León Bautista Alberti y la Escultura Renacentista: Ghiberti y Donatello
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León Bautista Alberti (1404-1472) y la Definición del Lenguaje Arquitectónico Renacentista
León Bautista Alberti, perteneciente a una generación posterior a la de Brunelleschi, se erige como un gran teórico que contribuyó a la fijación del nuevo lenguaje arquitectónico renacentista. A menudo se le denomina el "Leonardo de la Arquitectura". Su legado incluye tres tratados fundamentales: uno sobre arquitectura, otro sobre escultura y un tercero sobre pintura. En su tratado de arquitectura, Alberti propone el "redescubrimiento de los órdenes clásicos" y la alternancia de los tres órdenes en altura. Además, aborda temas como los planos, las maquetas, el urbanismo (una gran novedad para la época) y la misión del arquitecto. Según Alberti, el arquitecto debe concebir el edificio en su totalidad, confiando la realización práctica a los maestros de obras.
Obras Destacadas de Alberti
En 1446, Alberti comenzó una de sus obras más famosas: el Templo Malatestiano en Rímini. En realidad, su intervención consistió en recubrir una modesta iglesia gótica con una estructura renacentista, destinada a servir como panteón para los restos del mecenas (el tirano Segismundo Malatesta), su amante y los poetas y artistas de su corte. Lamentablemente, el templo no se terminó. Destaca su fachada, que imita un arco de triunfo romano de tres vanos: el central servía de entrada, mientras que los dos laterales, hoy cegados, estaban destinados a albergar los sarcófagos de la pareja. Sobre el crucero se diseñó una cúpula sobre pechinas, que no llegó a construirse. Una inscripción corona el friso de la entrada.
La obra más importante de Alberti es, sin duda, la iglesia de San Andrés en Mantua (1470). Este proyecto representa un nuevo intento de construir la fachada de un templo cristiano imitando un templo clásico. La planta es de cruz latina, con una sola nave de grandes proporciones, cubierta con una bóveda de cañón con casetones. El empuje de la bóveda es contrarrestado por grandes contrafuertes, entre los que se ubican capillas (no hay naves laterales). Sobre el crucero se alza una cúpula sobre pechinas, y el ábside es semicircular. La grandiosidad del interior evoca la arquitectura romana, como las termas, por ejemplo. Cada tramo de la nave imita un arco de triunfo romano, al igual que la fachada, flanqueada por grandes pilastras corintias. Esta estructura es de enorme importancia, ya que sirvió de modelo a muchas iglesias renacentistas, especialmente manieristas (como Il Gesú en Roma) y a las barrocas de la Compañía de Jesús (jesuitas).
Otras obras importantes de Alberti incluyen el Palacio Rucellai (1446), que se convertiría en el prototipo de la mansión noble florentina. La potente fachada, de suave almohadillado, se articula en planta baja y dos pisos, alternando los órdenes (dórico en la planta baja y corintio en los dos pisos superiores). Las habitaciones se organizan en torno a un patio cuadrado con arcadas sobre columnas. En 1456, Alberti recubrió la fachada gótica de la iglesia de Santa María Novella en Florencia con una fachada renacentista. Esta fachada presenta como gran novedad los aletones que ocultan las naves laterales, una solución que tendría gran éxito en la arquitectura manierista (jesuítica).
La Escultura Renacentista: Ghiberti y Donatello
La escultura renacentista italiana tiene sus raíces en la gótica, ya que, como hemos visto, lo clásico pervivía con fuerza y el pasado romano impregnaba todo el ambiente cultural y artístico (por ejemplo, el arte de la familia Pisano). En el Quattrocento, la escultura alcanza una total independencia de la arquitectura. Se busca la belleza y el equilibrio, y se acepta el desnudo como una exaltación del cuerpo humano (neoplatonismo). Además, se recuperan técnicas de la escultura clásica, como el relieve pictórico o el retrato ecuestre en bronce.
Lorenzo Ghiberti (1378-1455) y las Puertas del Baptisterio de Florencia
Lorenzo Ghiberti realizó su primera obra importante al ganar el concurso convocado en 1401 en Florencia para construir las segundas puertas del Baptisterio de la catedral. El tribunal impuso una única condición: que fueran de idéntica factura a las góticas realizadas en bronce por Andrea Pisano en 1330 (es decir, las "primeras puertas"). Ghiberti fragmentó las puertas en 28 tréboles de cuatro hojas, desarrollando en su interior 20 escenas del Antiguo Testamento y 8 más con los Evangelistas y los Padres de la Iglesia. El marco es gótico, pero las escenas de los tréboles muestran un lenguaje más próximo al Renacimiento, quizás debido a que en la fundición y cincelado de los paneles ("formella") le ayudaron dos jóvenes aprendices: Paolo Ucello y Donatello.
Sin mediar concurso, las autoridades le encargaron las terceras puertas, conocidas como las Puertas del Paraíso (1425-1452). La estructura cambia por completo con respecto a las dos anteriores: cinco grandes relieves cuadrangulares cubren totalmente cada hoja, flanqueados por dos áreas estrechas. Las escenas son del Antiguo Testamento: la creación de Adán, el Diluvio, Moisés recibiendo las Tablas de la Ley, etc. Los bajorrelieves adoptan la perspectiva lineal de Ucello y la técnica del "schiacciato" ("aplastado"), propia de Donatello.