El Impacto de la Inversión Extranjera en la Economía de América Latina (Siglo XIX - Principios del Siglo XX)

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A finales del siglo XIX y principios del XX, América Latina experimentó una transformación económica significativa debido a la afluencia de capital extranjero. Capitales de diversos países como Suiza, Bélgica y España, entre otros, fluyeron hacia la región. Curiosamente, Estados Unidos, hasta principios del siglo XX, apenas invertía en América Latina. No fue sino hasta la década de 1890 cuando se observó una mayor presencia de capitales norteamericanos en la zona.

La Inversión Estadounidense y su Concentración Geográfica

La inversión estadounidense, aunque considerable, palidecía en comparación con la europea. Mientras que la inversión norteamericana ascendía a aproximadamente 1.500 millones de dólares oro, la europea alcanzaba la cifra de 10.000 millones de dólares. Además, la inversión estadounidense se concentraba principalmente en el Caribe, con México como principal receptor (más de 800 millones de dólares, impulsados por el petróleo) y Cuba en segundo lugar (más de 300 millones, debido al control estadounidense sobre la producción de azúcar y su importancia geoestratégica).

Economía de Dependencia: Exportación de Materias Primas y Deuda

La entrada de capital extranjero, si bien generó un cambio en el panorama económico latinoamericano, creó una economía artificialmente dependiente. El objetivo principal de esta inversión era la extracción de materias primas para su posterior procesamiento en los países inversores. Esto resultó en una economía latinoamericana centrada en la exportación de materias primas, sin el desarrollo de una industria propia y autónoma.

Se estableció un modelo de economía complementaria a la europea y, posteriormente, a la estadounidense. América Latina exportaba materias primas en bruto e importaba productos manufacturados esenciales para el desarrollo, generando una clara desventaja en la balanza comercial. Esta situación obligó a los países latinoamericanos a recurrir a préstamos para financiar la construcción de infraestructuras básicas, exacerbando aún más su dependencia.

Casos Extremos de Dependencia: Bolivia y Brasil

La dependencia económica se intensificó hasta el punto de que algunos países se convirtieron en economías monoexportadoras. Bolivia, por ejemplo, dependía casi exclusivamente de la exportación de estaño (98,8% de su actividad económica). Brasil, de manera similar, se centraba en la exportación de caucho (98%).

Desigualdad Social y la Oligarquía

Esta realidad económica, enmascarada por el flujo de capital, ocultaba profundas desigualdades. El crecimiento de las ciudades y la aparente prosperidad beneficiaban principalmente a una minoría: la oligarquía propietaria de las materias primas. El resto de la población vivía en condiciones de subordinación, creando una marcada dicotomía entre ricos y pobres. Esta situación de desigualdad, con raíces en este período, persiste en muchos aspectos hasta nuestros días. Sin embargo, no todo fue negativo, porque socialmente, entre el fenómeno de la inmigración y la explotación intensiva de las materias primas, algo estaba cambiando en la sociedad, en la cual nos encontramos la oligarquía, la clase...

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