Liderazgo y Estilos de Dirección: Claves para un Equipo Exitoso
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El Liderazgo: Concepto y Cualidades
Podemos definir el liderazgo como la capacidad que poseen ciertos individuos para influir sobre los demás con el fin de que realicen voluntariamente determinadas acciones. Liderar es hacer que los demás hagan. El papel del líder es motivar a los individuos para que se unan al grupo, para que se identifiquen con unos objetivos y para que trabajen en equipo para conseguirlos.
Cualidades de un Líder
Las cualidades básicas que debe tener un líder son:
- Entusiasmo: tomar la iniciativa, disfrutar con su trabajo, creer en lo que hace y comprometerse.
- Madurez: equilibrio entre la autoconfianza y el respeto a los demás, y por tanto, buscar el equilibrio entre los intereses de los demás y los suyos.
- Integridad: mantener los compromisos, tratar a todos sus subordinados por igual, evitar la comunicación desleal, etc.
Capacidades de un Líder
Entre las capacidades, destacan dos:
- Capacidad de comunicación: saber escuchar y comprender; y saber exponer sus ideas.
- Capacidad de cooperación: ser capaz de generar relaciones de alta confianza.
Estilos de Dirección
A la vista de las cualidades y capacidades necesarias, el líder perfecto no existe. En función de estas capacidades y cualidades van a existir distintos estilos de dirección. Vamos a destacar tres:
- Estilo Autoritario: Sin consultar con sus subordinados el directivo decide y ordena. Los empleados se limitan a obedecer. El grado de autoridad es muy elevado.
- Estilo Participativo: Los subordinados participan de forma cooperativa en las decisiones. El directivo mantiene un equilibrio entre autoridad y la libertad de sus empleados.
- Estilo Permisivo: Los empleados realizan libremente su trabajo, tomando sus propias decisiones, dentro de unos límites definidos por el directivo, El grado de autoridad es bajo.
Es característico de un liderazgo efectivo, el esfuerzo por adaptar el estilo de mando a la situación concreta de la empresa o a las circunstancias específicas de un departamento.
Teorías sobre los Estilos de Liderazgo
Han surgido numerosas teorías acerca de los estilos de liderazgo, siendo las siguientes, dos de las que más repercusión han tenido:
La Teoría X y la Teoría Y de Douglas McGregor
Douglas McGregor estudió el comportamiento del directivo para elaborar su teoría sobre los estilos de dirección. Sugirió que la actitud que los directivos mantienen hacia los empleados depende de su modo de ver a dichas personas. Según McGregor, unos líderes se basan en su actuación en la que él denomina Teoría X mientras que otros adoptan la Teoría Y.
Teoría X
Según la Teoría X: El directivo tiene la siguiente concepción de sus subordinados:
- Tienen aversión al trabajo, lo consideran un mal que se ha de soportar y, como consecuencia, trabajan lo menos posible.
- No tienen ambición y por tanto no quieren responsabilidades.
- Prefieren que les manden.
- No quieren cambios y prefieren los métodos conocidos.
- Necesitan que se les presione.
Los directivos que tengan esta concepción de sus subordinados los dirigirán según un estilo de liderazgo autoritario, pues de otra manera no se lograrían los objetivos propuestos.
Teoría Y
Según la Teoría Y: El directivo ve a sus empleados como persona que:
- Quieren trabajar, el trabajo les estimula y les ayuda a realizarse.
- Creen que la energía que se desprende con el trabajo es tan natural como la que se desprende con el juego y el deporte.
- Tienen ambición, imaginación y creatividad.
- Quieren responsabilidades y se sienten responsables de su trabajo.
Los directivos que tengan esta visión de sus subordinados, ejercerán un liderazgo de estilo participativo o permisivo.
Pero además, para McGregor, la concepción que tiene el directivo de sus subordinados provoca, a su vez, determinadas conductas en éstos. Es decir, si el directivo espera que sus empleados sean como sugiere la teoría X, efectivamente serán o acabarán siendo de esta manera (avocados a ello por el estilo de dirección ejercido sobre ellos). Por el contrario, si el líder espera que se comporten según lo indicado en la Teoría Y, responderán como señala dicha teoría.
Esta visión del líder constituye una profecía de autocumplimiento: es decir, aunque las creencias del líder estén equivocadas, se transformarán en realidad.
En definitiva: el modo en que el directivo ve a sus empleados condiciona su propia conducta hacia ellos, y esa actitud influye en el comportamiento de los empleados.
McGregor puso de manifiesto con esta teoría el importante papel que juega el líder en la motivación de sus empleados.
La Teoría Z de William Ouchi
La teoría Z surgió en los años setenta y proviene de la cultura japonesa. Los principales principios de esta teoría fueron descritos por William Ouchi, que fue quien la popularizó. Estos principios son los siguientes:
- Compromiso de empleo para toda la vida: Prácticamente, cuando una empresa contrata un nuevo empleado se compromete a tenerle contratado hasta que se retire.
- Lentitud en la evaluación y en la promoción: Las evaluaciones del personal se producen en períodos relativamente largos de tiempo y la promoción es muy lenta.
- Consenso en la toma de decisiones: Se trata de que participen y se involucren en las decisiones todos los que puedan resultar afectados por ellas. Además, se intenta que todos estén de acuerdo con ellas, aunque sólo sea en cierta medida.
- Responsabilidad colectiva: La responsabilidad del éxito o fracaso de la organización la comparten todos sus miembros como grupo. Ninguno es más responsable que otro.
- Control informal e implícito: Dentro de la organización no cabe esperar que los empleados jóvenes manifiesten su desacuerdo, o se rebelen con sus superiores. Lo que, sin embargo, cabe esperar es que los empleados acudan a actos sociales de los directivos y que allí puedan manifestar su desacuerdo de forma sutil y amable.
- Total cuidado de los empleados: La influencia de la empresa llega a casi todos los aspectos de la vida de sus trabajadores: financia actividades sociales, vacaciones en grupos, e incluso parte de su vivienda y transporte.
El éxito económico japonés atrajo mucho la atención sobre estas ideas, especialmente cuando Ouchi publicó su libro Theory Z, que fue un auténtico best seller.