Luces de Bohemia: crítica y parodia en el esperpento
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Luces de Bohemia apareció publicada por entregas en la revista España en (1920), aunque la obra no se completará hasta el año (1924) cuando Valle edite un volumen en el que se realizaron numerosos cambios, sobre todo en los aspectos de denuncia social y política. En esta obra no se aproxima a la vida bohemia, la Bohemia es una forma de entender el arte y la vida, fue una época heroica en la que se confiaba en el arte y en el mundo de la belleza, ese es el mundo de Max, pero en este mundo en (1920) ya no tiene sentido. Desde el punto de vista literario, Valle-Inclán es una mezcla de modernismo, vanguardismo y despreocupación noventayochista. El esperpento convive con muchas fórmulas de hacer teatro: la comedia burguesa, el drama poético, el teatro cómico o las producciones del 98. En la comedia burguesa se destaca Jacinto Benavente, cuyas obras más conocidas son Los intereses creados en (1907) o La malquerida en (1913), que introducen nuevos decorados en sus obras. Por otra parte, se destaca el teatro escrito en verso, una mezcla de romanticismo y modernismo, que trata de una fórmula conservadora donde se cantan glorias y pérdidas de la España imperial. Sus autores más aplaudidos fueron Eduardo Marquina con En Flandes se ha puesto el sol (1910) y Francisco Villaespesa con El Alcázar de las perlas (1911). En tercer lugar, un teatro cómico pensado para entretener al público mediante un humor facilón y burlesco, con autores como Carlos Arniches (La señorita de Trevélez de 1916), los hermanos Quintero (Las de Caín 1908) y Pedro Muñoz Seca (La venganza de don Mendo 1918). Finalmente, la renovación teatral de los autores del 98 y del 27 (Unamuno, Azorín, García Lorca) con un teatro no siempre apoyado por el público, la obra de Valle-Inclán se insertaría dentro de esta corriente pero el autor la supera con originalidad.
Características del esperpento y su reflejo en Luces de Bohemia:
Luces de Bohemia, publicada en (1920), fue la primera obra que el autor califica como esperpento. Un esperpento es un género creado por Valle-Inclán que consiste en la distorsión de nuestro entorno para poder expresar lo trágico, grotesco y absurdo de la vida. Se aprecian los cuadros de Goya o el Bosco, en algunos poemas de Quevedo o en el cine expresionista alemán de los años 20. Valle-Inclán emplea la ridiculización de la realidad; Luces de Bohemia es un ejemplo paradigmático de una antitragedia, donde los personajes enfrentan un destino trágico. En este esperpento tenemos un nivel colectivo, que es la situación social de España, y un nivel individual, la muerte de Max. La muerte de Max es grotesca; sin embargo, no es la última escena de la obra, sino las palabras de un borracho. La estética del esperpento se alcanza por la degradación de los personajes, manifestada a través de tres recursos estilísticos: la animalización, la cosificación y la literaturización. La literaturización se utiliza como un recurso de deformación. En la obra de Valle-Inclán encontramos referencias a la Divina Comedia, citas directas de Shakespeare, Rubén Darío o Calderón de la Barca, y reminiscencias de Lazarillo de Tormes y El Quijote. Otro recurso es la variedad de registros empleados en los diálogos, no solo para caracterizar personajes, sino también para parodiarlos o calificarlos. Por un lado, el lenguaje es cursi, propio de los modernistas, y por otro lado, la jerga vulgar de las bajas clases sociales. Existe el empleo de contraste o paradoja, que se aprecia en la combinación de cultismos y gitanismos, perceptibles en el título. Valle juega con la luz, con el brillo de una época modernista, y por otro lado, la Bohemia transcurre por un Madrid nocturno alumbrado artificialmente, lo que representa una intención de claroscuro. El esperpento se caracteriza por fusionar novela y teatro, esta indefinición de géneros se hace patente en la función de las acotaciones, que tienen un valor literario. Finalmente, se acumulan hechos y referencias históricas en un confuso anacronismo, lo cual nos impide situar la acción de esta pieza teatral en un tiempo histórico concreto. La alusión a las últimas colonias españolas (1989), la mención a la semana trágica de Barcelona (1909), los comentarios sobre la revolución rusa (1917), la coexistencia de modernistas y ultraístas o el hecho de que Rubén Darío, que muere (1916), sobreviva a Benito Pérez Galdós, que falleció en (1920), serían sucesos temporalmente anacrónicos. En conclusión, mediante la técnica del esperpento, Valle-Inclán muestra la realidad para censurar y parodiar la situación nacional, nos hallamos en la crítica de la generación del 98.