La Iglesia como Pueblo de Dios: Sacerdocio, Fe y Misión
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La Iglesia como Pueblo de Dios
El Sacerdocio en el Pueblo de Dios
Jesucristo es el único sumo sacerdote de Dios, y todos los bautizados participan de su sacerdocio, es decir, tienen una condición sacerdotal y constituyen una comunidad sacerdotal.
El sacerdocio común de los fieles (todos los bautizados) y el sacerdocio ministerial de los obispos y los sacerdotes son dos modos distintos de participar en el único sacerdocio de Cristo. Para los fieles, el sacerdocio es existencial, y debe ser ejercido en la recepción de los sacramentos, en la oración y acción de gracias, mediante el testimonio de una vida santa, en la abnegación y caridad operante (LG, 10).
El sacerdocio ministerial es una participación en la misión de Cristo de congregar a su Iglesia. Por tanto, está al servicio del sacerdocio común. Al sacerdocio ministerial le corresponde formar y dirigir al pueblo sacerdotal, celebrar el sacrificio eucarístico en la persona de Cristo y ofrecerlo a Dios en nombre de todo el pueblo.
El Sentido de la Fe y los Carismas
Es la intuición de fe que tienen los creyentes de que la verdad de Jesús ha sido revelada. La Lumen Gentium (LG) afirma que los fieles, cuando creen, no pueden equivocarse.
Universalidad o Catolicidad del Único Pueblo de Dios
La Iglesia católica es universal. Todos los seres humanos somos llamados a la unidad católica del Pueblo de Dios.
Debemos colaborar y poner nuestros dones en común.
Los Fieles Católicos
El mismo Jesús confirmó explícitamente la necesidad de la fe y el bautismo, y, con ello, la necesidad de la Iglesia, en la que los hombres entran por el bautismo.
Están incorporados a la Iglesia quienes aceptan la totalidad de su organización y todos los medios de salvación establecidos en ella. Si un catecúmeno desea y solicita ser incorporado a la Iglesia, ya está vinculado a ella en virtud de ese deseo.
Vínculos de la Iglesia con los Cristianos No Católicos
La Iglesia católica se reconoce unida con los cristianos ortodoxos, protestantes y anglicanos porque nos une el amor. Todos aquellos cristianos y no cristianos también pueden ser salvados.
Pueden conseguir la salvación eterna los que desconocen el Evangelio pero buscan a Dios con corazón sincero y se esfuerzan en cumplir su voluntad, conocida mediante el juicio de la conciencia.
Así también pueden alcanzar la salvación quienes sin culpa no han llegado al conocimiento de Dios pero se esfuerzan en llevar una vida recta.
Carácter Misionero de la Iglesia
La Iglesia ha recibido de los Apóstoles el mandato del Señor de anunciar el Evangelio hasta los confines de la tierra. La Iglesia sigue enviando evangelizadores a las Iglesias recién fundadas, hasta que estén plenamente establecidas y en condiciones de continuar ellas mismas la obra evangelizadora.
Todo cristiano, por el hecho de estar bautizado, es evangelizador y, por tanto, tiene la responsabilidad de anunciar la verdad salvadora del Evangelio.