El lenguaje poético de Federico García Lorca: Análisis y Simbolismo

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El Lenguaje Poético de Federico García Lorca

1. Un Discurso de lo Concreto

El mundo en la poesía de Lorca no es conceptual. De aquí la importancia de la metáfora y la personificación. Esta poética de lo concreto, que es suya y también de Góngora, requiere la participación de los cinco sentidos para que todo se anime, esté vivo. El adjetivo no lo convence porque es conceptual y lo reduce al sustantivo, emparejándolo con otro. Son frecuentes las metáforas en aposición o impresionistas y las metáforas irracionales.

2. La Metáfora y la Condensación Expresiva

Super fan de Góngora, Lorca se sumerge como él en el mundo mediante el amaestramiento de los sentidos y la desconceptualización del poema. Las metáforas tienen una elaboración compleja y podemos hablar de ausencia de referencialidad de la imagen (lo que se ha asociado al concepto barroco y algunos críticos llaman imagen visionaria). Otros rasgos de raíz barroca son:

  • La alusión no limitada por referentes mitológicos o de la naturaleza (llama a las cosas como quiere, sin nombrarlas directamente).
  • La elipsis.

De filiación quevedesca es más la condensación, casi coagulación sintáctica. Las sinestesias son abundantísimas.

3. Simbolismo

En Lorca, el lenguaje ha sido liberado del pragmatismo del estándar. En el lenguaje simbólico cuenta con la ayuda del folklore. Por ejemplo, a la naranja y el limón la tradición oral los inviste de valores amorosos. No se puede hablar de distorsión lingüística ni de automatismo surrealista, sino de metáfora y de símbolo. Los símbolos son polivalentes, no se encadenan las palabras a significaciones fijas.

Algunos Símbolos Centrales:

- La Luna

La luna, vista como serpiente gorda del sur, como unicornio gris y verde, como nardo o vaca, encarna todos los valores posibles, desde la muerte a agente de eros. Es un símbolo de vida y de naturaleza, de belleza, de la poesía lorquiana, de la Mujer del Apocalipsis, representación de la Virgen… En las religiones naturalísticas, la luna es considerada una diosa que rige los destinos de la tierra, porque es un planeta que cambia tal como cambia la tierra, seca en invierno, llena de frutos en verano. En los poemas que se han estudiado predominan los valores de muerte o de emisaria de la muerte.

- El Agua

Símbolo también polivalente, puede ser símbolo positivo erótico, agua como fecundadora cuya sacralidad pagana puede cristianizarse (bautismo). También puede ser símbolo negativo de muerte (pozo, aljibe, cisterna, agua estancada sin vida).

- La Sangre

Es vida, generación, sexualidad, fertilidad. Desangrarse es morir. La sangre seca es esterilidad; la sangre negra es el sufrimiento.

- El Caballo

Es vida, virilidad. Los valores eróticos. En otras ocasiones, encarna valores de muerte, vehículo de muerto (el jinete), mensajero mortal (Romance de la luna, luna).

- Hierbas

Casi siempre símbolos de muerte.

- Metales

El metal y los objetos metálicos se relacionan de forma bastante fija con la muerte. El puñal, la navaja, el cuchillo, la cuchilla, los alfileres, aluden a la muerte violenta (toda muerte es violenta para Lorca). Forman una constelación de muerte y sufrimiento (estaño, bronce, plata, símbolos -aunque no tanto- polivalentes).

- Mitos: Símbolos y Espacios Míticos

Los símbolos poseen una dimensión mítica en el sentido de que remiten a modelos ejemplares, a revelaciones primordiales, a arquetipos. Pueden pertenecer a cualquier cultura como:

  • Simbología bíblica y cristiana: así abundan imágenes cristológicas cristianas donde Cristo es el arquetipo del sacrificio. Sánchez Mejías será un cristo y también Don Perlimplín.
  • Mitología clásica como las Parcas, Cronos, etc.

Andalucía es el gran espacio mítico de Lorca y como tal es transhistórico. Es como Macondo en García Márquez. Esta Andalucía tiene una dimensión romana (Córdoba es la sede de la romanidad), otra musulmana y una dimensión judáica. En esta configuración, lo gitano desempeña un papel esencial.

Tres ciudades andaluzas son otros tantos microespacios míticos: Sevilla es lo dionisíaco, la encarnación del amor, que hiere y a veces mata. Córdoba es la ciudad de la muerte y Granada tiene algo de definitivamente acabado.

En este espacio mítico andaluz se plantean todos los grandes temas, los grandes interrogantes de la existencia humana. Lorca ha sabido expresar como ningún poeta la frustración histórica de Andalucía.

La Poesía de Lorca

No es fácil ni operativo trazar una clasificación estrictamente cronológica de la poesía de Lorca. Lorca no es hombre de un solo proyecto en marcha y se superponen o conviven la creación de unas obras con otras. La diferencia entre la fecha de composición y de publicación no ayuda a que el tiempo sea el valor más fiable.

Se puede considerar, en cualquier caso, como referencia central el periodo neoyorquino.

Etapas de la Poesía Lorquiana:

1920-1927

Tras la creación de Poemas en 1921, se inicia una primera madurez que recubre el Poema del cante jondo, las Suites o las Canciones y el Romancero gitano. En estos conjuntos de poemas se ve una coherencia estilística común: moldes métricos tradicionales o posmodernos, objetivación de la experiencia poética en mundos “externos” de manera que la expresión directa del sentimiento no es frecuente. Es una orientación tributaria de la poesía pura y su gran ídolo es Góngora.

1926: Inicio de la Renovación

Poeta en Nueva York

Adquiere una cosmicidad única, su metaforismo se hace aún más simbólico, son poemas traspasados por el dolor, la cólera y la revuelta.

Periodo Postneoyorkino

Se dedica más al teatro. En poesía, reduce el vuelo ilimitado de su voz neoyorquina y predomina una poesía intimista y fuertemente erótica. Diván del Tamarit, Sonetos del amor oscuro. Sin abandonar el verso libre, enlaza de nuevo con la métrica tradicional.

Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías suma lo grandioso de Poeta en Nueva York y la magia del Romancero gitano.

La poesía de Lorca representa la incorporación de la totalidad de la existencia como materia poetizable y su percepción como sacralidad. Por eso nos pone en contacto con elementos como el agua, la tierra, el eros, la fecundidad. Es también una petición radical de justicia.

Esta división de la trayectoria de Lorca es intercambiable con otras como la del ECIR.

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