La Regencia de Espartero
Tras la revolución liberal de 1840, por encargo de las Cortes y ante la minoría de edad de la heredera, Isabel II, el general Espartero asumió la regencia de España, que desempeñaría hasta 1843. Los generales que habían participado en la Guerra Carlista disfrutaban de un enorme prestigio entre el pueblo. María Cristina no pudo oponerse al cambio y cedió la regencia el 12 de octubre. El nuevo gobierno contó con la oposición de los moderados, encabezados por O'Donnell y Narváez. Ante la imposibilidad de éstos de acceder al poder mediante sufragio, optaron por la vía expeditiva de los pronunciamientos militares, para lo cual contaron con la ayuda de la anterior regente, Maria Cristina, exiliada en París. Los generales Baldomero Espartero y Rafael Maroto.Con la regencia de Espartero el gobierno de España es ocupado por primera vez por un militar. En realidad, Espartero no ejerció oficialmente la regencia hasta el 8 de mayo de 1841, por acuerdo de las Cortes, con el apoyo de los llamados unitarios. Con anterioridad, la regencia había sido desempeñada por el Gobierno en pleno, reunido en Consejo de Ministros, tal y como determinaba la Constitución. La regencia tuvo carácter provisional. La división de los progresistas entre unitarios y trinitarios, según prefiriesen que la regencia estuviese en manos de una o tres personas, tenía un sentido político más allá de las meras fórmulas legales. El grupo de los trinitarios estaba constituido por liberales recelosos de la autoridad militar que se le conferiría a Espartero si se le otorgaba en exclusiva la regencia. Espartero se rodeó de militares más afectos a su persona que a la causa liberal, lo que propició la contestación de algunos sectores que veían en la actitud del general más un proyecto de dictadura militar que de proceso democratizador. Los pronunciamientos se sucedieron desde octubre de 1841, cuando O'Donnell se alzó en Pamplona.Las intentonas militares no eran consideradas como auténticos golpes de estado sino como una forma de extender la actividad política en una sociedad ajena a las intrigas del poder. Se recibía un apoyo civil puntual, en zonas concretas. No obstante, algunas sublevaciones se saldaron con el fusilamiento de sus cabecillas, como fue el caso de los moderados Montes de Oca y Borso de Carminati. Desde julio de 1842, Espartero ejerció un poder más autoritario. Ante la oposición de las Cortes, optó por disolverlas.Tras el bombardeo de Barcelona, la oposición al regente fue a más, incluso dentro de sus propias filas. Hombres antes fieles a Espartero como antiguos compañeros de armas se opusieron a lo que representaba una clara dictadura. Revueltas de liberales y progresistas contra Espartero en Barcelona que provocaron el bombardeo de la ciudad. Las elecciones de 1843 se saldaron con un claro triunfo de Olózaga y Espartero no tardó en impugnarlas. El gobierno de Joaquín María López, que se había constituido el 9 de mayo, duró sólo diez días. Al mismo tiempo, O'Donnell y Narváez se habían hecho con el control de buena parte del ejército desde su exilio. En Andalucía, moderados y liberales se conjuraron para derribar el régimen pronunciándose en su contra. Narváez se alzó en armas, junto a otros, Espartero ya había perdido el poder. Espartero huyó a Cádiz y se embarcó rumbo a Londres. Con la regencia vacante, el exilio de Espartero produjo un terrible caos político. Joaquín María López regresó al gobierno el 23 de julio y reconoció la mayoría de edad anticipada de Isabel II. Procuró una alianza entre moderados y progresistas que finalmente se hizo imposible. Los moderados vieron en Narváez a la persona capaz de dirigir el rumbo de España. El 20 de noviembre sustituyó a López al frente del gobierno Salustiano Olózaga, progresista. Al no gozar, sin embargo, de la confianza de las Cortes, se vio abocado al fracaso tras las falsas acusaciones vertidas contra él por los moderados, quienes le acusaron de coaccionar a la reina para la formación del gabinete. El 5 de diciembre, Olózaga fue sustituido por Luis González Bravo, reaccionario, quien restauró la legislación municipal de 1840 y estableció las bases para la creación de un nuevo cuerpo militar, la Guardia Civil. No obstante, la decisión entre los más conservadores estaba tomada ya, y Narváez accedió al poder el 3 de mayo de 1844, inaugurando el período moderado.