Mitos Griegos: Origen del Universo, la Humanidad y los Dioses
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La Caja de Pandora
Los mortales e inmortales se separaron. Mediante un engaño, Prometeo logró que cuando los hombres hicieran sacrificios a los dioses, se quedaran con los huesos y los inmortales pudieran disfrutar de la carne y los órganos. Zeus, en venganza, le quitó el fuego a los hombres. Prometeo se las arregló para devolvérselo.
Zeus se puso furioso y ordenó a Hefesto que creara una hermosa princesa y le diera vida. Finalmente, para darle un toque de "belleza maligna", le dieron el poder de seducir, mentir y crear caos. Se le llamó Pandora, conocida como la primera mujer, que traía consigo el mal. Prometeo había advertido a Pandora que no recibiera ningún regalo de Zeus; sin embargo, ella hizo caso omiso de la advertencia. Recibió la Caja de Pandora, que contenía dentro todos los males, liberados cuando ella la abrió. La jarra se cerró momentos antes de que la esperanza pudiera salir. De aquí se atribuye la existencia de todos los males del hombre.
El Mito de Perséfone
Perséfone es hija de Zeus y Deméter (hija de Cronos y Rea, hermana de Zeus y diosa de la fertilidad y el trigo). Su tío Hades (hermano de Zeus y dios del Inframundo), se enamoró de ella y un día la raptó. La joven estaba con sus amigas, las ninfas y sus hermanas de padre, Atenea y Artemisa, y en el momento que fue a coger una flor, la tierra se abrió y por la grieta Hades la tomó y se la llevó. Perséfone se convirtió en la diosa del Inframundo. Al tiempo, Zeus se arrepintió y ordenó a Hades que devolviera a Perséfone, pero esto ya no era posible, pues la muchacha había comido un grano de granada mientras estuvo en el Inframundo. El problema era que un bocado de cualquier producto del Tártaro implicaba quedar encadenado a él para siempre. Zeus propuso que Perséfone pasara parte del año en los confines de la Tierra, junto a Hades, y la otra parte sobre la tierra con su madre.
La Creación del Universo
Al principio, lo único que existía era el Caos. El Caos era un lugar vacío, era el espacio, la nada. El Caos era como "un estado de confusión", según los estoicos; el lugar dispuesto para la creación del todo. El Caos dio origen a la Noche y a las Tinieblas, quienes a su vez dieron origen a Éter (aire claro) y Hemera (día). Después del Caos surgieron Gea, Tártaro y Eros. Gea es mejor conocida como la Tierra, Tártaro es el infierno y Eros fue el hijo de estos dos, un dios comúnmente asociado con el deseo carnal. En la lectura no se explica cómo aparecieron Gea, Tártaro y Eros. Sin embargo, en el libro “Mitología Griega” de Ángel Ma. Garibay de editorial Porrúa se describe a Gea y a Tártaro como hijos del Caos. Gea "está relacionada con el aspecto femenino del Cosmos y, consiguientemente, con la fecundidad de la Tierra". De la Tierra se originan el Cielo (Urano), las montañas y el Mar (Ponto). Gea se une con Urano dando origen a los Titanes. Esto es simbólico porque los titanes eran seres gigantescos que literalmente podían tocar el cielo. Los titanes simbolizan la unión del cielo y de la tierra. De los titanes que destacan en la mitología griega se pueden mencionar a Océano, Hiperión, Tetis, Rea y Cronos, siendo este último el más importante.
Urano no deseaba que sus hijos salieran de la tierra, así que "Urano, a medida que sus hijos iban naciendo, los encerraba en el seno de Gea". La Tierra se hartó de tal situación, así que planeó una forma para mantener a Urano en paz. Cronos, el titán más pequeño, aceptó ayudar a Gea y emboscaron a Urano. Cronos castró a Urano. Al hacer esto, los titanes se convierten en los nuevos dioses, siendo Cronos su rey. A partir de esto, se crea el universo. Cuando Cronos castró a Urano, el espacio que existía entre el cielo y la tierra (el Caos) quedó abierto para siempre, permitiendo así la creación de otros planetas y otras formas de vida.
Leto
Leto es la madre de Apolo y Artemisa (de Zeus). Ella es de la primera generación divina, hija de Ceo y Febe, ambos titanes.
Cuando Leto quedó embarazada, Hera (esposa de Zeus) sintió celos de ella y, para castigarla, prohibió que Leto pudiera dar a luz en cualquier parte de la Tierra. Como consecuencia, Leto andaba errante, buscando un lugar que estuviera fuera de la cólera de Hera para tener a sus hijos. Apolo, dios del sol y de la luz, y Artemisa, la diosa virgen de la cacería, nacieron en esta isla perdida, y por eso cambió su nombre a Delos, la brillante, y además fue recompensada por los dioses, quienes le otorgaron cuatro columnas bajo ella para que siempre estuviera firme.
La maldición de Hera fue que Leto no podía parir en ningún lugar donde llegaran los rayos del sol. Ante esto, Zeus ordenó a Bóreas que llevara a Leto ante Poseidón (dios del mar), quien fabricó una bóveda con las olas del mar por encima de la isla, y así, al resguardo del Astro Rey, Leto pudo tener a sus hijos. Leto tuvo que sufrir los dolores de parto durante nueve días y nueve noches, ya que si bien todas las diosas llegaron para asistirla, Hera e Ilitía, quien era la diosa de los alumbramientos, se habían quedado en el Olimpo. Al cabo de los nueve días, todas las divinidades llamaron a Ilitía, con la condición de que si iba le regalaban un collar de oro y ámbar de nueve codos de longitud. Ante esto, Ilitía no se negó y los divinos niños nacieron. Pero la ira de Hera era inagotable e incanzable, por lo que Leto se vio obligada a huir a la tierra de los Hiperbóreos, su residencia más común, transformada en loba. Es debido a esto que Apolo recibía el epíteto de Licógenes, que quiere decir "hijo de lobo".