Monumentos Emblemáticos y Vanguardias Artísticas: Un Recorrido Histórico
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La Torre Eiffel: Un Símbolo de la Ingeniería Moderna
La Torre Eiffel, obra del ingeniero Gustave Eiffel, fue construida entre 1887 y 1889 para conmemorar el centenario de la Revolución Francesa en la Exposición Universal de París. Costeada por el propio Eiffel, está compuesta por 18.000 piezas y 2.500.000 remaches. Su diseño ganó un concurso en el que participaron 107 proyectos y, aunque en un principio iba a ser temporal, se decidió conservarla, entre otras razones, porque era el edificio más alto de su tiempo (300 metros). Actualmente, si contamos la antena instalada en la torre, ésta alcanza los 324 metros.
El material utilizado es el hierro, símbolo de la Revolución Industrial que se estaba viviendo, que permitió innovar en la construcción de nuevos edificios, con materiales nunca utilizados en el campo de la arquitectura. Así surgió la arquitectura del hierro. Observamos una gran estructura de hierro, que se asienta sobre cuatro pilares inclinados con cuatro grandes arcos de descarga, que se van uniendo. La estructura queda a la vista, ya que no hay espacios cerrados, y se trata de un entramado entrecruzado de vigas y piezas, las cuales forman dos plataformas intermedias y un mirador. Se asemeja a una "A" mayúscula o a un triángulo isósceles.
La estructura de la torre consta de tres plantas, en las que se reparten distintos restaurantes de reconocido prestigio. La primera está a 57 metros, la segunda a 115 metros y la tercera a 276 metros. Se accede a ellas a través de tres ascensores que conservan el sistema hidráulico original, aunque actualizado. En la última planta se ubicaba el estudio de Eiffel.
Mantenimiento y Evolución Cromática de la Torre Eiffel
Para proteger la torre de la oxidación, está cubierta con varias capas de pintura, como dejó escrito Eiffel, que debían darse cada siete años. Por ello, desde su construcción ha sido pintada 19 veces. Se emplean toneladas de pintura, y para crear el efecto visual de uniformidad, se degrada en tres tonos, de más oscuro a más claro. No siempre ha sido del mismo color, teniendo al principio un tono rojizo. La última vez que se pintó fue en 2022, de un tono más amarillento con motivo de los Juegos Olímpicos que se celebrarán en 2024 en París.
Innovación y Elementos Historicistas
El principal logro estético de Eiffel y de sus colaboradores fue atreverse a convertir la estructura del edificio en la protagonista absoluta de la construcción. La torre es muy innovadora, pero con apuntes historicistas que dialogan con el pasado, como los arcos de medio punto, la aguja gótica o los soportes que pueden relacionarse con los arbotantes góticos, o la misma perspectiva de la torre respecto a la gran explanada de la Exposición y el río Sena. Los únicos elementos no estructurales son los cuatro arcos de celosía de la planta baja, añadidos en los bocetos del arquitecto Sauvestre por motivos estéticos.
Gustave Eiffel: Ingeniero y Empresario
Gustave Eiffel fue un ingeniero que fundó su propia empresa especializada en carpintería metálica, cuya obra más reconocida es la Torre Eiffel. Antes de realizarla, se dedicaba a los negocios y a la construcción de puentes y viaductos como el de Oporto y el de Garabit. También realizó la estructura interna de la Estatua de la Libertad.
Palacio de Westminster: Un Ejemplo del Neogótico Británico
El Palacio de Westminster fue construido entre 1840 y 1864, por tanto, es un edificio historicista neogótico. Fue el primer edificio oficial que se construyó en estilo neogótico en el Reino Unido. Se encuentra situado en la orilla norte del río Támesis. El 16 de octubre de 1834, un nuevo incendio se produjo en el palacio, arrasando con gran parte de la construcción. La reconstrucción se realizó siguiendo los modelos estilísticos de la época, en los que el “Revival gótico” había adquirido fuerza. El gótico se había convertido en el estilo artístico inglés en contraposición con las formas clasicistas que se desarrollaron en Francia. En 1836 comenzó la reconstrucción siguiendo la propuesta de los arquitectos Charles Barry y Augustus Pugin.
Estructura y Diseño del Palacio
En 1847, el edificio se veía prácticamente terminado con la construcción de 1.200 habitaciones, 11 patios y 3,4 kilómetros de pasillo. El edificio contiene cuatro plantas. Lo más destacable del edificio es su gran fachada horizontal, paralela al Támesis, y varias torres que aportan el contrapunto vertical. En la fachada se observan elementos característicos del gótico, como pináculos, arcos apuntados, agujas y cresterías. La planta tiene forma de rectángulo, organizado alrededor de un octógono central (Central Hall) y con dos alas simétricas: la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes. Sólo rompen esta simetría el Big Ben y la Torre de la Reina Victoria.
El palacio consta de varias torres de enorme tamaño: la más grande es la Torre Victoria; la torre central, de planta octogonal, culmina en un pináculo; y, por último, la Torre del Reloj.
Torre de la Reina y Torre del Reloj (Big Ben)
La Torre de la Reina sirve de entrada al palacio y, tras el reinado de Victoria I, recibió el nombre de Torre Victoria. En ella ondea la bandera de Inglaterra cuando el monarca no está presente y la bandera real cuando está. En la base de la torre cuadrada está la entrada del monarca, pues éste la utiliza siempre para los actos ceremoniales.
En la Torre del Reloj, diseñada por Pugin, se aprecia una tendencia neogótica más ornamental con formas de curva y contracurva que remiten a la decoración del estilo flamígero. Esta torre alberga el reloj de cuatro caras más grande del mundo. La torre contiene cinco campanas, la más famosa es la llamada Big Ben, que es la tercera en tamaño. Por esta campana se le otorgó ese nombre. Además, también es conocida como la Torre de Isabel.
Materiales y Estructura Interna
Los materiales utilizados fueron la piedra de Anstone, que estaban sujetas sobre vigas de hierro. Los muros están formados por ladrillo combinado con estructuras de hierro fundido. Los pisos intermedios están compuestos por arcos de ladrillos sobre viguetas de hierro que descansan sobre los muros. Las cubiertas están formadas por cerchas y cabreadas de fundición de hierro sobre techos metálicos. En la simetría central se trazan tres órdenes que se cortan en un Hall Central, donde aparece la torre octogonal, que oficia de distribuidor en la planta baja.
Interior del Palacio: Gran Salón, Cámara de los Lores y Cámara de los Comunes
En el interior encontramos el Gran Salón, superviviente de la estructura original; la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes. La mayoría de las salas tienen una forma alargada y una exquisita y abundante decoración acorde al estilo gótico; pinturas que cubren paredes enteras, detalles decorativos en el techo y paredes, y profusa decoración del mobiliario.
El Pensador de Rodin: Reflexión y Dinamismo en la Escultura
El Pensador fue una escultura realizada por Auguste Rodin, conocido por sus innovadoras técnicas escultóricas y su capacidad para capturar la emoción humana en sus obras. La escultura original formaba parte de un encargo del gobierno francés para la puerta monumental de un Museo de Artes Decorativas de París, conocida como Puerta del Infierno, inspirada en La Divina Comedia de Dante Alighieri, que realizó en 1881-1882 y que nunca se llegó a construir.
Descripción y Composición de la Obra
Podemos observar al Pensador situado encima de una enorme piedra. Es un personaje desnudo, solitario, pasivo, reflexivo y preocupado. Aparece sentado sobre una roca con la cabeza hacia abajo, las piernas ligeramente abiertas, el brazo derecho con el codo sobre la pierna izquierda, la mano semiabierta y la palma hacia abajo, con la barbilla apoyándose sobre ésta. El brazo izquierdo reposa también sobre la pierna izquierda en el poco espacio que le queda.
En cuanto a la composición de la obra, podemos observar al hombre situado encima de la roca con los brazos, las manos y los pies exageradamente grandes en actitud pensante. Se trata de una escultura cerrada en sí misma: la mano izquierda descansa encima de la rodilla izquierda y la mano derecha sostiene la cabeza y el codo derecho también apoyado en la rodilla izquierda. La diagonal de las piernas y el arco que forma la espalda y la cabeza contribuyen a cerrar la imagen reforzando la actitud de meditar. Se puede distinguir también un esquema compositivo en zigzag formado por diagonales: pierna, torso, brazo, hasta llegar a la cabeza que contribuye al dinamismo.
Puntos de Vista, Luz y Expresividad
Esta escultura representa múltiples puntos de vista. El fuerte escorzo incita al espectador a moverse y rodear la imagen. La luz, al incidir sobre la superficie rugosa, crea efectos de luz y sombra que contribuyen a aumentar la expresividad. El dinamismo se ve incrementado porque el Pensador involucra todo su cuerpo en la acción de pensar, sus músculos están tensos, debido al esfuerzo interior. Así, frente a una escultura sedente y una actitud de pensamiento de la que cabría esperar calma, nos encontramos con un dinamismo vital que procede del interior, cercano al movimiento en potencia de Miguel Ángel.
En cuanto a la expresividad del rostro, el propio autor la describió de la siguiente forma: “Lo que hace que mi Pensador piense, es que piensa no sólo con el cerebro, las cejas fruncidas, las aletas de la nariz distendidas y los labios apretados, sino también con cada músculo de los brazos, la espalda y las piernas, con los puños cerrados y los dedos de los pies encogidos”.
Significado y Universalidad
El Pensador representa la capacidad de pensar, la capacidad que tiene el ser humano y lo transmite en cada músculo, cada posición y mirada del personaje. Lo que llama la atención no es solo la técnica, sino también el poder evocar la capacidad de transformar el entorno que lo rodea, transmite una emocionalidad universal.
También cabe destacar que se inspiró en obras clásicas y renacentistas como, por ejemplo, la Tumba de Lorenzo de Médicis de Miguel Ángel o como el Moisés.
Las Vanguardias Artísticas del Siglo XX: Una Revolución en el Arte
El arte del siglo XX experimentó una revolución total, en paralelo a los grandes cambios derivados de la transformación del mundo contemporáneo, los avances científicos y tecnológicos, la evolución del pensamiento y acontecimientos históricos de gran impacto, como la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa de 1917.
Contexto Histórico y Cambios en la Concepción del Arte
Desde principios del siglo XX, el fin de la idea del progreso indefinido y optimismo ilustrado, la crisis del racionalismo, las teorías psicoanalíticas de Freud y descubrimientos científicos como la teoría de la relatividad de Albert Einstein cambiaron la concepción de la naturaleza y del ser humano. Además, los avances tecnológicos se pusieron al servicio de la destrucción de la humanidad en las dos guerras mundiales.
Todos estos cambios fueron reflejados por los artistas en sus obras, en las que proyectaron sus preocupaciones intelectuales, su angustia, la crítica social o el intento de escapar de una realidad desasosegante. Los artistas continuaron su alejamiento de los gustos convencionales y reivindicación de su libertad creadora y lo hicieron cuestionando la tradición y las convenciones artísticas vigentes desde el Renacimiento. La ruptura con la tradición se inició en la primera década del siglo XX y provino principalmente del campo de la pintura, que desde el último tercio del siglo XIX había iniciado, a partir del Impresionismo, su alejamiento de la realidad objetiva.
Características Comunes de las Vanguardias
Las diversas corrientes pictóricas surgidas en la primera mitad del siglo XX se agrupan bajo el calificativo de “vanguardias”, por su carácter rompedor, de avanzadilla en la transformación del arte. Sus principales puntos en común fueron:
- El alejamiento de la representación objetiva de la realidad, puesto que no podían competir con la fotografía y el cine.
- La innovación y la experimentación constante.
- El cuestionamiento de la tradición artística.
- El uso del arte como vehículo de denuncia social o crítica política.
- El artista abandona definitivamente su papel de testigo de su tiempo para convertirse en intérprete de la realidad. Por encima de la copia objetiva de la realidad prevalece la visión subjetiva del artista.
- Corta duración de los estilos: en oposición al desarrollo de los estilos tradicionales, largos, más o menos lineales y “apacibles”, los nuevos movimientos son como estallidos, fragmentos cortos, rápidos, múltiples y simultáneos.
Su corta duración hizo que se superpusiesen en el tiempo y que los artistas pasasen muchas veces de un movimiento a otro.
El Arte en la Sociedad Burguesa y Capitalista
El dominio de la burguesía y el desarrollo del capitalismo marcaron también una transformación del papel de las obras de arte en la sociedad. La mercantilización y la especulación entraron a formar parte del mundo del arte. Los mecenas fueron sustituidos por marchantes y galeristas, encargados de poner a los artistas en contacto con el público. El papel de los críticos de arte pasó a ser decisivo para la valoración de la obra artística y en muchas ocasiones sus apreciaciones contribuyen a poner de moda o revalorizar determinados estilos o artistas.