Logoterapia: Descubriendo el Sentido de la Existencia
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Análisis Existencial y Logoterapia
Visión del Hombre y Conceptos Centrales:
Autotrascendencia, autodistanciamiento, causas y razones, libertad y responsabilidad, sufrimiento, culpa, muerte.
Definición:
El análisis existencial se define como una psicoterapia fenomenológica centrada en la persona, cuyo objetivo es orientar hacia la toma de decisiones auténticas y a elegir una forma de tratar con la vida y el mundo de manera responsable.
"La terapia existencial no es un sistema terapéutico con todo incluido; es un marco de referencia, un paradigma en el cual uno contempla y comprende el sufrimiento del paciente de una manera particular."
"El terapeuta existencial comienza con presupuestos sobre las fuentes de angustia del paciente y contempla al paciente en términos humanos más bien que conductuales o mecanicistas. Puede emplear cualquiera entre gran variedad de técnicas utilizadas en otros enfoques hasta donde aquellos se compaginen con los presupuestos existenciales básicos y un encuentro humano, auténtico, entre terapeuta y paciente." (May y Yalom)
Descripción:
El proceso terapéutico se realiza a través de un análisis fenomenológico de las emociones como el centro de las experiencias. El trabajo biográfico, así como la escucha empática del terapeuta, contribuyen a aumentar el acceso a la conciencia y a la comprensión de las emociones.
Aplicabilidad:
El análisis existencial se puede aplicar en trastornos psicosociales, psicosomáticos y psicológicos en general, tanto experienciales como conductuales.
Medios de Acción Terapéutica:
- Diálogo Socrático: Principal instrumento en la búsqueda del sentido.
- Intención Paradójica: Es lo opuesto a los métodos de persuasión. Aplicable a miedos y fobias.
- Derreflexión: Es la búsqueda y el uso de una conducta equilibradora.
1. Diálogo Socrático:
El diálogo socrático es una técnica dirigida al autodescubrimiento, basada en el método inductivo de enseñanza practicado por Sócrates, en el cual el maestro clarifica pensamientos y conceptos usados por el oyente y los redefine en su significado acertado. Su objetivo principal es ayudar al paciente a encontrar y discernir los significados de su experiencia, abriendo la oportunidad de reevaluar la situación presente y cultivar nuevas actitudes.
2. Intención Paradójica:
Esta técnica pretende que el paciente no elimine sus miedos, sino que se sobreponga a ellos exagerándolos. En este sentido, es lo contrario de las técnicas de persuasión.
Es un procedimiento que hace uso de la capacidad específicamente humana del autodistanciamiento. Consiste en invitar al paciente a intentar hacer, aunque solo sea por un momento, aquello que tanto teme. Es decir, a dejar de luchar por conseguir un determinado objetivo.
Ha sido satisfactoriamente usada en neurosis obsesivo-compulsivas y en multitud de otros problemas vitales que causan angustia y dolor, limitando la libertad personal.
3. Derreflexión:
El autodistanciamiento es la capacidad únicamente humana de alejarse de las situaciones externas y de sí mismo, mediante pensamientos, fantasías y recuerdos. El hombre no solo se distancia, sino que también puede adoptar una postura ante esas condiciones y situaciones. Es decir, puede elegir. Sin embargo, esta capacidad de autodistanciamiento puede hipertrofiarse, llegando a estar permanentemente autoobservándonos o autoevaluándonos. Esta exageración del autodistanciamiento es lo que Frankl ha llamado "hiperreflexión". El esfuerzo por ser feliz o por tener éxito produce paradójicamente el resultado opuesto.
Así comienza un círculo compuesto por los siguientes elementos: un propósito por el que se lucha y se esfuerza a tal extremo que podríamos hablar de hiperintención. Con mucha frecuencia, esta hiperintención va acompañada por mucho autoexamen, autoobservación y contemplación del propio self, lo que Frankl ha denominado hiperreflexión. Cuando a esto se suma ansiedad anticipatoria, se forma una base patológica como un círculo vicioso que aumenta la perturbación.
Para contrarrestar lo anterior y romper el círculo vicioso, deben ponerse en marcha fuerzas centrífugas, en el sentido de no hiperintentar (para lograr placer, éxito, control), sino darse a otro. No hiperreflexionar, sino olvidarse de sí mismo.
La derreflexión, por lo tanto, tiende a generar una actitud equilibradora respecto a la relación de la persona consigo misma y con el mundo. Al poner la atención fuera de sí misma, de sus deseos, problemas o síntomas, estos, si no se resuelven, se disuelven.