Manuales de Estilo en Medios Españoles: Corrección y Normas
Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Francés
Escrito el en español con un tamaño de 4,79 KB
Manuales de Estilo en Medios Españoles
Libros de estilo:
- Fijar los rasgos identitarios del medio.
- Unificar criterios y métodos de trabajo.
- Imprimir una mayor corrección idiomática.
- Solucionar problemas lingüísticos aún no resueltos por las instituciones académicas, uniformando el uso.
- Favorecer la unidad y la defensa del idioma.
Principales Libros de Estilo en Lengua Española
El primer libro de estilo publicado en España fue el Manual de Estilo de la Agencia EFE, que después se llamó Manual de Español Urgente (MEU). Es el más difundido y se centra únicamente en cubrir aspectos ortográficos, gramaticales y léxicos.
Al MEU le siguió el libro de estilo de El País (1977), también reeditado en numerosas ocasiones. Entre los años 80 y 90 comenzaron a proliferar este tipo de manuales en nuestro país. Se publicaron el de Radio Nacional de España, Manual de Estilo de RNE, Libro de Redacción de La Vanguardia, Libro de Estilo de Canal Sur, Libro de Estilo de La Voz de Galicia, Libro de Estilo de ABC, Manual de Estilo de TVE, Libro de Estilo de Telemadrid, El Mundo, etc.
Durante la primera década de los 2000, la preocupación por las cuestiones estilísticas en España continuó: Libro de Estilo de Vocento, de El Periódico de Catalunya, de la Cadena COPE, de Servimedia o el reciente manual de estilo de la corporación de RTVE. Todos los medios de nuestro país poseen un manual o unas normas de redacción capaces de orientar al periodista en el desempeño de su labor informativa. Resultan similares en cuanto a estructura y contenido. Algunas diferencias se vislumbran en la declaración de intenciones que se efectúan en los prólogos. Se orientan hacia la optimización de la calidad de sus productos informativos y hacia las dudas de los profesionales.
Hay libros de estilo que se encuentran más centrados en cuestiones de índole lingüística (ABC), mientras que otros hacen más hincapié en los aspectos profesionales (La Voz de Galicia). Si el manual de estilo pertenece a una televisión o radio, tienen que ver con las características técnicas del canal; resulta necesario que se efectúen especificaciones con el lenguaje hablado y la prosodia (pronunciación, lectura...). Es frecuente que incluyan epígrafes.
A través del micrófono se ganan los matices de expresión del sonido y testimonios a través de la voz, es decir, el tono comunicativo. La voz, la música, los efectos y el silencio son elementos sonoros que determinan la capacidad expresiva. El libro de estilo cuya lengua es el español, pero en una comunidad autónoma donde el idioma coexiste con otras lenguas, suele contener explicaciones en torno a la normativa y el uso de otras lenguas distintas al español en la publicación (Galicia).
Problemas que Generan los Libros de Estilo
Han sido elogiados por su incuestionable valor y su indudable utilidad práctica, pero también han sido objeto de reproches en el marco de la reflexión periodística. Algunas voces críticas se han levantado en su contra. Sánchez Arnosi arroja algo de luz sobre las insuficiencias que presentan este tipo de manuales en el terreno lingüístico. Otros expertos han apuntado hacia el peligro de alineación que corren los periodistas, porque las normas del medio al que pertenecen pueden suponer la anulación total o parcial de su libertad creativa.
El sometimiento al control de los empleadores puede acarrear serios problemas para la profesión, pues amenaza los principios reguladores del periodismo y hace que se tambaleen los principales pilares sobre los que se asienta: la libertad de expresión y el derecho a la información. El motivo esencial que impulsa a adoptar esta postura contraria a los libros de estilo es que no logran cumplir con la finalidad para la que inicialmente fueron concebidos, porque se centran en exceso en la reproducción de normas gramaticales, ignorando las normas orientadas a la mejora en las prácticas. Martínez Albertos es optimista con respecto a los efectos positivos y desea que se conviertan en un verdadero compromiso social que vincule a propietarios y trabajadores. Que exista un canal de comunicación continua entre los periodistas y los editores de estilo, que respeten el modelo lingüístico del medio y que resulten de fácil aplicación.
Las opiniones críticas se ven reforzadas por la falta de actualización y la no verificación del cumplimiento de sus normas. Muchos de los medios no han publicado nuevas ediciones de sus manuales. El resultado es que muchos han quedado obsoletos y se tornan ineficaces o de poca utilidad.