Impacto Económico de la Neutralidad Española en la Primera Guerra Mundial y sus Consecuencias
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Efectos Positivos de la Neutralidad Española durante la Primera Guerra Mundial
La neutralidad de España durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) tuvo una serie de repercusiones económicas significativas. Entre los efectos positivos, podemos destacar:
- Ahorró al país los grandes trastornos monetarios y financieros que sufrieron los países beligerantes.
- España experimentó un notable crecimiento económico, alcanzando una situación relativamente envidiable en comparación con otras naciones europeas.
- El conflicto bélico brindó oportunidades a la industria nacional, permitiéndole satisfacer la demanda interna de productos manufacturados e incluso penetrar en algunos mercados exteriores.
- La guerra impulsó la sustitución de importaciones y fomentó las exportaciones de manufacturas, fortaleciendo ciertos sectores industriales.
- España acumuló un superávit récord en la balanza de pagos. Las reservas de oro acumuladas en el Banco de España proporcionaron al país una posición financiera muy sólida con respecto al exterior.
- Los medios de pago recibidos por la exportación de bienes y servicios permitieron que inversores españoles adquirieran activos financieros y reales que hasta entonces pertenecían a inversores extranjeros, como deuda pública y privada, acciones y propiedades de empresas mineras, industriales y de servicios públicos.
Efectos Negativos de la Neutralidad Española
Sin embargo, la Primera Guerra Mundial también tuvo efectos negativos en la economía española:
- La inflación se disparó, afectando el poder adquisitivo de la población.
- Las empresas y los agricultores que producían bienes de primera necesidad obtuvieron enormes beneficios a costa de los asalariados y los consumidores.
- Los ingresos reales de la mayoría de las familias disminuyeron, a pesar del incremento del empleo y las horas de trabajo.
- La Hacienda Pública también se vio afectada por la inflación.
- El malestar popular se intensificó, tanto en el campo como en la ciudad.
- Hubo grandes dificultades para importar materias primas, productos energéticos, maquinaria y bienes de equipo, lo que generó serios problemas a muchas actividades y frenó el proceso de capitalización.
- Al finalizar el conflicto, algunas de las actividades que habían surgido o se habían expandido debido a la ausencia temporal de productos extranjeros no pudieron resistir el restablecimiento de la competencia. Otras actividades y empresas solo lograron sobrevivir gracias a la protección arancelaria o administrativa que les otorgaron las autoridades.
- La contienda provocó un encarecimiento desmesurado del carbón por la imposibilidad de importarlo, lo que llevó a la prosperidad de la minería hullera nacional, aunque esta era escasamente productiva. El alza del precio del combustible incentivó el uso de la electricidad de origen hidráulico, lo que resultó extraordinariamente beneficioso para la economía española a largo plazo.
La Prosperidad de los Años Veinte
En el ámbito económico, la situación mejoró a lo largo de la segunda mitad de la década de 1920. Se puede describir este periodo como:
- Años de bienestar económico y progreso industrial. El Producto Interior Bruto (PIB) creció a un ritmo fuerte y sostenido.
- La industria se expandió y experimentó grandes cambios estructurales.
- Hasta el crack de la bolsa norteamericana en 1929, la inversión creció considerablemente.
- Los sectores productores de bienes de capital, la industria pesada y otras industrias básicas, como las energéticas, tomaron la delantera, ganando peso dentro del conjunto del sector secundario.
- La mayor demanda de empleo industrial alimentó el proceso de urbanización. Las zonas rurales comenzaron a desprenderse de las abultadas bolsas de subempleo y desempleo encubierto.
Factores que Contribuyeron a la Prosperidad de los Años Veinte
La prosperidad económica de los años veinte fue el resultado de una combinación de factores, entre los que destacan:
- Una favorable coyuntura internacional que estimuló a los sectores exportadores (principalmente agrarios) y favoreció la inversión extranjera.
- La difusión de las tecnologías de la Segunda Revolución Industrial.
- La acumulación de una gran cantidad de ahorro que se destinó a la inversión, a través de la intermediación de un sistema bancario que salió muy fortalecido de la guerra.
- El intervencionismo estatal, que se acentuó en España, como en el resto del mundo occidental.
- El corporativismo, importado por la dictadura de Primo de Rivera de los regímenes fascistas, reforzó el poder de mercado de las mayores empresas al facilitar las prácticas monopolistas, lo que impulsó el crecimiento de las industrias básicas y de otras actividades.
- Un ambicioso programa de inversión pública. La renovación y ampliación de las infraestructuras de transporte, la construcción de pantanos y las obras públicas en las grandes ciudades ayudaron al auge industrial.
Efectos de la Gran Depresión en España
La Gran Depresión, iniciada en 1929, también tuvo repercusiones en España:
- Las tensiones sociales y políticas extremas, exacerbadas por el establecimiento del nuevo régimen republicano y por las políticas reformistas de sus gobiernos, complicaron la gestión macroeconómica, dificultando la superación de la depresión económica.
- En realidad, la economía española sufrió la Gran Depresión con menor intensidad que la mayoría de los países.
- La contracción fue relativamente leve porque España se mantuvo bastante al margen de los canales de difusión de la crisis. Esto se debió a que no tenía deudas o inversiones significativas con el exterior y a que no participaba en el patrón oro.
- El país vivió sumido en una situación de crisis hasta 1936. La economía española estaba atenazada por las luchas que enfrentaban a distintos sectores de la sociedad, muy particularmente a los obreros y jornaleros agrícolas, por un lado, y a los industriales y terratenientes, por otro.