Joaquín costaren oligarquía y caciquismo iruzkina
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Este texto es un fragmento del libro “Oligarquía y caciquismo” de Joaquín Costa. Joaquín Costa, su autor, fue un destacado miembro de una corriente de pensamiento de principios del Siglo XX denominada Regeneracionismo.
Este documento, que es de carácter político-
Social, está destinado a la opinión pública española, y su fuente es primaria. Su autor, Joaquín Costa fue un político y economista espanol, el líder del movimiento político, conocido como el Regeneracionismo. Este texto, que está fechado en el año 1901, cabe encuadrarlo en la etapa de la Restauración, periodo estable de nuestra historia que se extiende desde 1874 con la restauración en el poder de la monarquía borbónica tras la primera república y termina con el pronunciamiento militar del General Miguel Primo de Rivera en 1923.
En primer lugar, Costa señala cuáles son los elementos esenciales del sistema político de la Restauración. Los tres son definidos como piezas claves del poder político de esta etapa. Los oligarcas son considerados como figuras poderosas del sistema político. Los caciques están compartidos por toda España y a veces en distintas categorías dependiendo de su importancia. Los gobernadores civiles son cargos políticos que actúan como intermediarios entre los otros.
Finalmente, Joaquín llama la atención de la falsificación de las elecciones, ignorando el pueblo. Insiste en que es un fallo llamarles como partidos, ya que no representan el país. Los llama un grupo de extranjeros que se han hecho con la autoridad mediante la fuerza y el poder.
En Enero de 1874, el general Pavía protagonizó un Golpe de Estado que disolvíó las Cortes y puso fin a la I República. En Diciembre, otro pronunciamientoprovocó la proclamación de Alfonso XII como Rey de España, con Antonio Cánovas del Castillo como su defensor. Con la reposición de los Borbones se inició el periodo de la Restauración.
Este gobierno trataba de regresar al periodo anterior a la Revolución de 1868, al periodo de la Uníón Liberal. Para ello, Cánovas, defendía la necesidad de una Constitución moderada y flexible, símbolo del equilibrio, que estableciera la soberanía compartida entre el Rey y las Cortes. De esta manera el orden político y público quedarían garantizados.
El sistema canovista se basó en dos pilares: la Constitución de 1876 y el bipartidismo turnista. Por un lado, el partido conservador de Cánovas y, por otro, el fusionista de Sagasta. Se elaboró una Constitución de carácter moderado que no reconocía la soberanía nacional de modo suficiente y que manténía los derechos tradicionales de la Iglesia Católica. Los artículos de la Constitución fueron aprobados en breve tiempo y con pocos debates. Fue promulgada en Junio de 1876, establecía la “soberanía compartida” y una práctica política basada en la existencia de unos partidos oficiales que aceptasen los reglamentos de la legalidad constitucional. Serían partidos de “notables” elegidos por sufragio censitario.
Estos dos partidos intentaron sin éxito imitar el sistema parlamentario inglés. Mediante un pacto establecieron el turno pacífico para gobernar. De esta manera, a pesar el resultado de las elecciones, el partido al que tocase gobernar tenía garantizada la victoria electoral. Esto sólo podía lograrse mediante el caciquismo.
El bipartidismo turnista mantuvo fuera del gobierno a los partidos antidinásticos como los carlistas o republicanos que configuraron la oposición al sistema canovista.
A finales de siglo, el sistema político estaba en crisis por varios factores: los nacionalismos periféricos, la cuestión colonial y militar y el movimiento obrero caminaban en otra dirección. Añadamos la semana trágica de 1909, la crisis de 1917 y la muerte de los líderes que no encontraron sustitutos capaces de formar mayorías estables en el Parlamento. A pesar de que España ya podía considerarse como un Estado Liberal, el caciquismo del sistema canovista se encargó de someter a gran parte del país, desoyendo la voz del pueblo, base de la democracia que se supónía era la nacíón. Joaquín Costa, contrario al régimen de la Restauración, quiso mostrar sus ideales criticando y denunciando la corrupción del sistema. Sus principios políticos e ideológicos le llevaron a colocarse como líder de un movimiento político contrario al sistema canovista, el ”Regeneracionismo”, que defendía la necesidad que tenía España de “reiniciar” su vida desde otros fundamentos para alcanzar el desarrollo y prosperidad necesaria. Bien sabemos que, a pesar de los pesares, el a largó su pervivencia hasta el Golpe de Estado de don Miguel Primo de Rivera.