Infraestructuras y Construcciones Emblemáticas de la Antigua Roma
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Tipos de Construcciones en la Antigua Roma
Basílicas
Las basílicas eran edificios administrativos que se situaban en el foro de las ciudades romanas. Su diseño arquitectónico fue posteriormente adoptado por los cristianos y transformado en templos de culto religioso. Generalmente, las basílicas son edificios de planta rectangular con tres naves. La nave principal presenta una sección semicircular en uno de sus extremos, conocida como ábside. La nave central suele ser más ancha y alta que las laterales, permitiendo la apertura de ventanas en la parte superior para iluminar el interior. El nártex es una entrada porticada al edificio. Las naves están separadas por columnas. Este tipo de planta se denomina planta basilical. Un ejemplo destacado es la Basílica de Majencio.
Termas
Las termas eran lugares dedicados al baño, pero también funcionaban como centros de ocio. Eran donaciones realizadas por los emperadores o las clases altas a las ciudades, por lo que solían ser públicas, aunque también existían termas privadas. El agua era un elemento clave para su funcionamiento. Se encontraba principalmente en tres áreas:
- Caldarium: piscina de agua caliente, calentada mediante un sistema de hipocausto.
- Tepidarium: piscina de agua templada.
- Frigidarium: piscina de agua fría.
Además, las termas podían contar con diversas zonas, como salas de masajes y sauna, áreas deportivas como la palestra, espacios culturales como la biblioteca, o zonas de ocio como las tabernae. Existían vestuarios separados para hombres y mujeres. En la parte exterior de las termas, a menudo se encontraban jardines y patios. Un ejemplo notable son las Termas de Caracalla. Las primeras termas construidas fueron las de Agripa.
Puentes
Los puentes eran obras de ingeniería que permitían cruzar ríos y barrancos. Se construían con grandes pilares de hormigón y piedra de sillería o ladrillo. Estos pilares se unían mediante arcos de medio punto y se reforzaban con contrafuertes. Por la parte superior discurría la vía o calzada. Ejemplos destacados son el Puente de Alcántara en Cáceres y el puente acueducto sobre el río Gard.
Acueductos
Los acueductos eran estructuras similares a los puentes, pero su función era transportar agua desde pantanos o manantiales hasta depósitos situados en la parte alta de las ciudades. Desde estos depósitos, el agua se distribuía a las fuentes públicas, termas e incluso a las casas particulares de los patricios. En España, destacan el Acueducto de Segovia y el de Mérida.
Calzadas
Las calzadas constituían las principales vías de comunicación romanas. Facilitaban el comercio y permitían la rápida movilización del ejército. Para su construcción, se excavaba una especie de zanja en el terreno y se colocaban diferentes capas: una de piedra, otra de gravilla, otra de arena y, finalmente, una capa de piedras planas en la superficie. Las calzadas estaban ligeramente elevadas en el centro para que el agua de lluvia se drenara hacia los lados. Las vías principales partían de Roma. Ejemplos notables son la Vía Apia, la Vía Claudia y la Vía Sacra.
Murallas
Las murallas eran construcciones defensivas que rodeaban el perímetro de las ciudades. En su construcción se utilizaba hormigón y ladrillo, y exteriormente se revestían con piedra de sillería. Las primeras murallas aparecieron a partir del siglo I d.C. con una función principalmente de prestigio. A partir de finales del siglo III d.C., adquirieron una función defensiva. Ejemplos destacados son las Murallas Aurelianas. En España, sobresalen las murallas de Tarragona y Lugo.