El Impacto de la Ciencia en las Guerras Mundiales: Innovaciones, Estrategias y el Amanecer de la Era Atómica

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El Despertar de la Defensa Aérea: El Radar y el Comité Tizard

En 1934, la percepción sobre las señales de radio cambió drásticamente. Inicialmente consideradas inútiles, al punto de dejar caducar patentes, el Ministerio del Aire británico ordenó una inspección de las tareas de defensa aérea. El director de investigación científica, Tizard, formó el Comité Tizard, dependiente de la defensa interior, dedicado a la inspección científica de la defensa aérea. La idea inicial era usar ondas de radio para atacar aviones, pero esta idea no prosperó. El descubrimiento del radar fue accidental. Hacia 1940, a pesar de la guerra ya iniciada en 1939, se seguía investigando en radares capaces de detectar aviones a 60 km de distancia, gracias al magnetrón de cavidad resonante, que generaba longitudes de onda más cortas que la radio.

La Primera Guerra Mundial: Química y Explosivos

La Primera Guerra Mundial fue la guerra de los químicos, con el uso de gases lacrimógenos, mostaza y fosgeno (letal). Se mejoraron los explosivos y se investigaron gases. Sin embargo, a diferencia de la Segunda Guerra Mundial, no hubo grandes avances en química. Al final de la guerra, se crearon centros de investigación militar que serían decisivos en conflictos posteriores. Se reconoció el potencial de la ciencia para ayudar a la investigación militar. En 1915, el gobierno británico creó el Departamento de Investigación de la Ciencia e Industria, dirigido por J.J. Thomson. En 1916, un grupo de científicos solicitó mayor preponderancia a la formación científica dentro del ejército. Francia creó el Directorio de Inventos de la Defensa, conectándolo con las universidades. En Alemania, el químico Haber puso su instituto de física y electroquímica en Berlín al servicio de los militares, que en 1917 se convertiría en la Formación Kaiser Guillermo para la Ciencia y la Tecnología de la Guerra. En Estados Unidos, en 1916, se formó el Consejo Nacional de Investigaciones. Haber, en Alemania, fue pionero en el uso del gas. Ambos bandos desarrollaron hidrófonos para detectar submarinos y nuevas máscaras de gas, adaptadas a la cara de los soldados por químicos y fisiólogos. El Servicio Americano de la Guerra Química creó el programa científico más prolongado en el área de los químicos.

La Segunda Guerra Mundial: Física y la Era Atómica

El Ascenso de la Física y la Defensa Aérea

La Segunda Guerra Mundial fue la guerra de los físicos. Ante la amenaza de bombardeos, en 1934 el gobierno británico creó el Comité para el Estudio Científico de la defensa aérea, liderado por Harry Tizard. Este comité fue fundamental para el desarrollo del radar, que fue más eficaz en Gran Bretaña que en Alemania. Churchill diría: "Nunca tantos debieron tanto a tan pocos".

Alemania: Avances y Desafíos

Los alemanes desarrollaron el radar, pero no podían comunicar eficientemente desde tierra como los británicos. También desarrollaron cohetes de largo alcance, el antecedente del Sputnik, pero sus programas más ambiciosos tuvieron poco éxito debido a facciones enfrentadas dentro del ejército que bloqueaban iniciativas. A pesar de contar con una buena red de radares, no desarrollaron un sistema para comunicar a sus pilotos. También desarrollaron el motor a reacción, simultáneamente con los británicos, así como las V1 (avión no tripulado) y las V2 (el primer cohete de alcance del mundo), liderado por Wernher Von Braun.

Inglaterra y Estados Unidos: Preparación y Colaboración

En 1939, Gran Bretaña intensificó los programas científicos para preparar al país para la guerra. Instituciones como el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y el Instituto Tecnológico de California fueron cruciales. Vannevar Bush convenció a Roosevelt para crear un comité de investigaciones para la defensa. Los ingleses, siguiendo investigaciones francesas de la Primera Guerra Mundial, desarrollaron el sonar, que sería crucial en la Batalla del Atlántico. La investigación sobre operaciones, creada por Blacket de la Royal Air Force, estudió sistemáticamente la influencia en los convoyes, demostrando que a mayor número de unidades, menor era la proporción de pérdidas. Estados Unidos, por su parte, se llevaría científicos alemanes, al igual que los rusos, y pondría en marcha el Proyecto Manhattan para desarrollar la bomba atómica.

Francia: El Sonar y la Batalla del Atlántico

Francia, al final de la Primera Guerra Mundial, había intentado detectar submarinos con éxito. Los ingleses desarrollaron el sonar, basándose en estas investigaciones, y lo perfeccionaron para la Batalla del Atlántico, crucial para la llegada de convoyes americanos con alimentos y suministros a Inglaterra.

El Proyecto Manhattan y la Bomba Atómica

En diciembre de 1941, se confirmó al presidente Roosevelt que era posible crear la bomba atómica y se recomendó su fabricación. En enero de 1942, un grupo de físicos teóricos se reunió en Berkeley, decidiendo que necesitaban más uranio y la colaboración de todos los físicos teóricos de las universidades del estado. El desarrollo del proyecto se llevó a cabo en Los Álamos, Nuevo México. Se invirtieron 2 billones de dólares en financiación. Fermi demostró la viabilidad de la reacción en cadena. En Los Álamos se buscó material abundante para la bomba. En 1943, Bohr, un científico de primer orden, fue llevado de Dinamarca a Inglaterra y luego a Los Álamos, siendo su presencia crucial. La idea de Bohr era solo amenazar con la bomba, no usarla. Se desconocía si los alemanes o japoneses estaban desarrollando la bomba y qué tan avanzados estaban. Los alemanes fallaron por usar demasiada agua pesada y los japoneses nunca controlaron el problema a nivel científico. Los rusos trabajaban en la teoría de la reacción en cadena, ya probada con éxito. Roosevelt murió el 12 de abril de 1945, y la guerra en Europa terminó el 8 de mayo. Harry Truman lo reemplazó. Japón insistía en que sus soldados actuaran como bombas humanas. El 31 de mayo, se tenían cantidades suficientes de uranio y plutonio. Se eligieron Hiroshima y Nagasaki como objetivos. El 6 de agosto, se lanzó una bomba sobre Hiroshima, y tres días después, una de plutonio sobre Nagasaki. Seis días después de Nagasaki, el emperador japonés anunció la rendición. La gente se sintió aliviada por el fin de la guerra, pero afectada por los métodos empleados.

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