Lagos, humedales y aguas subterráneas: características y distribución en España

Los lagos y humedales

Los lagos y humedales: Los lagos son masas de agua dulce que están deprimidas y alcanzan una cierta profundidad. Las lagunas son de menor tamaño y profundidad. En España hay 2474 lagos de escasa dimensión cuya vida es corta debido a causas naturales y humanas. Son endógenos, originados en el interior de la tierra, y pueden ser tectónicos por la acción de las fallas o volcánicos por el cráter de un volcán apagado. También existen los lagos exógenos, formados por las fuerzas externas, y son glaciares, formados en cubetas excavadas por el hielo, cársticos por la disolución de la caliza o del yeso, y endorreicos, que son el tipo de lago exógeno en zonas áridas donde las aguas no tienen fuerza, y los eólicos, depresiones excavadas por el viento sobre materiales blandos y mixtos, que son una mezcla de los dos.

Los humedales

Los humedales son aguas superficiales que se contraen o se agrandan al ritmo de las estaciones. Van desapareciendo debido a una política. Son zonas cubiertas de forma permanente o temporal por aguas poco profundas, superficies que realizan un papel de transición entre el agua y la tierra y que se encuentran en aguas pantanosas. Forman parte de los humedales las lagunas, charcas, marismas y albuferas. Las albuferas son lagos salados separados del mar por un cordón de arena. Las marismas son una superficie muy joven.

Las aguas subterráneas

Las aguas subterráneas: Los acuíferos son embolsamientos de agua subterránea. Se forman cuando las aguas de las precipitaciones se infiltran y descargan sus aguas a través de ríos o manantiales. Presentan ventajas como la ausencia de organismos y la falta de tratamiento, su temperatura es estable y se destinan al riego. En España hay más de 400 acuíferos, que se encuentran en depresiones y cerca de los ríos.

La geografía y la demografía

La geografía es la ciencia que trata los aspectos espaciales de la población y la demografía trata los aspectos relacionados con la población, como los movimientos naturales y migratorios. Las fuentes que lo estudian son históricas y estadísticas. Las fuentes históricas son anteriores a 1857, en la época preestadística. En el siglo 16 se crean las relaciones topográficas con Felipe II y en el siglo 18 se iguala con los censos de los ilustrados, que querían reducir los impuestos dejando a la mayor parte de la población fuera. Censo de Godoy. Las fuentes estadísticas son: CENSOS: desde 1857 hasta 2001 ha habido 15. Todo lo lleva el INE, que recoge datos geográficos, personales, culturales, económicos y de fecundidad. El actual INE consiste en una investigación continua por muestreo. PADRÓN MUNICIPAL: documento que cambia según los movimientos naturales y migratorios de la población, como nacimientos, defunciones, salidas y llegadas de población. REGISTRO CIVIL: se registran los nacimientos, matrimonios y defunciones, enviando después los datos al INE. La EPA registra el número de personas activas, empleadas y desempleadas. NOMENCLÁTOR: relación de entidades de población que tienen los municipios (villas, colonias, etc.). Otras fuentes son las revistas científicas, tesis doctorales, etc.

Distribución actual española

Las regiones más pobladas son Andalucía, Cataluña, Madrid y Valencia. En el extremo opuesto se encuentran Aragón y Extremadura. Algunas atraviesan una crisis demográfica debido al aislamiento, como Cuenca, Teruel, Soria y Orense. 14 provincias crecen por encima de la media nacional: las 3 insulares, todas las mediterráneas menos Granada y Navarra, y las provincias interiores de Madrid, Guadalajara y Toledo.

Según el ICANE, la población cántabra es de 581.769 habitantes, es decir, Santander (175.736), Torrelavega (54.196), Castro Urdiales (32.144), Camargo (31.007), Astillero (18.282) y Reinosa (9.804).

Factores de la distribución

Naturales: En la etapa preindustrial, la gente se asentaba en lugares donde hubiera agricultura y ganadería. Las mayores densidades se situaban en las costas de relieves llanos y con inviernos suaves, sobre todo en la zona mediterránea, en contraste con las elevadas llanuras del interior peninsular.

Humanos: En el siglo 16, con el descubrimiento de América, Castilla experimentó una prosperidad económica, convirtiéndola en la zona más poblada de la península. En el siglo 17, se produjo una crisis económica y demográfica que Castilla logró superar, y en el siglo 18 se invirtió la situación, con las densidades situadas en las regiones costeras e insulares gracias al comercio marítimo y las bajas densidades en el interior.

Económicos: Los factores naturales perdieron importancia y aumentó el peso de Madrid y las regiones periféricas debido a su crecimiento natural y a actividades económicas como la industria y el turismo, mientras que las regiones del interior perdieron peso.