La Metafísica de Nietzsche: Crítica a la Tradición y el Concepto de Devenir
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Metafísica que critica
La metafísica tradicional se asienta en un error básico: la creencia en la antítesis de los valores. La ontología tradicional es estática; ese ser no se deja ver tal como es en realidad en este mundo, se dedica, Michelle, a buscar, por encima del movimiento del mundo, que es para él causa de error. En realidad, no hay un mundo aparente y otro verdadero, sino el devenir constante del ser creando y destruyendo el único mundo existente. La ontología está estrechamente relacionada con la moralidad; por ello, Nietzsche emparentó la división del mundo real y aparente con la moral contranatural.
Tesis sobre la falsa concepción tradicional del ser:
- La tradición metafísica occidental toma como verdadera la reflexión de la razón sin darse cuenta de que no está fundamentada en la lógica. Necesitamos las categorías de la razón porque podemos vivir con cierto “reposo, seguridad y calma”.
- El llamado mundo verdadero se construye en oposición al mundo aparente de los sentidos, siempre cambiante.
- El problema de fondo no es otro que el mismo. Inventar otro mundo no tiene sentido si no se pretende que sea mejor que este que pisamos.
- La necesidad de racionalizar lo imposible es lo que nos obliga a inventar ficciones lógicas. Las categorías con las que tratamos de conocer el ser son ficciones convencionales con fines de designación. Esta necesidad nos obliga a buscar el mecanismo adecuado para conseguir la afirmación humana frente al mundo.
Según Nietzsche, la propia ontología platónica ha puesto los medios adecuados para que el espíritu acaricie la idea de un orden moral sobrenatural. Para Nietzsche, el metafísico platónico y el sacerdote cristiano tienen el mismo pathos dentro del pensamiento occidental.
Metafísica que propone
Múltiple es la realidad y el ser humano. El ser se nos muestra en un abanico de aspectos. Esta multiplicidad se convierte en “apariencia”. El ser “es devenir” porque siempre se está haciendo. La concepción del ser como devenir apunta a este doble sentido: al ser como movimiento permanente y al ser como resultado de un proceso eterno.
Se enfrentan dos tipos de argumentos: por un lado, los de la metafísica dogmática (razón que pretendía fundamentar en una determinada metafísica, hacia el llamado “mundo aparente”), y por otro, los de Nietzsche, que son “irracionales”.
Estas perspectivas coinciden históricamente con las necesidades del hombre, y el propio hecho de considerar el ser como devenir hace absurda la pretensión de recortar arbitrariamente estas múltiples necesidades.