Japón y Estados Unidos: Potencias Emergentes de Finales del Siglo XIX

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**EE.UU. y Japón, Potencias de Finales del Siglo XIX**

En enero de 1868, señores feudales tomaron el gobierno y restauraron el poder del emperador en la persona de Mutsu-Hito (también llamado Meiji Tenno), de 14 años, quien residió en Edo, la antigua capital feudal de los Tokugawa, ciudad que cambió su nombre a Tokio.

**II. El “Gobierno Iluminado”: La Época Meiji**

**Mutsu-Hito y sus Consejeros**

Mutsu-Hito reinó de 1868 a 1912, una etapa crucial en la historia reciente de Japón: el período Meiji, que significa"gobierno iluminad". Fue una época de aceleradas reformas imperiales que transformaron a Japón de un país feudal a uno moderno, convirtiéndolo en la tercera potencia naval del mundo en 1919.

El emperador Mutsu-Hito gobernó con poder absoluto, asistido por destacados ministros y consejeros. Estableció un consejo de gobierno (Dakojan) y un gabinete de ministros, sobre los cuales mantenía supremacía absoluta. Desmanteló el poder de los señores feudales, eliminando privilegios personales y transformando feudos en departamentos dirigidos por representantes del poder central.

En 1869, eliminó la influencia samurái en el poder, creando un ministerio de guerra, un ejército imponente inspirado en el prusiano e implantando el servicio militar obligatorio, que unificó e igualó a la población e incorporó a los campesinos a las tareas defensivas.

**Las Grandes Reformas**

El gobierno Meiji emprendió una profunda reforma fiscal, implantando el yen como moneda única y permitiendo la entrada de capitales extranjeros (el ferrocarril entre Tokio y Yokohama se construyó con capital británico). También impulsó una política fiscal eficaz y permitió a los campesinos pagar impuestos con moneda, lo que les permitió comercializar sus cosechas.

En 1873, comenzó la reforma agraria para terminar con el régimen feudal que oprimía a los campesinos; sin embargo, hacia 1890, más del 40% de la población rural trabajaba tierras de grandes señores.

Además, las costumbres cambiaron rápidamente y se occidentalizaron. Desde ese año, se impuso el corte de pelo occidental, el uso de chaqueta en ceremonias oficiales y la adopción del calendario occidental. También se elaboró un nuevo código civil y penal, inspirado en el francés, que eliminaba la tortura, entre otras medidas.

Se amplió el sistema educativo (en 1868, el 40% de los japoneses eran analfabetos). El sintoísmo, la antigua religión animista, se convirtió en la religión oficial del Estado y coexistió con el budismo (importado de Corea). Se fundaron periódicos (como el Asahai o Sol Naciente, creado en 1870), que desempeñaron un papel crucial en la modernización.

**Una Nueva Constitución**

Las transformaciones de Japón en los primeros veinte años de la época Meiji se reflejaron en la Constitución de 1889. Fue la primera constitución del nuevo Japón, inspirada en los modelos de Alemania y Austria, y contribuyó a sentar las bases del liberalismo conservador.

**III. Industria e Imperio: El Nuevo Poder de Japón**

La modernización de la era Meiji no solo transformó la vida social y política de Japón, sino que también afectó decisivamente su desarrollo económico e industrial, el crecimiento demográfico y el auge de su expansión imperialista. En 1880, Japón contaba con 37 millones de habitantes, que aumentaron a 50 poco antes de la Primera Guerra Mundial.

**Una Industrialización Acelerada**

La modernización fue acompañada de una rápida industrialización. El Estado apoyó las reformas y proporcionó capital para la inversión industrial. A finales del siglo XIX, el capitalismo de Estado se vio respaldado por el capital privado, surgiendo grandes compañías industriales como Mitsubishi y Mitsui.

El gobierno Meiji propuso ambiciosos planes de industrialización. Envió técnicos japoneses al extranjero para aprender técnicas occidentales e importó maquinaria y técnicos. Los transportes marítimos se desarrollaron extraordinariamente, ya que el ferrocarril era demasiado costoso debido a la orografía y la naturaleza insular del país. La industria textil, que trabajaba la seda tradicional, fomentó la manufactura del algodón. Las industrias estratégicas, especialmente las de armamento, se desarrollaron en secreto en Tokio y Osaka, sin colaboración extranjera.

En la primera década del siglo XX, Japón era la primera potencia industrial de Asia.

**La Expansión Imperialista: Guerras y Conflictos**

La transformación social, política e industrial de Japón alimentó la expansión imperialista, una constante en su historia. El reducido espacio físico del archipiélago, la presión demográfica y la necesidad de nuevos mercados llevaron a Japón a participar en conflictos armados e invadir otros países hasta la primera mitad del siglo XX.

En 1876, Japón presionó a Corea para que se abriera a Occidente y aceptara su influencia. Entre 1894 y 1895, se produjo la primera guerra con China. En 1904 y 1905, atacó el puerto ruso de Port Arthur y derrotó al ejército del zar (Rusia se vio obligada a reconocer la influencia japonesa en Corea y le cedió la explotación del ferrocarril de Manchuria).

En 1919, Japón se apoderó de las posesiones alemanas en China y el Pacífico (islas Carolinas, Marianas y Marshall), convirtiéndose en la tercera potencia del mundo. A partir de 1926 (con el emperador Hiro-Hito), la expansión bélica de Japón se proyectó hacia Asia Oriental. De 1937 a 1945, emprendió una nueva guerra contra la China del Kuomintang, ocupando posiciones estratégicas en el continente.

En 1941, atacó la base aérea estadounidense de Pearl Harbour (Hawai), lo que provocó la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial del lado de los países aliados.

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