaban en las iglesias de Occidente. La leyenda que le atribuye la invención del canto gregoriano se difundió a partir del reinado de Carlomagno.

El Canto Gregoriano es el canto oficial de la Iglesia Católica, por lo tanto, debe entenderse como el conjunto de cantos destinados a usarse en los distintos ritos de la Iglesia: la Misa y los Oficios. La misa era enteramente cantada, los cantos más complejos eran cantados por el coro y los solistas; entre ellos, los cantos que repiten los textos en todas las misas se llaman del Ordinario y son: Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus y Agnus Dei. Los Oficios son los cantos de alabanza a Dios que entonan los monjes, la oración diaria de los monasterios repartidas a lo largo de las diferentes horas del día.

Características del Canto Llano o Gregoriano:

  • Es un canto monódico
  • Sin acompañamiento instrumental (a capella)
  • Ritmo libre o flexible, el ritmo del canto se adapta a las características del texto.
  • En latín
  • Finalidad religiosa
  • Es un canto modal basado en ocho escalas llamadas modos gregorianos. Los modos son las escalas sobre las que se cantan las melodías gregorianas. La nota que da nombre al modo, llamada Finalis (llamada así por el carácter de reposo al final de la pieza).

Estilos según la relación entre notas y sílabas:

  • Silábico: a cada sílaba del texto le corresponde una nota de la melodía.
  • Neumático: a cada sílaba del texto le corresponde de dos a tres notas de la melodía (un neuma).
  • Melismático: a cada sílaba del texto le corresponden más de tres o cuatro notas.

Formas de interpretación:

  • De forma antifonal: alternancia de dos secciones del coro.
  • De forma responsorial: Alternancia de un solista y el resto del coro.
  • De forma directa: sin ningún tipo de alternancia.

La Notación Musical

En el siglo VIII d.C. son trazos, puntos y rayas (llamados neumas) que se colocan sobre el texto que se canta, pero que no indican sonidos determinados, ya que no hay una pauta (línea) sobre la cual escribirlos.

En el siglo XI, Guido d’Arezzo, monje y teórico de la música comienza a solucionar el problema de la notación musical. Será él quien dé nombre a los siete sonidos de la escala. También a Guido d’Arezzo se le atribuye la invención del Tetragrama: Conjunto de cuatro líneas y tres espacios que servirán de pauta para colocar las notas musicales.

La Monodia Profana

Música cantada en lenguas vernáculas (Oc, Oil, Alemán, Galaico-portugués) y en la que aparecen instrumentos acompañantes.

Los Juglares

Los juglares, músicos ambulantes que divertían a campesinos y nobles con sus cantos, danzas, triquiñuelas y acrobacias, constituían una clase de músicos profesionales que aparecieron por primera vez hacia el siglo X. Eran hombres y mujeres que iban solos o en grupos, de aldea en aldea, de castillo en castillo, ganándose el sustento con su arte. No eran compositores ni poetas; cantaban, tocaban y bailaban al son de canciones compuestas por otros o tomadas de la música popular, alterándolas o elaborando sus propias versiones. Al principio fueron marginados, y muchas veces repudiados por la Iglesia. Sin embargo, durante los siglos XI y XII su situación comenzó a mejorar. Muchos se organizaron en cofradías que luego llegaron a convertirse en gremios de músicos que ofrecían adiestramiento profesional o eran intérpretes profesionales: “ministriles”.

Los Goliardos

Los ejemplos más antiguos de música profana que se han conservado son canciones de goliardos, con textos escritos mayoritariamente en latín. Los goliardos eran estudiantes o clérigos que habían abandonado la vida religiosa, llamándoseles también clérigos errantes pues iban de una escuela a otra en tiempos anteriores a la fundación de las grandes universidades. En su mayoría eran marginados de la sociedad por su actitud de rebeldía contra las leyes de la moral. Entre los siglos XI y XII generaron un repertorio de canciones de amor, de taberna (referidas al insaciable apetito de comedores y bebedores), satíricas y picarescas. Muchos de los textos de estas canciones fueron recopilados en una colección de 228 poemas medievales conocida como Carmina Burana y descubierta en el monasterio benedictino de Beuren, cerca de Munich (Carmina significa poemas y Burana era el nombre latino de la localidad).

El músico alemán Carl Orff (1895-1982) puso música en 1937 a 24 poemas de la colección, alcanzando una gran difusión y aceptación popular. Su Carmina Burana es una gran cantata escénica con mímica y ballet para orquesta, coro y solistas.

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