Karl Marx: Economista, Filósofo y Sociólogo del Siglo XIX
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Marx es un economista, filósofo, autor y sociólogo del siglo XIX nacido en Alemania en 1818. Desde pequeño quería ser poeta. Venía de una familia de judíos conversos, dado que su padre fue obligado a convertirse al cristianismo para ejercer su profesión (abogado). Su padre es quien le anima a seguir sus pasos hasta que se reencuentra con un grupo de jóvenes hegelianos (grupos políticos de izquierdas que luchaban contra el absolutismo). En este entorno, Marx comienza a radicalizarse, trabaja con ellos en periódicos y ahí empieza a desarrollar sus teorías.
En los 40 su pensamiento se radicaliza hasta considerarse a sí mismo comunista, lo cual propicia que sea expulsado de Alemania. Se desplaza a París y más tarde a Bélgica sin mucha suerte, pues es expulsado del primero y amenazado en el segundo. Una vez que estalla la revolución en Francia, decide volver porque se crea un gobierno republicano, pero acabaría expulsado por segunda vez tras el fracaso de la revolución. Es ahí cuando se desplaza a Londres, donde viviría desde los años 50 hasta el 83. Antes de llegar a Londres, publica una de sus obras más conocidas, el Manifiesto del Partido Comunista (1848). Ya en Londres, se dedica a desarrollar lo que había ido anunciando años atrás: una crítica de la economía política, la cual culmina con la publicación de El Capital (1867), su obra principal.
Crítica de la ideología: infraestructura – superestructura: Marx va a elaborar una teoría materialista (materialismo histórico), la cual explica los cambios sociales y políticos a partir de los cambios que se dan en la base material de la sociedad. En su juventud diferencia dos conceptos: Infraestructura: base o infraestructura es la base material de la sociedad que determina la estructura social, el desarrollo y el cambio social.1 Incluye las fuerzas productivas y las relaciones de producción. De ella depende la superestructura, es decir, el conjunto de elementos de la vida social dependientes de la base o infraestructura, como por ejemplo: las formas jurídicas, políticas, artísticas, filosóficas y religiosas de un momento histórico concreto. Los aspectos estructurales se refieren a la organización misma de la sociedad, las reglas que vinculan a sus miembros y el modo de organizar la producción de bienes.
Por otro lado, Marx afirma que la sociedad no es estática, cambia. Si las personas se empiezan a hacer poderosas, sus ideales también lo harán. Como es el caso del surgimiento de la división de poderes en el s.XVIII británico: con el auge del comercio y la incipiente industria, la burguesía gana poder y se redefine las relaciones con la aristocracia y monarquía -> la burguesía, por tanto, es el fruto de las transformaciones materiales del s.XVIII. Marx hace una redefinición de la lucha de clases y le da un carácter más social. Marx va a decir que estas clases sociales son el producto de determinados modos de producción (conjunto de relaciones sociales que organizan la vida económica). Una vez que cambian los modos de producción, cambian las clases sociales. La lucha de clases solo termina cuando se llegue a un modo de producción en el que no existan clases sociales. Este conflicto de la lucha de clases se desarrolla de manera histórica de forma dialéctica: Hegel y su concepción idealista de la dialéctica: toda idea, según Hegel, lleva implícita una negación, y en la negación de la negación surge lo nuevo. Con este mecanismo (la dialéctica) es con lo que avanza la humanidad. // Dialectica de Marx: no es una filosofía idealista sino materialista. El lugar que ocupan las ideas de Hegel lo asumen ahora las fuerzas materiales y sociales. Cada modo de producción conlleva su negación. La negación de la negación es un modo de producción nuevo en el camino del progreso. Por ejemplo, el choque de intereses entre la sociedad burguesa en todas sus formas y el proletariado que surge como una clase social nueva en forma de negación de la burguesía. Para Marx, acabar con las clases sociales sería la negación de la negación y con esto surgiría un nuevo modo de producción, una sociedad sin clases.
El enigma del valor: Un enigma que Marx encuentra en Aristóteles: ¿Cómo pueden ser equivalentes dos objetos distintos? Según Marx, en cualquier intercambio económico siempre cambiamos cosas distintas con el mismo valor. Hay que encontrar algo entre ambos productos que los permita verse como iguales. Sin embargo, Aristóteles dice que es algo de fantasía. Marx afirma que sí que hay algo cualitativamente igual en todos, el trabajo humano, todo es fruto del trabajo humano. Adam Smith afirma que el trabajo humano es la fuente del valor. Marx dice que es cierto, pero hay un matiz: el trabajo es algo dual, tiene una doble realidad, porque es una mercancía (valor de uso: una mesa y su uso // valor de cambio: un abrigo y 200 euros). El trabajo en un sistema capitalista también cuenta con una existencia dual: el trabajo concreto (vivo) (como una persona montando una mesa) y el abstracto (social) (todo el trabajo humano que genera valor se hace de forma abstracta, ya que una mesa en sí no vale nada, vale en relación a otra cosa) son iguales y diferentes. Todos los trabajadores que generan valor son abstractos, por tanto, todo trabajo es concreto y abstracto.
Según Marx, Aristóteles no pudo resolver el problema por el tipo de sociedad/modo de producción en la que vivía, porque con Aristóteles regía el modo de producción esclavista (los cuales eran como cosas, mercancías).