Modernismo Literario: Características, Influencias y Legado Romántico
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El Modernismo: Un Movimiento Literario Complejo
La Herencia del Romanticismo
El Modernismo no fue otra cosa que una secuela urbana del Romanticismo. Se había cambiado el paisaje natural romántico por la ciudad en ebullición modernista. También es cierto que en el modernista se respira más pesimismo y menos pasión e ingenuidad. Sin embargo, son muchas las cosas que comparten unos y otros:
- Actitud crítica hacia el racionalismo.
- Importancia del individuo, de la intimidad y de la espiritualidad.
- Interés por el instante, por los momentos de revelación que escapan a la razón.
- Tendencia a lo exótico y lo extraño, a todo aquello que supone una representación inusitada de lo real.
En Contra del Realismo
Sería simplificar mucho las cosas decir que el Realismo se limitaba a reproducir de manera fotográfica la realidad. Existe un interés notable por ahondar en la psicología humana en los mejores escritores realistas. Sin embargo, se hizo desde una actitud neutral, objetiva. El Realismo se acercaba a la realidad, especialmente al paisaje novedoso de la ciudad. El Modernismo trata de reflejar también la realidad, pero una realidad en la que está presente el observador y que, por lo tanto, está distorsionada por su punto de vista. Existe un desplazamiento de la tercera persona a la primera persona y, por consiguiente, un mayor interés por el género lírico, los anecdotarios, los libros de viajes y las memorias. Por otra parte, el modernista tiende a evadirse de la realidad, buscando refugio en los objetos de lujo, los ambientes bohemios y los jardines, pequeños oasis en el desierto de la vulgaridad de la vida cotidiana.
Parnasianismo y Simbolismo: Influencias Clave
En la poesía modernista hispánica confluyeron dos grandes tendencias que habían dominado en la poesía europea a finales del siglo XIX: el Parnasianismo y el Simbolismo. Ambas tienen en común el interés por la creación poética alejada de la representación fotográfica de la realidad. Para los poetas parnasianos, la poesía consistía en la creación de formas puras, bellas. El interés recaía en la perfección de la forma. Rechazaban el exceso de protagonismo del sujeto poético del Romanticismo y apostaban por la exaltación de lo bello, para lo cual recurrían a los paisajes exóticos y a la imagen idealizada del mundo clásico. El Simbolismo le otorgaba toda la importancia a la interpretación subjetiva de la realidad. El poeta era un prisma que iluminaba el mundo sensible, otorgándole a los objetos una belleza que nacía de su visión íntima y personal. La tarea principal del poeta simbolista es hallar la relación secreta entre los objetos percibidos y su mundo interior.
Decadentismo: La Rebelión Estética
El Decadentismo es otra de las corrientes que conformaron el complejo movimiento modernista. Esta tendencia partía de una actitud rebelde ante la moral burguesa y las normas estrictas de conducta. Baudelaire y Rimbaud son dos de los máximos representantes de esta tendencia que exaltaba el placer de los sentidos como acceso a un tipo de verdad de signo irracional. A través de una conducta amoral y la representación de momentos de extraordinaria intensidad sensorial, el artista trata de explorar el lado oscuro del inconsciente.
El pesimismo está íntimamente asociado a la corriente decadentista que se refugiaba en ambientes exquisitos y lujosos para liberarse de la vulgaridad de las costumbres de la mayoría. Individuo decadente: héroe que se sentía superior a los demás, pero que vivía condenado, víctima de la ociosidad, la apatía y los placeres pasajeros derivados del erotismo y la embriaguez.
La Búsqueda de la Belleza Inefable
Huyendo del tumulto, tratando de alejarse de la vulgaridad de un mundo obsesionado con el progreso y la riqueza, el poeta modernista busca refugio en jardines al atardecer, amaneceres de matices incomprensibles tras una noche de embriaguez, movimientos de luz que despiertan en su alma la idea de belleza. Sin embargo, estos momentos son fugitivos y difíciles de comprender. Su alma se siente conmovida por un episodio fugaz, por una ráfaga de viento que parece transportarle por un momento a un mundo elevado e intuido, pero que desaparece dejando tras de sí un rastro de melancolía. Del mismo modo que la belleza se escapa y no puede entenderse de manera racional, el poema se convierte también en un intento fugitivo por expresar el momento de revelación. El poeta modernista se siente frustrado por no poder expresar con palabras toda la belleza que ha percibido y sentido.
Lo Exótico: Evasión y Subversión
La rebeldía modernista frente a la vulgaridad de la vida en la ciudad industrializada también provocó una corriente de interés por lo exótico. El interés por países lejanos y culturas poco conocidas puede interpretarse como un intento de evasión, pero tenía también algo de subversivo. La reivindicación de otros modos de vida, de otras culturas, muchas veces idealizadas, suponía una crítica directa al equilibrio materialista y aséptico que la burguesía trataba de mantener. Lo exótico era, por lo tanto, un modo de reivindicar lo diferente, de proponer una alternativa a la burda existencia cotidiana.
Por otra parte, lo exótico, en la medida en que se aleja de aquello a lo que estaban acostumbrados, llamaba la atención de los modernistas y despertaba en su sensibilidad una inclinación hacia lo misterioso, hacia una belleza que les fascinaba, precisamente, por lo que no podían comprender.