Mecanismos de Defensa, Estrés y Ansiedad: Identificación y Estrategias de Manejo

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Mecanismos de Defensa (MDD)

Los mecanismos de defensa son estrategias psicológicas inconscientes utilizadas para proteger a una persona de la ansiedad derivada de pensamientos o sentimientos inaceptables.

Tipos de Mecanismos de Defensa

  • Negación: El individuo no admite una situación que ha tenido lugar. Ejemplo: Cuando un paciente pide una segunda opinión médica tras un diagnóstico grave.
  • Represión: Se elimina de la conciencia una situación o imagen que genera ansiedad. Ejemplo: Una persona que casi se ahoga de pequeña no lo recuerda conscientemente, pero le teme al agua.
  • Aislamiento: Se separan las emociones o sentimientos de la carga afectiva de la situación amenazante. Ejemplo: Un profesional médico que realiza un procedimiento doloroso (como una prueba parenteral) manteniendo distancia emocional.
  • Desplazamiento: Se dirige la ansiedad hacia un objeto o persona diferente del origen real. Ejemplo: Alguien que tiene un mal día en el trabajo y descarga su enfado en casa con su familia.
  • Agresión contra uno mismo: La persona dirige la hostilidad o culpa hacia sí misma.
  • Proyección: Se esconden impulsos o sensaciones amenazantes propias atribuyéndolas a personas u objetos del entorno. Ejemplo: Dos hermanos que se culpan mutuamente por algo que ambos hicieron mal.
  • Formación reactiva: Se expresa lo contrario de lo que realmente se piensa o siente. Ejemplo: Una persona con impulsos homosexuales que actúa de manera exageradamente homófoba.
  • Identificación: Se adoptan características o comportamientos de otras personas. Ejemplo: Una persona que imita el comportamiento o estilo de un famoso que admira.
  • Regresión: Se retorna a comportamientos infantiles ante situaciones de estrés. Ejemplo: Niños que vuelven a hacerse pis en la cama durante la primera semana de colegio.
  • Racionalización: Se distorsionan los hechos o se buscan explicaciones lógicas (aunque falsas) para que las situaciones sean menos amenazantes. Ejemplo: Si algo sale mal, se inventan excusas para justificar el fracaso en lugar de aceptar la responsabilidad.

Estrés

El estrés se inicia ante un conjunto de demandas ambientales que percibimos como superiores a nuestra capacidad para afrontarlas.

Fases de Adaptación al Estrés

Para adaptarse al estrés, el organismo pasa por tres fases:

  1. Fase de alarma: Se activan las respuestas fisiológicas inmediatas. Síntomas comunes incluyen aceleración del ritmo cardíaco, alta tensión arterial y variaciones de la temperatura corporal.
  2. Fase de adaptación (o resistencia): Si el estresor persiste, el organismo intenta adaptarse. Los síntomas iniciales pueden desaparecer temporalmente mientras el cuerpo moviliza recursos para resistir.
  3. Fase de agotamiento: Si el estrés continúa por mucho tiempo, las defensas del organismo disminuyen, los recursos se agotan y se puede volver a un estado similar a la fase de alarma, con mayor vulnerabilidad a enfermedades.

Ansiedad

La ansiedad es una respuesta emocional ante una amenaza percibida (real o imaginaria). Para reducirla, a menudo se recurre a los mecanismos de defensa mencionados anteriormente.

Áreas Afectadas (AE)

El estrés y la ansiedad pueden impactar diversas áreas de la vida:

  • Familiar
  • Laboral
  • Social
  • Personal

El Estrés como Enfermedad

Si el estrés se mantiene durante mucho tiempo (estrés crónico), puede llegar a ser patológico y contribuir al desarrollo de diversas enfermedades.

Experiencias Positivas Derivadas del Afrontamiento

Aunque el estrés puede ser perjudicial, afrontar situaciones difíciles también puede llevar a experiencias positivas:

  • Madurez personal: Superar la adversidad puede ser una experiencia enriquecedora que fomenta el crecimiento personal.
  • Replantearse el sentido de la vida: Puede llevar a dar importancia a aspectos vitales que antes se pasaban por alto.
  • Aumento del sentimiento de autoestima: Superar desafíos puede reforzar una valoración optimista de la capacidad personal.

Aspectos Psicológicos del Tratamiento

Existen enfoques psicológicos para manejar el estrés y la ansiedad:

  • Técnicas corporales: Incluyen la relajación, meditación (como el Zen) y yoga. Estas prácticas ayudan a la persona a conectar con sus propias reacciones corporales y a regularlas.
  • Técnicas cognitivas: Se centran en modificar patrones de pensamiento negativos o distorsionados, reemplazándolos por otros más positivos y adaptativos.

Tratamiento Médico

El manejo médico puede incluir:

  • Medidas higiénico-dietéticas:
    • Dormir suficientes horas (generalmente 7-8 horas diarias).
    • Mantener una dieta equilibrada.
    • Realizar ejercicio físico regularmente.
  • Tratamiento farmacológico: Bajo prescripción médica, se pueden utilizar:
    • Sedantes e hipnóticos: Principalmente ansiolíticos para reducir la ansiedad.
    • Antidepresivos: Útiles no solo para la depresión, sino también para muchos trastornos de ansiedad.

Tratamiento Específico de la Ansiedad

El tratamiento varía según el tipo de trastorno:

  • Trastorno de pánico: Suele tratarse con ansiolíticos y/o antidepresivos durante un periodo de 6 a 12 meses, a menudo combinado con terapia psicológica.
  • Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): Generalmente requiere tratamiento especializado por un psiquiatra y/o psicólogo, combinando fármacos (ISRS) y terapia cognitivo-conductual.
  • Fobia:
    • Si es una fobia específica y limita poco la vida diaria, puede manejarse en atención primaria o con terapia breve.
    • Si es una fobia social o agorafobia, o una fobia específica muy incapacitante, suele requerir tratamiento por un especialista (psicólogo o psiquiatra).

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