Mercados Competitivos y No Competitivos: Características y Ejemplos
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1. Mercados Competitivos o de Competencia Perfecta
Los mercados competitivos, o de competencia perfecta, son aquellos en donde las empresas no tienen capacidad para influir en los precios. De esta manera, van a tener que poner un precio parecido al de la competencia. El ejemplo de las panaderías dentro de una ciudad nos vale como mercado competitivo. Si una panadería intentara cobrar el pan al doble de precio que la competencia, con toda seguridad perdería casi todos sus clientes, ya que los consumidores pueden encontrar otras alternativas igual de buenas a un precio menor.
Por tanto, los mercados competitivos tienen las siguientes características:
- Hay muchos vendedores, lo que asegura que, si una empresa subiera el precio, los consumidores tendrían otras muchas opciones donde elegir.
- Los productos son homogéneos (muy parecidos). Si una empresa sube el precio, los consumidores no querrán pagar más, porque pueden comprar lo mismo a otro vendedor.
- Hay libertad de entrada a nuevas empresas. De esta manera, si surge escasez de un producto, nuevos competidores entrarán en el mercado, asegurando así más alternativas.
- Hay información perfecta. Si alguien sube el precio, los consumidores serán conscientes de que hay otras opciones más baratas.
2. Mercados No Competitivos o de Competencia Imperfecta
Los mercados no competitivos, o de competencia imperfecta, son aquellos en los que las empresas tienen cierta capacidad para influir en el precio. Por ejemplo, si Coca-Cola sube sus precios, perderá algunos clientes, pero muchos seguirán comprando. Lo mismo ocurre con Apple si sube el precio del iPhone, o Sony el de la PlayStation. En los últimos años, todos estos productos han subido de precio y, sin embargo, muchos clientes han seguido comprando.
Obviamente, en los mercados no competitivos no se cumple alguna de las características anteriores (si se cumpliera, sería un mercado competitivo). Pero sí que puede existir una combinación de las mismas, es decir, puede que se cumplan algunas características anteriores y otras no.
En función de las características anteriores (número de vendedores, diferenciación de los bienes, existencia de barreras de entrada y existencia de información) distinguimos 3 tipos de mercados no competitivos: monopolio, oligopolio y competencia monopolística:
A) El Monopolio
El monopolio es el caso extremo en el que hay un único vendedor para todo el mercado. Esto se debe a barreras de entrada que impiden que haya otros competidores:
- Control de un factor productivo al que nadie más tiene acceso.
- Patentes que dan derecho a producir un producto en exclusiva.
- Monopolio natural, que hace que sea más rentable que solo haya una empresa.
- Superioridad tecnológica, que hace que las demás empresas no puedan competir.
Por ejemplo, en España hasta 2021 solo había una empresa de trenes (RENFE), y todavía es la única opción para la mayoría de trayectos. Es decir, en la mayoría de los casos, si quieres viajar en tren, solo hay una empresa.
El resultado del monopolio es que, al no haber competidores, la empresa puede subir el precio, ya que los consumidores no tienen otra opción.
Es interesante ver que el monopolio se puede dar en situaciones muy concretas. Por ejemplo, si vamos al cine y queremos palomitas recién hechas, la única opción es comprarlas allí mismo. Lo mismo ocurre con el agua en los aeropuertos, ya que, al no poder pasarla por los controles, si tenemos sed nos vemos obligados a comprarla allí mismo. Los vendedores de palomitas de los cines y de agua de los aeropuertos aprovechan su situación de monopolio (no hay otra opción) y suben sus precios de manera considerable.
B) El Oligopolio
El oligopolio sucede cuando hay unas pocas empresas que dominan la mayoría del mercado. Por ejemplo, hay pocas opciones para elegir una videoconsola o un refresco de cola. El efecto suele ser el mismo que el del monopolio. Las empresas aprovechan la falta de alternativas de los clientes y suben el precio (como pasa con la PlayStation).
Normalmente, las razones por las que hay pocos vendedores (como en el oligopolio) es que hay barreras que impiden la entrada. Alguna de estas barreras puede ser:
- La necesidad de hacer una gran inversión para iniciar el negocio, algo que no muchas empresas se pueden permitir (hay que invertir mucho dinero para desarrollar una videoconsola de calidad).
- Restricciones legales que impiden a nuevas empresas entrar en el mercado. Por ejemplo, se necesita una licencia para montar una farmacia o gasolinera en España.
- Ventajas en costes. Si una empresa produce más barato que las demás, será complicado que otras empresas puedan entrar a competir (como los supermercados).
C) La Competencia Monopolística
La competencia monopolística ocurre cuando tenemos muchos vendedores que ofrecen un producto diferenciado. Por ejemplo, en el mercado de los perfumes o la comida rápida tenemos muchas opciones, pero claramente podemos diferenciar los productos de unas empresas de los de otras. En estos mercados, las empresas se esfuerzan mucho porque los consumidores perciban sus productos como diferentes y mejores a los demás.
Las empresas que logran tener un producto que los clientes vean como más diferente, tendrán capacidad para influir sobre el precio (y fijarlo más alto); mientras que, si no es así, se tendrán que conformar con fijar un precio más bajo y parecido al de la competencia.